La interna peronista que ni con Photoshop se disimula

La interna peronista que ni con Photoshop se disimula

La interna peronista que ni con Photoshop se disimula

De repente, la política alcanzó una dinámica vertiginosa. Como si la proximidad del cierre del año y el comienzo de un período electoral los hubiera sacudido y sacado de la modorra reinante. Tras un chasquido, las fotos y los mensajes se sucedieron, en una secuencia tan analógica como la forma misma de hacer política a la que están acostumbrados.

A los estudiantes de fotografía les enseñan que toda imagen cuenta una historia. Por eso resulta importante prestar atención a los detalles de cada retrato: a los que se ven y a los que no, como la oportunidad y el momento en que se toma esa captura. Que el gobernador Osvaldo Jaldo se haya reunido el lunes –y mostrado- con el intendente de Famaillá Juan Enrique Orellana y los 10 concejales de esa ciudad tenía un propósito. Es en esa ciudad en donde se sembró el primer brote internista serio de esta gestión. Aquel fin de semana de septiembre, la presencia del senador Juan Manzur junto a José Orellana y a su esposa, la también senadora Sandra Mendoza, enfureció a la Casa de Gobierno. Hubo llamados para que los intendentes invitados no asistieran al tradicional festival y luego represalias: al iniciar octubre cayeron decenas de contratos de empleados comunales que respondían a esa pareja. No obstante, quedaron intactos los “nombrados” por el mellizo Juan Enrique.

A partir de entonces, José Fernando Orellana y Sandra Mendoza reforzaron sus cuestionamientos públicos a la gestión de Jaldo por su cercanía con Javier Milei y potenciaron su acercamiento a Manzur, ya sin ocultarse. Por eso la citación, la imagen difundida y los elogios de Juan Enrique Orellana al gobernador y a su relación con el Presidente cobran sentido. Hacia afuera, el mensaje transmitido es que el Gobierno pudo “romper” la histórica sociedad entre los mellizos más famosos de Tucumán. Pero, a fuerza de ser sinceros, nadie sensato puede poner en duda que el intendente famaillense es condescendiente con el jaldismo sólo para evitar represalias directas de la Provincia, como el retaceo de fondos para el funcionamiento de la Municipalidad que conduce. Es una cuestión de sentido común.

La respuesta vino, como era de imaginar, con otra foto. La senadora Mendoza fue a la Intendencia de San Miguel de Tucumán y se retrató con Rossana Chahla. Si bien se trató de una reunión pautada con anterioridad al mitin famaillense en Casa de Gobierno, el impacto y el efecto de ese acontecimiento se pueden dimensionar en los comentarios de quienes merodean a la jefa municipal y al gobernador. Hay versiones de mensajes con explicaciones que no fueron respondidos. Y hay palabras y hechos concretos que certifican la molestia de Jaldo por esa cumbre paralela. “Que los senadores se acuerden de trabajar por Tucumán porque no los he visto haciendo nada”, reprochó el mandatario. No hay Photoshop capaz de disimular un malestar semejante.

En paralelo, el ministro del Interior, Darío Monteros, recibió en su despacho al secretario general del gremio de empleados municipales, Osvaldo Acosta. Tampoco fue un encuentro casual, sino netamente con olor a revancha: “Cacho” acompañó a Chahla durante la campaña. Y hubo otra jugada simbólica en el tablero de la capital: ayer, el bloque de concejales oficialistas cambió su denominación. Para diferenciarse del kirchnerismo, dejará de llamarse “Unión por la Patria” y pasará a ser “Bloque Peronista de la Capital”, según la nota dirigida al presidente del Concejo, Fernando Juri, por el titular de la bancada, el ex manzurista Ernesto Nagle. Otro gesto del jaldismo para tomar distancia de cualquier vestigio “K”.

En Buenos Aires y lejos de recular, Manzur y Mendoza aprovecharon la coyuntura revuelta para mandar otro mensaje al peronismo tucumano. El mismo día en el que la Cámara Federal de Casación Penal ratificó la condena contra Cristina Fernández de Kirchner por presuntos actos de corrupción, viralizaron una instantánea sentados con la ex presidenta en el Instituto Patria. Para que no queden dudas de sus intenciones, contaron que se está gestando una visita de la nueva titular del Partido Justicialista a Tucumán, antes de fin de año. El ex gobernador, aunque se mantiene en silencio, ya no oculta por lo bajo su distanciamiento y sus diferencias con quien fue su compañero de fórmula durante ocho años. Manzur repite que “no comprende” los pasos que siguió Jaldo desde que asumió ni tampoco por qué “hizo cosas que no estaban acordadas”. También, alerta que tomó el camino equivocado al acercarse tanto a Milei. Lógicamente, el senador recuperó expectativas de la mano de CFK, por lo que se agigantan las chances de una interna en el peronismo local el próximo año.

El desafío para el ex jefe de Gabinete y el grupo de disidentes será conseguir el apoyo de la dirigencia dentro de un justicialismo históricamente verticalista y ordenado a partir de quien tiene lapicera y caja. Y ambos instrumentos son patrimonio de Jaldo. En particular, cuando queda más de la mitad del mandato por delante y la mayoría de los electos tiene chances de buscar un nuevo período. Por lo pronto, será revelador identificar los nombres de los tucumanos que se muestren en el acto que Cristina encabezará mañana en Santiago del Estero. Muchos dirigentes tienen ganas de estar en el estadio de Quimsa, pero temen a las patrullas de “El Comisario”. En primera fila, según la organización, tendrán un lugar asegurado Manzur, Mendoza, Pablo y Gabriel Yedlin y José Orellana; además de Alejandro Melo.

Jaldo, en esta escena, tampoco está muy cómodo para afrontar esta nueva etapa en el PJ. Para los moderados o dialoguistas no es una buena noticia que Cristina haya vuelto a ser la figura excluyente de la oposición al mileísmo. Consciente de que las balas están picando muy cerca, el mandatario evitó referirse sobre la condena recibida por la ex presidenta. “No tengo opinión al respecto”, se excusó. El gobernador, cuya postura frente a la Casa Rosada lo legitimó puertas afuera del PJ, no tiene más alternativa que refugiarse en los provechos que pueda sacar de esa relación. Por ejemplo, la reciente decisión de la Nación de cederle un predio de 100 hectáreas para la construcción de 3.100 viviendas. Vaya un paréntesis aquí para graficar el cambio de época: durante el kirchnerismo, los gobernadores celebraban el financiamiento nacional de obras de esa envergadura, como Lomas de Tafí o Manantial Sur. Al gobernador actual le toca festejar una cesión de terrenos y comenzar a ingeniársela para poder levantar esas casas prometidas. Pero, en el actual contexto, el gesto obtenido por Jaldo representa todo un logro, en comparación con el resto. Por ejemplo, el santafesino Maximiliano Pullaro todavía discute con la Nación el traspaso de rutas. Es insólito, pero el gobierno libertario no se las cede pese a que el radical las reclama para que esa provincia pueda asumir el mantenimiento. Milei no quiere saber nada con la obra pública, pero tampoco las delega.

Terrenos

Hubo otra foto en esta semana con consecuencias dentro del oficialismo. La imagen del vicegobernador Miguel Acevedo y del legislador Sergio Mansilla en el despacho gubernamental podría haber sido la de cualquier otra reunión de trabajo habitual. Sin embargo, a esa cita los representantes del Poder Legislativo acudieron con el secretario de la Cámara, Claudio Pérez. Y su presencia no es común y en este caso se justifica en algunos ruidos que se produjeron en la relación entre ambos poderes. Uno tiene que ver con la aprobación de una ley mediante la que la Cámara se quedó con la titularidad de terrenos en los que se erige el viejo edificio legislativo, entre el ex hotel Savoy y el teatro San Martín en avenida Sarmiento al 600. Ese inmueble está en manos de la Provincia, y los legisladores votaron un proyecto para cambiar el dominio. Sin embargo, les llegaron versiones de que el Poder Ejecutivo tendría intenciones de vetar el texto aprobado. El runrún se potenció y caldeó el clima porque semanas atrás, Jaldo había vetado en forma parcial la ley que entregaba el control de los espacios de Lomas de Tafí a la municipalidad taficeña. Esto, pese a que –según legisladores- había un compromiso oficial de que no se rechazaría la iniciativa.

Parecen temas menores de papeleríos y de burocracia, pero en el fondo implican la necesidad de consensuar políticas y destinos de inmuebles o de tener libertad de acción. Y eso en política equivale a independencia. Según trascendió, en el encuentro también hubo un ida y vuelta respecto de la dilación en el tratamiento del proyecto de Presupuesto 2025. Ante una consulta puntual, el vicegobernador dejó en claro que el texto enviado por la Casa de Gobierno será estudiado durante este mes y aprobado en diciembre, sin ningún apuro. Algo similar dispuso Acevedo respecto de la Ley de Acceso a la Información Pública. La iniciativa fue presentada por Jaldo mientras él se encontraba en Estados Unidos. El legislador Gerónimo Vargas Aignasse, que preside la comisión de Legislación General, se apuró en adelantar que el martes (en referencia a este que pasó) se iba a reunir el comité que preside para comenzar su análisis. Sin embargo, no se abordó la propuesta oficial. Hay quienes sugieren que hubo un llamado desde Norteamérica para desacelerar el debate. Es que en el oficialismo, cuando hay una foto, seguramente hay una interna que la justifique.

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