Son las 19.40 y la esquina compuesta por las calles Laprida y Uruguay es un punto de encuentro de los hinchas de Atlético Tucumán. Un sitio de concentración que podría ser calificado como el “rincón decano”, en las inmediaciones del estadio José Fierro. ¿Por qué? Miles de fanáticos asisten para juntarse con amigos, realizar sus rituales y compartir los minutos previos a los partidos. Es el sitio donde comienza el partido de los simpatizantes, y para el duelo frente a Huracán no iba a ser la excepción. Para el amor no hay excusas, y la lluvia no sería el motivo suficiente para abandonar su pasión.
El ritual de “la previa” -denominación que eligen los hinchas para definir a esta concentración- tiene muchísimas aristas y puntos para analizar. ¿Por qué? En ese pequeño recorrido de 100 metros se realizan muchísimas actividades y de historias muy dispares entre sí. No es casualidad que la mayoría de los choripaneros se ubiquen en ese sitio y lancen promociones para captar más clientes. “Uno por $3.000, dos por $5.000”, era el grito más escuchado en la zona. Otras opciones de comida expuestas eran los sánguches de milanesa y los conos de papas fritas, aunque eran las menos elegidas por los hinchas.
Las bebidas alcohólicas son otras de las opciones más consumidas. No es casualidad que en los kioscos de la zona se encuentren largas filas, o que otros vendedores decidan posicionarse en la zona con conservadoras repletas de latas de cerveza.
Los hinchas de Atlético Tucumán necesitan unos $20.000 extras
“Nosotros arrancamos tres horas antes. Para abaratar costos, elegimos el vino en caja. Además siempre hay que comprar la promoción que tiene hielo y viene con una gaseosa para ‘cortarlo’”, dice Emanuel Rivadeneira, que llegó acompañado por Franco Soria, Emilio Barraza y Nahuel Herrera. Si bien todos viven en Los Aguirres, ellos aseguran que su amistad nació en las tribunas del José Fierro. Claro, el amor por Atlético hizo que conformen un grupo que, según cuentan, hace más de cinco años se reúnen en el “paraje albiceleste”. “Venir a la cancha siempre requiere un presupuesto de alrededor de 20.000 pesos para gastos fuera del partido. Siempre es porque nos quedamos a tomar o comemos algo rápido”, indica.
Pero la “mercantilización” de los servicios no acaba allí. A modo de ejemplo se puede citar a una rotisería de la zona que no publicita sus comidas, sino que ofrece el ingreso al baño. ¿El precio? 300 pesos. También se encuentran aquellos que ofrecen gorros o capas para combatir la lluvia. A fin de cuentas, todos encuentran la manera de ganar un dinero extra a partir de la presentación del “Decano”.
Pablo Navarro y Facundo Parrado son otros de los fanáticos que decidieron pasar la tarde en la intersección. Abajo de uno de los naranjos que decora la vereda, ambos se encuentran compartiendo una cerveza, mientras especulan con el resultado que podría conseguir el equipo de Facundo Sava. “Venimos porque en este lugar se juntan todos los hinchas que quieren molestar. Cantamos, tomamos y la pasamos bien”, dice Pablo.
Al igual que el otro grupo de hinchas, ambos coinciden que se necesita alrededor de 20.000 pesos para realizar el ritual (el valor de una popular para no socios es de $15.000). “Si hacemos un asado y realizamos una previa más linda, el precio es mucho más alto. Nosotros somos asociados, por lo que no contemplamos la entrada”, señala Facundo.
Tampoco puede obviarse que el sitio cuenta con algunos murales con frases en referencia al “Decano”. “25 está de fiesta”, se inscribe en uno de los más visibles.
El búnker de concentración de la barra se ubica a una cuadra de distancia, más precisamente en la esquina de 25 de Mayo y Uruguay. Los instrumentos y los cánticos son moneda común en esta zona. También se ven algunas banderas, aunque todavía falta bastante para ingresar al campo de juego.
Así la previa al partido está repleta de características para analizar que van más allá del mero resultado.