Preocupa el impacto de las adicciones en el mundo laboral: la mirada de los especialistas
Fernando (48 años) es contador en una empresa. A veces, la jornada laboral en la oficina puede durar unas ocho horas. Hasta antes de la pandemia, su forma de desconectarse era, cada viernes, abrir una botella de vino. Pero en 2020, cuando empezó a trabajar en modo remoto, todo cambió. Pasó a estar disponible gran parte del día. Para “bajar” la ansiedad y reducir el estrés, comenzó a tomar todos los días una copa de alcohol. Después fueron dos, tres, y así hasta que perdió la cuenta.
No fue fácil admitir que tenía un problema. Fernando cuenta que cuando volvió a la oficina sus compañeros notaron sus cambios de conducta: llegaba tarde o faltaba, estaba descuidado y distraído. En su casa, todo empezó a desmoronarse, recuerda. Peleaba con todos y pasaba mucho tiempo encerrado. Dormía de día y vivía de noche, para poder tomar tranquilo. Fue su hijo de 18 años quien primero buscó ayuda: ingresó a un grupo para familiares de personas que beben alcohol compulsivamente. Más tarde, Fernando accedió a tratarse y hoy sigue en rehabilitación.
Situaciones como estas se viven cada vez más en entornos laborales. En el fondo, son el reflejo de lo que ocurre en la sociedad, donde cada vez hay más consumos problemáticos de drogas y adicciones sin sustancias.
Cifras
Según la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas (Sedronar), más del 80% de las personas ocupadas de entre 16 y 65 años consumen alcohol. El 66,2% tomó alcohol en algún momento del último año y el 51,2% lo hizo en el último mes. La encuesta difundida en 2023 muestra también un fuerte crecimiento en el uso de marihuana: el 13,8% de los encuestados la consume. Además, el 14,1% ingiere ansiolíticos o tranquilizantes.
Se trata de una realidad cada vez más preocupante, coinciden los especialistas. Por eso, el martes se desarrollará el taller “Trabajo y Consumos Problemáticos”, organizado por la Comisión de Psicología Laboral del Colegio de Psicólogos de Tucumán.
La charla, que será a las 18.30 en Córdoba 1.027, servirá como un espacio de reflexión para abordar, de manera multidisciplinar, una problemática cada vez más presente en los espacios de trabajo. La actividad es gratuita.
Impacto
La psicóloga Sofía Ferrari, quien encabezará el taller, comentó que el consumo problemático puede llegar a impactar en todos los niveles de la organización, aunque normalmente permanece como un secreto a voces. Muy pocas empresas tienen un protocolo o un procedimiento para gestionar estas situaciones. “Pero cada vez son más las instituciones que nos llaman con preocupación por este tema, porque quieren hacer algo al respecto”, apuntó.
Ferrari, que es especialista en prevención de consumos problemáticos, señaló que generalmente cuesta mucho hablar de estas situaciones porque hay mucha estigmatización y prejuicios; es algo que avergüenza.
Los efectos para las organizaciones son múltiples: ausentismo, reducción de la productividad, falta de concentración, aumento de los errores, de los accidentes y de las lesiones, entre otros. También crea problemas entre compañeros en los equipos de trabajo y dificulta la toma de decisiones.
El riesgo varía según las industrias. Las más expuestas son las relacionadas el transporte. También aquellas donde hay manejo de maquinarias. En algunos rubros hay más problemas de consumo de alcohol los fines de semana y ausentismo los lunes. En otras empresas, el conflicto es el uso excesivo de pantallas y juegos en línea. En todos los casos es bueno hacer talleres de concientización y de sensibilización, apuntan los expertos.
Cambio de paradigma
“Antes, se decía que los problemas de la casa se debían dejar en casa, y los problemas del trabajo, en el trabajo. Hoy hay un cambio de paradigma: se entiende que la persona es un todo y que cuando va a trabajar y le ha pasado algo en su circunstancia de vida familiar o social es inevitable que tenga repercusiones en lo laboral”, remarcó.
Lo importante, dijo Ferrari, es que las personas puedan encontrar dentro de ese ámbito laboral un espacio de contención, de escucha y de empatía.
“Una de cada ocho personas padece algún trastorno de salud mental; ya sea consumo problemático de sustancias, depresiones, trastornos de ansiedad, crisis de pánico, etcétera. Entonces, frente a este dato que muestra una incidencia altísima y que se agudizó después de la pandemia, no podemos mirar para otro lado. Las instituciones tenemos que contener y escuchar. Es una responsabilidad que tenemos los profesionales de la salud adentro de las organizaciones, hablar de estas cosas”, resaltó.
Ferrari dio algunos consejos a las organizaciones: “hay que abrir espacios para el desarrollo de programas que hagan abordaje de cuestiones de salud, y tener un equipo de profesionales que pueda trabajar sobre esto. Lo segundo es hacer diagnósticos sobre cuál es la problemática que tiene una organización determinada ya que no todos tienen los mismos conflictos. Tercero, hay que tener profesionales valientes, con el coraje de afrontar las diferentes situaciones. Y por último, medir los resultados de las cosas que uno hace para saber si sirven de algo o no”.
“Es bueno tener en claro que una organización ya no solo debe tener en mente ganar plata. Hoy, se deben crear espacios de contención”, insistió. En cuanto a las adicciones, recomendó tener una mirada y un enfoque desde una reducción del daño y un consumo responsable y no desde la prohibición. “Prohibir no da resultados, hablar sí”, precisó.
Niveles de consumo
“El consumo problemático es un síntoma que te muestra que hay vacíos dentro de las personas, vacíos que son llenados con la sustancia que sea o con una conducta determinada”, puntualizó. Luego habló de los distintos niveles de consumo que se pueden presentar y que no deben confundirse. “El primero es el uso recreativo o de experimentación. En el segundo nivel, ya hablamos de abuso de sustancias o de un comportamiento determinado; como en el caso de la ludopatía. Hay cosas que la persona ya no puede manejar. En el último estadio estamos ante un consumo problemático. La persona no puede pensar en otra cosa, está desbordada, tiene síntomas de abstinencia frente a la imposibilidad de consumir y ya empiezan a verse debilitadas todas sus vinculaciones, detalló.
El abogado Juan Pablo Martínez Iriarte, quien también está invitado a disertar en el Colegio de Psicólogos, hablará de las opciones legales que tienen tanto los empleadores como los trabajadores cuando aparece un consumo problemático en una organización determinada. “Es un tema que está aumentando mucho y la gente tiene inquietudes sobre cómo actuar; hay una gran cantidad de consultas”, resumió el letrado.