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PROS Y CONTRAS. Las copiosas lluvias impidieron la cosecha de algunos lotes, pero beneficiaron la buena brotación y el crecimiento inicial de los cañaverales. LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL
“La presente zafra se inicia el año pasado con un escenario muy particular, caracterizado por haber transitado tres años consecutivos con déficit hídrico y un marco económico favorable por buenos precios del azúcar, tanto en el mercado local como internacional”, subrayó Jorge Scandaliaris, investigador emérito de la Eeaoc.
Destacó que las circunstancias de un buen momento financiero posibilitaron que se renovaran las plantaciones afectadas por la sequía, o que ya habían cumplido su ciclo de producción, con el propósito de mejorar la capacidad productiva de los cañaverales para la siguiente campaña agrícola. “Además, se incorporaron nuevas hectáreas provenientes de los sectores citrícola y granífero, que contribuyeron a un significativo crecimiento del área cañera de la provincia, como consecuencia directa de la mejor condición de rentabilidad del sector de la caña de azúcar, en relación a los otros cultivos de la provincia”, precisó.
Añadió que también los cañeros dispusieron de los recursos económicos como para realizar un adecuado manejo del cañaveral, incorporando nuevas variedades de mayor capacidad productiva. “La inversión de plantaciones y el esfuerzo por aplicar modernas tecnologías fueron en general acompañadas por las lluvias en toda la provincia, lo que configuró un ámbito adecuado para asegurar una buena respuesta del cañaveral”, remarcó.
En consecuencia, la zona cañera de Tucumán dispuso de un récord en disponibilidad de materia prima para la zafra 2024, que fue estimada en 20,5 millones de toneladas de caña para molienda y para semilla, con un rendimiento promedio provincial de caña de 70 toneladas por hectárea (t/ha), y la posibilidad de que se dé una “superzafra”.
“Entre los diferentes factores que contribuyeron para alcanzar los valores productivos citados, hay que destacar muy especialmente a las nuevas variedades TUC, liberadas por la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) en los últimos años, que jugaron un rol fundamental en la obtención de notables rendimientos culturales en muchos lotes de la provincia”, dijo. Se refería a las variedades TUC: 95-10; 03-12; 06-7 y 02-22, que contabilizaron lotes de sorprendente nivel productivo.
Ante el panorama descrito, los ingenios aceleraron los preparativos de fábrica para un inicio temprano de la molienda, lo que fue una feliz decisión, en el intento de procesar convenientemente toda la caña disponible. “Sin embargo, una huelga intempestiva impidió que se dejaran de procesar más de 300.000 toneladas de materia prima, que hoy pueden quedar en pie, sin cosechar”, advirtió.
Agregó que el avance de la zafra permitió comprobar el buen estado de los cañaverales, tanto en lo que se refiere al volumen productivo de los lotes como a la calidad fabril de las cañas, superiores a la del año anterior. “En los resultados logrados en las primeras semanas, se pudo comprobar el buen comportamiento de las nuevas variedades, tanto en tonelaje, como en su contenido sacarino”, contó.
El 11 de julio una fuerte helada afectó los cañaverales de la provincia; y a partir de ese momento comenzó otra zafra. “Los programas de cosecha debieron modificarse para dar prioridad a aquellos lotes más afectados por el efecto del frío”, explicó.
Señaló que lo llamativo de las heladas de este año fue que el frío alcanzó incluso a áreas normalmente protegidas del piedemonte, lo que dejó expuesto al deterioro de la calidad la mayor parte de la zona cañera, salvo los departamentos del norte de la provincia.
“El buen crecimiento generalizado de las nuevas variedades, sumado a su cualidad de maduración temprana, evitó que las pérdidas sean más importantes. Con todo, el ajuste de la estimación de producción probable, que realiza la Eeaoc en agosto redujo el nivel productivo a 17,5 millones de toneladas”, indicó.
Precipitaciones
Entre el 7 y 10 de octubre se acumularon voluminosas lluvias, que tuvieron una gran incidencia en el desarrollo de la zafra. En general, las precipitaciones en la provincia más que duplicaron los registros promedios de las localidades, lo que ocasionó serios problemas y un final anticipado de la molienda para la gran mayoría de los ingenios.
“Las dificultades continúan hoy, debido a la falta de piso para que los equipos pesados de cosecha y de transporte de la materia prima, puedan transitar sin dificultad por los surcos saturados de humedad. La continuidad de las precipitaciones hasta el día de hoy sigue generando limitaciones para alcanzar un avance de molienda apropiado”, consideró.
A raíz de tal situación, la mayoría de los ingenios han finalizado la zafra 2024 sin haber completado el programa de molienda, debido a las dificultades señaladas. “Otros ingenios tienen el objetivo de terminar la campaña a costa de un gran esfuerzo, y cumplir así con el objetivo programado”, precisó.
Las copiosas lluvias que caracterizaron la primavera, si bien resultaron obstáculos insalvables para cosechar algunos lotes, beneficiaron la buena brotación y el crecimiento inicial de los cañaverales, para el nuevo ciclo de crecimiento
“Sin embargo, aparecen algunas cuestiones negativas, como la dificultad para el laboreo en campos con exceso de lluvias y napas freáticas, que dificultan la operación de la maquinaría. Por otra parte, los cañaverales que no han podido ser cosechados, tendrán que tener prioridad en recibir una atención especial, para que tengan una cosecha apropiada”, señaló. Para cerrar, dijo que una vez finalizada la cosecha se podrán realizar proyecciones sobre la zafra 2025.
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