Ochenta kilómetros al norte de Lima está reconfigurándose la situación geopolítica y económica de América latina. Allí se inauguró el jueves pasado el megacomplejo portuario de Chancay, pensado y ejecutado como si fuera una autopista naval que une China con Perú y, a partir de allí, con el resto del continente. Por medio de Cosco Shipping Company, una de sus poderosas compañías estatales, el Gobierno chino destinó una inversión total de US$ 3.400 millones. El megacomplejo cuenta con 15 muelles, oficinas, servicios logísticos y un túnel de 2 kilómetros de largo para dar salida a la carga.
“A partir de Chancay, Perú se convierte en una potencia a nivel comercial, debido a que será el primer centro logístico del Pacífico sudamericano”, destaca el Ministerio de Transportes y Comunicaciones peruano. Apunta que pasa a ser un enclave ineludible para el comercio internacional; un hub que redistribuirá la carga rumbo a Chile, Ecuador y Colombia. Las ramificaciones, claro está, se extenderán hacia los países del Atlántico.
Para la inauguración llegó a Lima Xi Jinping. Encabezó el acto junto a la presidenta peruana Dina Boluarte e imprimió de máximo simbolismo el momento, ya que la influencia de Beijing no deja de expandirse y así lo ratificó la máxima autoridad china cuando habló de Chancay como “un punto de partida para el camino inca de una nueva era en Latinoamérica”.
A partir de esta autopista naval, China aumenta su capacidad para exportar toda clase de mercancías a Sudamérica y llevarse lo que más necesita, principalmente minerales (litio y cobre) y productos agrícolas (soja).
Destaca BBC Mundo que para esto es determinante el gran calado de la bahía de Chancay, ya que le da al puerto la posibilidad de recibir los buques más grandes del mundo, capaces de transportar hasta 24.000 contenedores. Entonces las compañías navieras pueden enviar fletes mayores y a menor costo.
Todo cambia
¿Quién podía imaginar esto en Chancay, una pequeña población donde tradicionalmente la gente se dedicó a la pesca artesanal? Desde la construcción del megacomplejo el precio de los terrenos se disparó y se espera que empresas dedicadas a la logística se instalen en la zona. El Ministerio de Producción peruano estima que el movimiento en Chancay le aportará a la economía nacional unos US$ 4.500 millones, un 1,8% del PIB. Se prevé la creación de unos 8.000 puestos de trabajo directos en Huaral, la región en la que se encuentra Chancay.
La inauguración del puerto coincide con la firma de un acuerdo de libre comercio ampliado, consolidando a China como el principal socio comercial de Perú, detalla un informe de Infobae. El intercambio bilateral había alcanzado los 36.000 millones de dólares en 2022. Las inversiones chinas en el sector minero peruano suman 11.400 millones de dólares, centradas en el acceso al cobre.
Con Chancay plenamente activo, se reducirá de 40 a 28 días lo que tardan hasta aquí los cargueros cuando transportan por mar mercancías desde Perú a Asia. “Antes, los productos que se exportaban desde Sudamérica tenían que subir hacia el norte, a puertos como el de Manzanillo, en México, para ser transbordados y enviados a China -le explica a BBC Mundo Robert Evan Ellis, del Instituto de Estudios Estratégicos del Ejército de Estados Unidos-. Con Chancay se abre una vía directa y más rápida. Es como una ruta para un autobús que antes hacía todas las paradas y ahora sólo se detiene al llegar a destino”.
Muchas inquietudes
Son alrededor de 40 los puertos que China controla alrededor del mundo, una estrategia comercial y tecnológica expansiva que enciende alarmas en distintos escenarios, empezando por Estados Unidos y sus socios de la OTAN. Chancay forma parte de una estrategia llamada Iniciativa de la Franja y la Ruta, lanzada por China en 2013 para construir infraestructura clave en todo el planeta.
Hay otras etapas pendientes en el marco de este plan. Una de ellas es la construcción de un corredor ferroviario bioceánico, que unirá Perú con Brasil a lo largo de un tendido de 3.755 kilómetros. Brasil es el principal socio comercial de China en la región, aunque está tomando con cautela todas estas iniciativas ya que cuenta con su propio sistema de puertos y de transporte, los que quedarían relegados en el caso de optar por Chancay. Los volúmenes de soja y de mineral de hierro que Brasil exporta a China son abrumadores.
En el caso de Chile, se teme una merma significativa en la actividad de los puertos de San Antonio y Valparaíso. Justo cuando la sequía en América Central y la crisis en el Canal de Panamá había desviado buena parte del tráfico marítimo hacia el estrecho de Magallanes.
Más allá del impacto económico sobre América latina, Estados Unidos mira con atención las movidas geopolíticas de su más poderoso competidor. En la vastedad del océano Pacífico se libra una tensa y permanente guerra fría entre ambas potencias.
¿Pata argentina?
Según LaPolíticaOnline, José Luis Manzano está asociado al consorcio que controla el megapuerto. “Chancay tiene como mayor accionista a la naviera estatal china Cosco Shipping (con un 60% de las acciones). El 40% restante es de Inversiones Portuarias Chancay (IPCH), sociedad controlada por Transition Metals. Esa firma es parte del holding argentino Integra Capital (propiedad de Manzano)”, informa el portal. El holding del empresario argentino incluye desde medios de comunicación hasta empresas de energía.
EEUU abre el paraguas: un asesor de trump pide aranceles del 60%
“Cualquier producto que pase por Chancay o cualquier puerto de propiedad o controlado por China en la región debería estar sujeto a un arancel del 60%, como si el producto fuera de China”, sostuvo Mauricio Claver-Carone en declaraciones a Bloomberg. Claver-Carone fue funcionario durante el primer gobierno de Donald Trump y ahora forma parte del equipo de asesores que están trabajando en la transición hacia el nuevo mandato del electo presidente republicano. EEUU teme que le llegue una invasión de productos chinos desembarcados en el continente a bajos aranceles. A la vez, intenta atenuar la influencia china en América Latina.