San Miguel hizo un giro estratégico en su negocio a partir de 2022, como lo ha resaltado a LA GACETA el CEO de la compañía, Pablo Plá. La empresa ha salido del mercado de exportación de fruta fresca y se ha convertido en líder mundial en procesamiento industrial de limones. Esto va desde el juego concentrado, pasando por el aceite, la cáscara y otros derivados. “La Argentina necesita agregar más valor a su producción primaria. Nuestra empresa tiene un récord de productividad agrícola y, así, se fue adaptando a los cambios que se han registrado en los mercados globales”, continuó Tanoira en su discurso. Con errores, pero también con aciertos, la compañía fue anticipándose a aquellos cambios y a las tendencias que se imponían en el mercado, como una señal de que San Miguel siempre está en la senda del progreso, definió el presidente de la compañía. Agregó que los vaivenes económicos son una variable a la que los empresarios han asumido como desafío permanente en la Argentina, pero reconoció que se evidencian mejoras macroeconómicos en un país que está en un proceso de desaceleración inflacionarias y de normalización del mercado cambiario. “Aquellos que exportamos sabemos que estos son desafíos que se nos presentan y debemos estar dispuestos a hallar los mecanismos que nos permitan captar más mercados”, señaló Tanoira.
En su charla con LA GACETA, el presidente de San Miguel dijo que la salida de ese grupo de las exportaciones de fruta fresca le brinda la posibilidad de salir a competir en el mercado a los pequeños y medianos productores. “En nuestro caso, procesamos esa fruta, pero no va al supermercado. La premisa es que se encuentre un punto de equilibrio en el precio para que haya rentabilidad adecuada”, expresó.
Martín Otero Monsegur, vicepresidente de San Miguel, ponderó los valores fundacionales de la empresa. “A pesar de todo lo que ha sucedido en la Argentina en estos 70 años, hoy estamos festejando esa cantidad de tiempo produciendo en Tucumán. San Miguel pasó de ser un negocio de ramos generales a un grupo empresarial y global”, señaló. El ejecutivo consideró que la potencialidad de esa firma se observa en los niveles de producción que la han llevado a comercializarlo en casi 50 países del planeta. “Esa producción lleva el ADN de Tucumán, gracias a lo que la compañía adquirió en esta provincia tanto en innovación como en la forma de producir”, resaltó.
Los ciclos
Otero Monsegur reconoció que el contexto macroeconómico argentino es desafiante, pero agregó que los ciclos no duran para siempre. “Este ciclo negativo está por terminar”, estimó. Expresó, además, que las inversiones proyectadas para los próximos cuarto años, de unos U$S 20 millones, están relacionadas no sólo con la sustentabilidad de las plantaciones, sino también en la tarea de investigación de nuevos productos de especialidad, focalizados en las necesidades de los clientes y de los proveedores.
Por su parte, el CEO de San Miguel fue el encargado de agradecer el personal que trabaja para la compañía tanto en Tucumán, como en Paysandú (Uruguay) y en Sudáfrica, donde la firma se expandió para la industrialización del limón. “Las empresas debemos gestionar nuestra actividad planificando y anticipándonos a futuros escenarios, en el mediano y largo plazo, y generando estrategias que generen un valor compartido para el negocio, para la sociedad y el medio ambiente”, definió Plá.