Gabriel Fernández cumplía una condena a tres años de prisión por violencia contra su pareja, una mujer. Había quedado detenido en 2016, en Córdoba, y en 2018 manifestó que se autopercibía mujer y pasó a llamarse Gabriela Nahir Fernández.
Con su nueva identidad de género, las autoridades del penal cordobés de Bouwer lo mudaron de pabellón y lo trasladaron al femenino, donde acumuló denuncias de maltrato y violencia contra otras presas.
Recientemente, Gabriela Nahir Fernández fue acusada de violar y dejar embarazada a otra interna, lo que provocó un fallo judicial para su inminente traslado a un lugar sin contacto con otros reclusos.
Esta noticia provocó la reacción de la vicepresidente Victoria Villarruel, que a través de su cuenta de X señaló: "Esto es claro y simple, el que esté a favor de la ideología de género es un degenerado/a, y el que esté a favor de sexualizar a los niños es un pedófilo en potencia. Nuestro gobierno los va a combatir hasta que no nos quede sangre en el cuerpo".
En abril del 2019, Fernández fue acusada de privación ilegítima de la libertad, lesiones leves y amenazas por ataques contra otra mujer compañera en el pabellón. Tiempo después salió en libertad condicional. A fines de ese año, fue denunciada por su pareja con su nombre masculino y ella, a su vez, también la acusó. En el 2022 fue otra vez denunciada y volvió al penal.
La Justicia acaba de confirmar su prisión preventiva y ordenó avanzar hacia el juicio oral por violencia de género para Gabriela. También dispuso su traslado a un lugar especial, en donde se respete su identidad pero no se ponga en peligro a otras internas. “Para brindar completitud a los derechos de la aquí imputada, se vulneraron o se pusieron en riesgo los derechos de 481 mujeres”, sostuvo el fallo.