"Wos" pisó fuerte en Tucumán
Por Verónica Leiva
LA GACETA
Ya consagrado como uno de los narradores más potentes de estos tiempos y referente de un “nuevo rock”, Wos volvió a dejar su huella bien marcada en el suelo tucumano.
Algo pesa en el ambiente y es más que la humedad. Cerca de las 22, la expectativa de los fanáticos es tan notable que gritan su nombre al unísono y en aumento. Bajo el tinglado del Club Central Córdoba de Tucumán, miles de admiradores no ven la hora de presenciar en carne y hueso, la contundente energía del músico.
La dulce espera termina y Wos sube al escenario pisando fuerte. Como quien ve a alguien espectral, los fanáticos en la primera fila que estuvieron guardándose el lugar desde muy temprano, lloran al ver por primera vez a Valentín Oliva tan cerca.
Muchas generaciones. Los padres llevaron a sus hijos pequeños, adolescentes fueron en grandes grupos de amigos, jóvenes y también, gente mayor, dio el presente en el Club Central Córdoba. Quizás, por la originalidad de su arte, un estilo muy propio que fusiona el rock, hip hop y folklore, con letras que van “al hueso” y tratan temas como la ansiedad, la tristeza, la amistad, el amor y hasta crítica política.
El público lo dio todo. Bailó, cantó y saltó enérgicamente durante las dos horas enteras que duró el espectáculo. Pero el tiempo se detuvo cuando sonó el primer acorde de la canción “de los campeones del mundo”: “Y no tengo pensado hundirme acá tirado, y no tengo planeado morirme desangrado…”. En ese momento, la gente se abrazó y lloró atravesada por un sentimiento tan especial como el de aquel momento.
“Su vibra en vivo es mágica”, uno de los tantos fanáticos de 20 años que colmaron el predio fue Jeremías Almirón, que pudo hablar con LA GACETA. “Su música me transporta a otro lado, y en vivo te saca una sonrisa; como sea te hace feliz”. La canción ‘Contando ovejas’, que es sobre perder a alguien y desear verlo de nuevo, representa una gran contención para él, “es un lugar seguro para mí”.
“¡No iba a terminar esta gira sin pasar por Tucumán!”
Otro momento icónico de la noche fue cuando Wos “tiró free” e hizo estallar al público de emoción. Las rimas incluían agradecimientos a quienes viajaron desde Salta, Jujuy y Catamarca, al “amor de todo el norte de Argentina”, una mención a Atahualpa Yupanqui y a lo especial que era cerrar la gira por Tucumán.
Cercanía con fans. “Se nota que es muy humilde”, destaca Jeremías, que pudo conocerlo y cruzar unas palabras con Wos, el día anterior al show. El artista gentilmente recibió a los fans que fueron a buscarlo al hotel en donde estuvo hospedado y compartió un breve momento. “Lo primero que hice fue abrazarlo y decirle que nunca deje hacer lo que hace”, cuenta Jeremías (20) a LA GACETA. “Una chica le dijo que su música la salvó, y la entiendo, su música es algo muy bonito”.
Con Tomás Sainz en batería, Francisco Azorai en synth y teclas, Natasha Iurcovich en el bajo e Ivana “Chipi” Rudd en guitarra, el show no dejó ningún hueco. Desde la presencia escénica, las visuales y montaje en caliente hasta el acompañamiento de las luces, todos los recursos dieron resultado a una experiencia completísima. Wos dejó en evidencia que es un intérprete muy apasionado y que su música seguirá expandiéndose como un reflejo de toda una época.