Cada 19 de noviembre se celebra a nivel mundial el Día para la prevención del abuso infantil. La fecha fue establecida por la Fundación de la Cumbre Mundial de la Mujer en el 2.000 y estableció ese día para visibilizar y combatir la pedofilia y la explotación infantil.
En Argentina, según el Ministerio de Salud Pública de la Provincia, un programa nacional reveló que el 58% de las víctimas registradas por violencia sexual son menores. El abuso es un delito de acción pública penado por la ley y es crucial la unión de entidades públicas, privadas, educativas, familiares, de esparcimiento y demás, para poder combatirlo y hacer frente de forma integral a los casos que pudieran surgir.
Qué es el abuso sexual en niños, niñas y adolescentes
Se trata de una de las formas más graves de maltrato que se da cuando un niño, niña o adolescente (NNA) es utilizado por un mayor para la estimulación sexual de su agresor. Implica todo tipo de relación sexual en la que no haya consentimiento por parte del NNA e incluso cuando no muestre signos de rechazo. Hay dos tipos de abuso sexual y es importante distinguir los comportamientos que corresponden a cada uno.
Abuso sexual sin contacto físico: exhibir genitales delante del NNA, hacer comentarios sexualizados, inducirlo a que se desnude, espiar su intimidad, mostrar material pornográfico o contactarlos vía internet con propósitos sexuales.
Abuso sexual con contacto físico: manoseos, frotamientos, besos sexuales, inducción a que el NNA realice tocamientos al agresor, penetración sexual o su intento (por vía vaginal, anal y bucal), fotografiarlos en poses sexuales.
Signos de alerta de un abuso sexual
Los NNA pueden mostrar algunos signos que es bueno tener en cuenta porque pueden resultar preocupantes. Estos pueden ser un cambio en el relato cuando no se atreven a contar lo que sucedió con un adulto. Los más visibles, por su parte, son los cambios físicos como las lesiones, infecciones genitales, dolores, infecciones de transmisión sexual o hematomas en el cuerpo.
Respecto a los cambios emocionales, se pueden dar alteraciones en el comportamiento, dificultades en el aprendizaje o el lenguaje, trastornos del sueño, crisis de angustia y ansiedad, trastornos alimentarios, conductas regresivas y agresivas o juegos sexuales inapropiados.
En la adolescencia, además, hay signos particulares que pueden develar un abuso sexual. Pueden ser conflictos familiares, alteraciones en las relaciones sociales, excesiva inhibición o promiscsuidad sexual, intentos de suicidio, autolesiones, consumo de sustancias, fugas del hogar o aislamiento social.
Qué hacer ante un caso de abuso sexual
Para obtener asesoramiento, apoyo psicológico, social y legal, podés acudir a los siguientes lugares:
- Centro de Atención y Orientación en Violencia Familiar. Don Bosco 1886, San Miguel de Tucumán
- Departamento de Prevención y Protección contra la Violencia Familiar y el Maltrato Infantil (DINAF). Benjamín Aráoz 851, San Miguel de Tucumán
- Fiscalía Especializada en Delitos contra la iNtegridad Sexual y Fiscalía Especializada en Violencia Doméstica, avenida Sarmiento 431, San Miguel de Tucumán