El triunfo de San Martín de Tucumán contra San Telmo en la Isla Maciel llegó como un consuelo para una hinchada que aún arrastraba el dolor de la final perdida contra Aldosivi por el primer ascenso a la máxima categoría del fútbol argentino. Después de la desilusión en el “Gigante de Arroyito”, donde el equipo dejó una imagen distante de su mejor versión, la victoria del sábado se sintió como un resurgir y un faro de esperanza que renovó las ilusiones.
Pasaron 10 días de la final y en ese sentido, los hinchas del “Santo” no dudaron en compartir sus sensaciones y sentimientos sobre lo ocurrido. Algunos no pudieron ocultar la frustración por lo que consideraron una actuación por debajo de las expectativas. “Viaje a Rosario y lo que vi fue terrible, una desazón total. No podíamos creer lo que veíamos. Un equipo irreconocible”, afirmó José Quintana.
La derrota, además de causar una profunda tristeza, generó un intenso debate entre los hinchas sobre las razones de la caída. A medida que pasaban los días, surgieron muchas preguntas sin respuestas, y los fanáticos intentaron encontrar explicaciones que ayudaran a entender lo sucedido.
La búsqueda de culpables arrojó varios planteos, siendo el primero el cuerpo técnico, encabezado por Diego Flores. Muchos cuestionaron las decisiones tácticas del entrenador, especialmente los cambios en la estructura del equipo. “No entiendo cómo jugamos todo el campeonato con doble ‘5’ y cambiamos la estrategia en la final. Inexplicable”, afirmó Rodrigo Benjamín Ponce.
La modificación de una fórmula que había sido exitosa durante todo el torneo fue vista como un error por muchos, incluido Germán Matías di Benedetto. “Todo era alegría hasta que comenzó el partido. Un San Martín desconocido, sin reacción, con un planteo raro del entrenador. No parecía que estuviéramos jugando por el ascenso. Los que venían mostrando un buen rendimiento como Matías García, Lucas Diarte y Gustavo Abregú estuvieron en bajo nivel”, dijo Di Benedetto
A pesar de la frustración por lo sucedido en Rosario, muchos hinchas, como Julián Agustín Martínez, intentaron encontrar un lado positivo en todo esto. “Estuve en Rosario y, sinceramente, me invadió una gran tristeza, tanto por el resultado como por el rendimiento del equipo, que no estuvo a la altura de una final por el ascenso”, dijo Martínez, que reveló sus sentimientos al ver el triunfo contra el “Candombero”, con goles de Pablo Hernández y Lautaro Fedele. “Lo viví con alegría, ya que es difícil recuperarse después de perder una final. Creo que en el partido del sábado, San Martín demostró que sigue siendo candidato y que perfectamente puede llegar a la final”, destacó, con esperanza.
La victoria contra San Telmo, algo ajustada, trajo calma a los corazones de los hinchas, que vieron en el rendimiento del equipo una señal de que todavía había vida en la lucha por el ascenso.
Para Luis Antonio Alfaro, el triunfo en la Isla Maciel era todo lo que necesitaba para volver a confiar en el equipo. “Viví el triunfo de manera especial; me desahogué y lloré de la emoción”, comentó el fanático de 60 años.
Por su parte, Roque Martín Díaz, de 33 años, recordó cómo el partido en Rosario fue una experiencia inolvidable, pero con un sabor amargo. “Viajé con mi hijo y desde que él nació había soñado con vivir un partido así. Lamentablemente, no se dio el resultado, pero al menos nos queda el recuerdo de haberlo vivido juntos. La derrota fue dura, pero el triunfo contra San Telmo reavivó nuestras expectativas. Sabemos que San Martín siempre se levanta cuando todos nos dan por vencidos”, sostuvo con optimismo.
El optimismo se renueva para los hinchas de San Martín de Tucumán
Mientras que Álvaro Nicolás Bono también vivió la final con mucha expectativa, y aunque el golpe fue duro, no perdió la fe. “Dejando de lado el resultado, fue uno de los mejores viajes de mi vida. La derrota fue algo inesperado; estábamos muy ilusionados y confiados. Fue un golpe durísimo, pero así es el fútbol”, sentenció Bono. “Sigo creyendo que podemos llegar a la final si el equipo mantiene el nivel y la concentración. La fe y la esperanza siguen intactas. Todo es posible mientras estemos en la pelea”, dijo el fanático de 28 años.
A pesar de las críticas a las decisiones tácticas y la amargura por la derrota en Rosario, los hinchas coinciden en algo fundamental: la fe en San Martín sigue viva. La ilusión del ascenso a través del reducido, que podría dar cierre al año de la mejor manera, permanece intacta.
“Mientras haya chances, no hay que perder la fe. Este equipo tiene el potencial. Ojalá logremos el objetivo. San Martín es más que un equipo para mí, es una pasión que mueve cada aspecto de mi vida. Es algo que no se puede describir con palabras. Es amor y devoción por un escudo que significa todo”, concluyó Guillermo Carabajal, dejando en claro que los hinchas renovaron las esperanzas.