Después de un frío y protocolar saludo entre el presidente, Javier Milei, y el mandatario anfitrión, Luiz Inácio “Lula” da Silva, el Gobierno nacional protagonizó una de las sorpresas en la primera jornada de la cumbre del G20, que se desarrolla en Río de Janeiro (Brasil). Con su impronta propia, la delegación argentina mostró una tímida pero significativa adhesión a la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, la gran apuesta de Lula como presidente pro tempore del foro internacional.
Se trata de un pacto global para destinar recursos y conocimientos a la implementación de políticas públicas y tecnologías para erradicar el hambre y la pobreza en el mundo. En su discurso de apertura de las deliberaciones, Lula lo calificó como “su legado”.
En una primera lista de adherentes había 81 países más la Unión Europea, con la Argentina ausente. Pero con el inicio de las deliberaciones se conoció que finalmente se sumaba a la iniciativa bajo una modalidad particular.
Haciendo foco en una macroeconomía estable, en condiciones de inversión y generación de empleo, Argentina puso su firma en la iniciativa. “La República Argentina se compromete a luchar contra el hambre y la pobreza mediante reformas de mercado que, además de su probada eficacia para alcanzar el doble objetivo de esta Alianza, respeten la igualdad de derechos de todos los individuos. La República Argentina se suma a esta Alianza Global recordando, de conformidad con su Documento Inicial, que no implica la aprobación colectiva de instrumentos o programas de políticas específicos”, sostiene el documento oficial de adhesión.
Para dejar en claro el distanciamiento con la propuesta original elevada por el presidente brasileño, el acompañamiento de la Argentina remarca: “Las políticas socialistas violan los derechos de los individuos y, al asfixiar las economías de los Estados nacionales que las implementan, siguen provocando un subdesarrollo insostenible que impide cualquier lucha viable contra el hambre y la pobreza”.
¿Qué propone la Alianza?
En los principios formulados por este proyecto pesa, por sobre todo, la necesidad de acelerar la erradicación del hambre en el nivel mundial. La meta es atender las necesidades de 500 millones de personas, a partir de programas de transferencia de ingresos para países de bajos salarios, hasta 2030.
Para Da Silva, el mundo sufre “una tragedia colectiva de hambre”. “Convivimos con 733 millones de habitantes del planeta que están subnutridos; y en un mundo que produce 6.000 millones de toneladas de elementos alimenticios. Esto es inadmisible”, declara.
Esta asociación, de hecho ya aprobada por el G20, sería una “plataforma para conectar países, instituciones financieras y organizaciones que deberán implementar políticas públicas con capacidad para movilizar recursos”, reza el comunicado oficial de Brasil, que lideró el acuerdo.
La dirección del plan estará a cargo, en un inicio, de un organismo bautizado como Consejo de Campeones e integrado por 18 miembros.
En los fundamentos que presentó el presidente de Brasil para defender la Alianza Global contra la Pobreza, se puede encontrar una coincidencia perfecta con los argumentos que se utilizan en la ONU para defender la viabilidad de la agenda 2030. Esta hoja de ruta multilateral es condenada por Milei.
El acuerdo diplomático entre Milei y Lula respecto a la lucha contra la pobreza y el hambre no implica un pacto general sobre los asuntos que aún están pendientes en el G20.
De Vaca Muerta a Brasil: compromiso para aumentar las exportaciones de gas
En el marco de la cumbre del G20, el ministro de economía de la Argentina, Luis Caputo, y su par de Minas y Energía de Brasil, Alexandre Silveira, firmaron un acuerdo que puede resultar clave porque ambas naciones se comprometieron a aumentar las exportaciones de gas desde la región de Vaca Muerta con destino al vecino país.
Según revelaron agencias brasileras y el diario “O Globo”, durante el encuentro, Caputo habría reconocido la importancia de la asociación económica entre los dos países, al tiempo que Silveira habría destacado que el acuerdo es fundamental para evitar monopolios del gas y reducir el precio de las materias primas para impulsar la industria brasileña. La expectativa del gobierno brasileño es que, a principios del próximo año, el acuerdo permita importar dos millones de m³ de gas argentino por día. De todos modos, los datos de “O Globo” destacan que esta cantidad crecería hasta los 10 millones de m³ diarios en los próximos tres años.
Comunicación oficial: “Llegó la hora de reconocer que este modelo está en crisis”, dijo La Oficina del Presidente
Ante la decisión del presidente Milei de firmar con reservas la declaración final del G20 de Brasil, al rechazar sus disposiciones vinculadas a la denominada agenda 2030 de las Naciones Unidas, la Oficina del Presidente emitió un comunicado en el que explica el posicionamiento y ratifica la postura ideológica de la gestión gubernamental sobre el papel de los organismos multilaterales en la lucha contra el cambio climático, la pobreza y la igualdad de género. “Los organismos y foros internacionales como el G-20, se crearon con el espíritu de que todas las naciones involucradas pudieran reunirse para cooperar de forma voluntaria, en calidad de iguales y autónomas, para, entre otras cosas, salvaguardar los derechos básicos de las personas. Sin embargo, hoy, a casi 70 años de haberse inaugurado este sistema de cooperación internacional, llegó la hora de reconocer que este modelo está en crisis”, precisa el comunicado.
Señales que deja la cumbre
Reuniones y agenda .- El presidente Milei mantuvo ayer una reunión bilateral con el Presidente del Banco Mundial, Ajay Banga. En la jornada de hoy tendrá lugar uno de los encuentros más importantes porque el mandatario argentino se reunirá, por primera vez, con el líder chino Xi Jinping. El Presidente viene de tener varios gestos con China, un giro en los hechos. Hace apenas algunas semanas, Milei le dijo a Susana Giménez que “China es un socio comercial muy interesante porque ellos no exigen nada. Lo único que piden es que no los molesten”. Milei también tendrá otro encuentro bilateral con Georgia Meloni, la canciller italiana.
Disputa comercial .- Tras su paso por Argentina, el presidente francés, Emmanuel Macron, aseguró en diálogo con su homólogo argentino, Javier Milei, que no firmará el acuerdo económico entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur en las condiciones actuales que conforman el pacto. En contraste, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, se reunió el último domingo con el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, con quien discutió “sobre la relación UE-Mercosur. Un acuerdo de gran importancia económica y estratégica”. Otro político europeo que se muestra expectante sobre la firma de esta alianza es el canciller alemán, Olaf Scholz, quien también se encuentra participando de la cumbre del G20. Mientras los líderes mundiales avivan las conversaciones sobre este pacto comercial, en Francia los agricultores se encuentran en pie de lucha para dejar en claro su rechazo al acuerdo.
Postura divergente .- Argentina avisó que no apoyará en la cumbre una declaración que menciona el conflicto entre Rusia y Ucrania sin condenar al gobierno de Vladimir Putin, como pretenden los negociadores brasileños y representantes de otros países. La posición de la delegación argentina hace inviable la negociación, ya que otros países, incluida la propia Rusia, nunca aceptarán que en el texto se incluya una condena al gobierno de Putin. El objetivo de los negociadores brasileños es mencionar la guerra, así como el conflicto en la Franja de Gaza, sin condenar a ninguna de las partes. Milei mantiene una estrecha relación con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, y esta relación también condiciona la posición argentina sobre uno de los puntos más sensibles de la declaración del G-20.
¿Todos de la mano? .- Como es habitual en la ceremonia de apertura de este foro, el presidente anfitrión recibió a cada uno de los Jefes de Estado que participan en la reunión. En esta caso, Lula da Silva lo hizo con un saludo afectuoso que incluyó una foto distendida y sonriente con todos. Pero hubo una excepción: el único invitado con el que Lula no se retrató tomado de la mano fue Javier Milei, el presidente de Argentina.
Foto y distracción .- El presidente, Javier Milei, posó junto a los demás líderes mundiales en la reunión del G20 en Río de Janeiro. Salió al centro, al lado del presidente de Francia, Emmanuel Macron, con quien bromeó en la previa. Insólitamente, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegó tarde y no salió en la imagen. Algo similar ocurrió con Giorgia Meloni (Italia) y Justin Trudeau (Canadá).