Dande aguantó las lágrimas hasta donde pudo

Dande aguantó las lágrimas hasta donde pudo

La hija del ex rugbier juega al hockey en Huirapuca, el club en el que su padre tuvo varios éxitos.

AFECTOS. Hugo, a la derecha, abraza a su hija “Guille” tras el partido. FOTO DE ANTONIO FERRONI AFECTOS. Hugo, a la derecha, abraza a su hija “Guille” tras el partido. FOTO DE ANTONIO FERRONI
Hace 4 Hs

Concepción es cuna de deportistas. Hay apellidos que son sinónimo de deporte. En la tarde de definiciones, en el estadio del parque 9 de Julio, dos se destacaron en la plantilla de Huirapuca que perdió por penales ante San Martín de Tucumán. Dande y Sánchez remiten a carreras deportivas exitosas de nacidos en “La Perla del Sur” hacia donde viajó el subcampeonato femenino.

Hugo Dande defendió la camiseta bicolor durante muchos años. Su hija Guillermina, de 19 años, comienza a hacer lo mismo en el hockey. Roberto Sánchez, ex automovilista y actual político, fue múltiple campeón, principalmente, corriendo en autos de rally. Camila es quien sigue los pasos deportivos, pero en el hockey sobre césped.

Tanto el ex rugbier como el ex piloto estuvieron presentes en la final. Los dos coincidieron en que el sufrimiento vivido fue grato.

Dande, que presenció el partido al costado de la cancha, comenzó una lenta caminata en busca de Guillermina tan pronto como finalizó el encuentro. Como en su época de jugador, entró con firmeza a una cancha, un hábitat en el que se siente cómodo.

Después de haber jugado tantos años para el club de Concepción, la Selección tucumana y también en Los Pumas, muchos frenaban su paso porque querían saludarlo. Tardó en encontrar a la jugadora. Si bien la estampa del ex forward seguía firme y con su rostro sonriente, todo cambió cuando la joven apareció.

Guillermina era un mar de lágrimas. La tristeza por la derrota tan ajustada la embargó, y su papá se conmovió igual que ella, hasta las lágrimas. El paso del ex Puma se detuvo definitivamente: tenía que darle ese abrazo contenedor a su hija, que no paraba de llorar.

Las palabras que Dande padre le dijo al oído la calmaron a tal punto que la sonrisa volvió a surgir. “Cada vez que puedo, las acompaño”, explicó. “Juegan juntas desde muy chiquitas. Es un grupo espectacular de chicas y verlas jugar una final en el plantel superior me llena de orgullo”, reconoció con los ojos cristalizados por algunas lágrimas.

¿Es más difícil ver jugar a un hijo o haberse enfrentado a los mejores jugadores de rugby del mundo? “Se sufre más como papá que como jugador”, sentenció, mientras seguía vigilando el ánimo de “Guille”.

“Como jugador podía, por lo menos, hacer algunas cosas. Acá afuera uno sufre cuando no le salen las cosas. Tenía ganas de entrar y agarrar el palo para jugar”, bromeó Dande.

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