Cumbre del G20: Milei firma la declaración final, pero se disocia de algunos puntos

Cumbre del G20: Milei firma la declaración final, pero se disocia de algunos puntos

El Presidente planteó “líneas rojas” en varios ítems, como los referidos al uso de las redes sociales y la intervención estatal en la lucha contra el hambre.

CUMBRE DEL G20. La posición del presidente Javier Milei. CUMBRE DEL G20. La posición del presidente Javier Milei.
18 Noviembre 2024

El presidente Javier Milei firmará el documento final del G20, aunque aclaró que será para no “obstaculizar la declaración de los demás líderes” y que se disociará de aquellos párrafos vinculados a la Agenda 2030. Advirtió que no acompañará varios puntos, entre ellos la “limitación de la libertad de expresión en redes sociales” y aquellas iniciativas que promueven “una mayor intervención estatal es la forma de luchar contra el hambre”.

El mandatario argentino no quiere suscribir ejes claves del documento impulsado por el anfitrión, Inacio Lula da Silva, con quien tiene diferencias ideológicas irreconciliables. 

Hay varias “líneas rojas” que fijó la Argentina. Según pudo reconstruir el diario La Nación, los temas vinculados a la igualdad de género (en palabras de la delegación libertaria, “la ideología de género”) y cualquier restricción para el avance de las redes sociales no serán apoyadas por el Presidente.

La narrativa que impulsa Brasil en el documento final, en tanto, está muy emparentada con la Agenda 2030, en términos inadmisibles para el líder libertario.

Las dudas

La principal duda de cara a la jornada final de la Cumbre, este martes, es cómo se verá reflejada la voz de la Argentina en la declaración final, si es que finalmente los países llegan a un consenso general.

No se descarta que el país apele al esquema 19+1 que ya tuvo Donald Trump en la cumbre de Hamburgo de 2019, cuando se opuso a las declaraciones que aludían al cambio climático. El país, en ese caso, pediría un asterisco en el documento o un párrafo aparte, para hacer su propia declaración de principios.

Otro punto es el impuesto a las grandes fortunas, una iniciativa de Lula bajo el cálculo que indica que con un gravamen de 2% sobre la riqueza podría recaudar hasta 250.000 millones de dólares para financiar políticas sociales. Meses atrás, la Argentina había adherido a la propuesta pero en los últimos días el gobierno dio la instrucción de oponerse a la iniciativa de manera taxativa.

Un tema que todavía generaba dudas es el posicionamiento frente al cambio climático. Negociadores argentinos deslizaron al citado medio que en la declaración final del G20 se podría alcanzar un texto consensuado en el párrafo medioambiental. Aseguraron que hubo un arduo trabajo del cuerpo diplomático “junto con el Ministerio de Economía” para alcanzar una formulación más sintonizada con la agenda pro mercado que impulsa Milei. Sería toda una novedad, ya que el Presidente no cree en el calentamiento global y considera que se trata de una imposición del primer mundo a los países emergentes.

En la primera jornada de la Cumbre, la Argentina fue una de las sorpresas porque adhirió a la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, otra de las grandes apuesta de Lula como presidente del foro internacional. La gestión de Milei suscribió la iniciativa a su modo: enfatizó que solo las “reformas de mercado” permitirán paliar el hambre en el mundo y subrayó que “no implica la aprobación colectiva de instrumentos o programas de políticas específicos”.

Hay, además, otros temas sensibles en materia geopolítica que atravesaría el documento final. Milei quisiera que haya una condena explícita a Rusia y una mención a la situación de los rehenes de Hamás en Gaza.

Pero estas discusiones exceden largamente a la posición argentina, porque las principales potencias del mundo quisieron volver a discutir documento final en temas sensibles como la guerra en Ucrania y el conflicto en Medio Oriente.

Las negociaciones de los sherpas en la previa a la Cumbre se acercaron a un texto común, con una postura equidistante en los conflictos. Pero luego del masivo ataque ruso a las instalaciones eléctricas ucranianas, perpetrado la semana pasada, algunos de los países europeos que integran el G7 quisieron que el país anfitrión permitiera una reapertura del debate para incluir una condena más explícita a Moscú. Brasil, sin embargo, dio por cerrado el documento final y se estima que no habrá grandes cambios.

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