La inclusión de Pablo Hernández en el equipo titular de San Martín de Tucumán fue un movimiento inesperado; una jugada táctica que reflejó la capacidad de su entrenador para leer el juego y adaptarse a las circunstancias. Tras la caída contra Aldosivi nada parecía favorable, pero todo salió bien para el “Santo”.
El regreso a un esquema que había dado resultados durante la temporada, con el tándem conformado por Matías Ignacio García y Gustavo Abregú, sumó un ingrediente sorpresa con el ingreso de Hernández en el medio campo.
Ese cambio estratégico se materializó en un triunfo clave contra San Telmo, con los goles de “Tucu” y de Lautaro Fedele.
La apuesta por el ex volante de Celta de Vigo y de Independiente, entre otros equipos resultó un acierto total. Con su vasta experiencia y su visión de juego, se impuso en la última práctica antes del viaje a Buenos Aires y se ganó un lugar en el “11” titular.
Su labor en el medio campo no estuvo abocado a la marca como en otras oportunidades. Esta vez Hernández se desplegó; jugó más libre y tuvo más participación ofensiva. Algo así como una especie de enlace, rompiendo las líneas defensivas rivales. Este ajuste le permitió a San Martín sorprender al “Candombero” y consolidar una ventaja que podría ser determinante de cara a la revancha de este domingo.
El gol de cabeza de Hernández, fruto de una jugada de pelota parada, fue un ejemplo perfecto de lo que aportó al equipo: capacidad para aparecer en los momentos decisivos para desorientar a la defensa contraria.
“Pablo hizo un gran trabajo, especialmente en combinación con Junior (Arias). Tenían la tarea de controlar a los centrales y al mediocampista defensivo rival y creo que ambos lo lograron. Entre Matías (Ignacio) García y Abregú, supieron manejar al ‘5’ de ellos; lo que nos permitió mantener una estructura sólida y conceder pocas oportunidades de gol. Eso es algo muy difícil en una cancha en la que suelen llegar con muchos jugadores al área”, analizó Flores, durante la conferencia de prensa semanal.
“Tucu” mostró ser más que un volante de contención. A pesar de que las recurrentes lesiones le jugaron una mala pasada a lo largo de la temporada, su participación en la ofensiva fue determinante en partidos anteriores, como en la victoria contra Talleres Remedios de Escalada en Buenos Aires y Deportivo Maipú en La Ciudadela, en la que en el segundo tiempo se soltó por la banda y asistió a Gonzalo Klusener para el gol de la victoria.
Antes, contra el “Tallarín”, había lanzado un pase preciso que derivó en la jugada del gol de Arias.
No obstante, las lesiones le impidieron tener la regularidad necesaria para mostrar su mejor versión, algo que no pasó desapercibido entre los hinchas.
A pesar de las críticas de un sector, Flores fue enfático en su defensa. “¿Quiénes lo cuestionan? No creo que todos los hinchas lo critiquen, sólo algunos. Las críticas son parte del fútbol y nos llegan a todos, no sólo a los jugadores”, comentó el DT.
“Pablo es un jugador con una trayectoria destacada. Jugó cuatro años en el Celta de Vigo, fue campeón de América y tiene una jerarquía indiscutible. Aporta experiencia y mejora a sus compañeros. Físicamente, volvió a estar en buena forma y tiene muchas cualidades que suman al equipo”, añadió Flores sobre su futbolista.
El partido del domingo en La Ciudadela será una prueba de fuego para confirmar el buen momento de Hernández y, sobre todo, del equipo.
El “Santo”, con ventaja deportiva y la motivación de un triunfo en la ida, buscará sellar su clasificación a semifinales del Reducido con una alineación que, según las palabras de Flores, se mantendría sin cambios.
El popular refrán “equipo que gana no se toca” parece encajar perfectamente con la situación actual. Y en ese esquema, Hernández es una de las principales cartas ofensivas. Si “Tucu” mantiene el nivel mostrado en Buenos Aires, su capacidad para manejar los tiempos y su habilidad para romper líneas con sutileza pueden marcar la diferencia en un momento decisivo del torneo.