A pesar de tener que soportar numerosas críticas por impulsar una nueva ley de fomento de las inversiones como un traje a medida para una empresa tucumana, el oficialismo obtuvo el apoyo casi absoluto de parte de la oposición: en la sesión del jueves logró que se aprobara un reintegro fiscal por hasta U$S 15 millones para una firma dedicada al transporte de cargas refrigeradas. De los legisladores presentes, Eduardo Verón Guerra (Fuerza Republicana) y Claudio Viña (Compromiso Tucumán) hicieron constar su rechazo durante una votación que se realizó por signos.
La iniciativa del legislador Christian Rodríguez (bloque Justicialista) dispone que se faculte al Poder Ejecutivo a otorgar a la empresa Transporte Fríos del Norte SRL un reintegro de hasta el 30% de la inversión efectivamente realizada para la construcción de un centro logístico sostenible, en avenida de Circunvalación Sur. Además, se insta a que la firma de la familia Prado cree 100 nuevos puestos de trabajo.
Luego de algunas dudas respecto a la redacción del dictamen, en el debate se puso hincapié en la conveniencia de generar leyes que beneficien a todas las empresas de un rubro por sobre las normas con “nombre y apellido”. “Nos pasó con los call centers en su momento. Le ponemos nombre y apellido a una ley que debería ser de fomento”, cuestionó José Macome (LLA). El legislador Alfredo Toscano (Compromiso Tucumán), en tanto, dijo que siempre estará de acuerdo con las leyes de fomento, aunque no con la metodología. “Cuando votamos este tipo de leyes votamos pensando en que hay una inversión y generación de empleo”, dijo. De todos modos, remarcó que se debe exigir a las firmas que informen a la Legislatura cuáles fueron efectivamente las inversiones, cuántos son los puestos de trabajo que se crearon y si tienen deuda o no con el Estado. Cuestionó que la cervecería Quilmes, que se vio favorecida con una ley similar, no haya aportado datos.
El radical José Cano lanzó reproches respecto al tratamiento que se le dio a la iniciativa en comisiones y habló de falencias administrativas porque el proyecto no pasó por la comisión de Hacienda y Presupuesto (sólo tuvo dictamen de Economía y Producción). Respecto a la iniciativa, reprochó que no haya criterios claros para saber a quién se le dice que sí o no.
“Una sastrería”
Verón Guerra dijo que en la provincia hay más de 100 empresas de logística y repasó lo ocurrido en 2020, cuando se sancionó una ley de reintegro fiscal para una droguería, otras 20 solicitaron un beneficio similar, y se tuvo que poner un límite. Roque Tobías Álvarez defendió lo sucedido con las droguerías y remarcó que se otorgaron beneficios a cambio de inversiones por más de $400.000 millones y la creación de casi 200 puestos laborales.
Manuel Courel felicitó a la empresa, pero lamentó que se sigan haciendo leyes como “traje a medida” y no leyes de fomento. El autor de la ley, por su parte, recalcó que la Cámara tiene total facultad para otorgar crédito impositivo a cualquier tipo de inversión. Mientras que su correligionario Agustín Romano Norri afirmó que no prefiere acompañar proyectos con nombre y apellido, pero que si no se otorgaban beneficios a firmas que quieren invertir en la provincia se corre riesgo de que se muden a otras. “No es la mejor forma, sería ideal que sea con una ley de fomento”, dijo.
La radical Silvia Elías de Pérez también puso el acento en la necesidad de una ley de fomento. Si bien cuestionó que se hagan “trajes a medida”, apoyó la iniciativa. Viña, en cambio, usó la misma analogía pero votó en contra. De modo irónico, el oficialista Gerónimo Vargas Aignasse dijo: “ojalá nos convirtamos en una sastrería y que tengamos cientos de empresas invirtiendo y generando actividad económica en Tucumán. No me parece mal lo que estamos haciendo. Todos los legisladores que estamos acá deberíamos convertirnos en sastres para poder generar mayor actividad económica. Escucho de modo despectivo lo del traje a medida, que se está beneficiando a alguien en particular. Lo importante en todo esto es el resultado”.