En días de calor hay que buscar el equilibrio nutricional perfecto para mantenernos hidratados y saludables. Para eso, es ideal que las comidas no sean demasiado pesadas o calóricas y, si son frescas y contienen propiedades que benefician al organismo, mucho mejor.
Los smoothies son batidos helados que reúnen todas estas características. La versatilidad de sus recetas permite hacer fusiones impensadas y lograr resultados increíbles, no solo en cuanto a su sabor, sino también en cuanto a los valores nutricionales y propiedades como proteínas, vitaminas, minerales y fibras.
Smoothie energético refrescante para el verano
El smoothie de yogur es uno de los batidos menos conocidos. Es que suelen prepararse con frutas y pocos tienen en cuenta la posibilidad de agregar un lácteo o, mejor aún, incluir sus suplementos nutricionales en el licuado. Para este smoothie se necesitarán los siguientes ingredientes:
- 300 gramos de yogur griego
- 50 gramos de frutillas congeladas
- 50 gramos de arándanos congelados
- Azúcar o endulzante a gusto
- Hielo en caso de que la fruta no esté congelada
Smoothie paso a paso
Aunque preparar un smoothie consiste, básicamente, en licuar algunas frutas, hay algunos tips a tener en cuenta para lograr mejores resultados. En primer lugar, se destaca que las frutas deben estar congeladas para lograr una consistencia más espesa, característica de este tipo de bebidas.
Las frutas pueden comprarse ya congeladas o pueden comprarse en estado natural y guardarse en el freezer en bolsas herméticas para evitar que se quemen. Cualquiera de las dos opciones funciona, pero la segunda puede resultar más económica y más orgánica.
Una vez que las frutas están congeladas, se deben dejar reposar cinco minutos fuera del freezer. A continuación, agregar el yogur y la fruta en la taza de la licuadora o en el recipiente de la mini pimer. Batir durante algunos minutos y endulzar a gusto.
Otra recomendación que se puede tener en cuenta es que, para lograr una consistencia más cremosa, el yogur es una buena opción. También lo son la crema de leche y la leche condensada, aunque esta última aporta una dulzura extra que algunas personas no están dispuestas a experimentar.