Además de ser una infusión estimulante para muchas personas, el café es dueño de numerosas propiedades que lo convierten en un aliado para combatir los problemas de nuestra piel. Combinado con otros ingredientes, éste puede combatir la aparición de arrugas, la hinchazón y los problemas de circulación sanguínea.
Cuando se aplica a la piel, el café actúa como antioxidante, antiinflamatorio y exfoliante. A continuación, algunos de sus beneficios más destacados:
- La textura granulada del café molido actúa como un exfoliante natural suave para eliminar las células muertas de la piel, dejándola más suave y radiante.
- Puede aumentar la circulación sanguínea en la piel, lo que puede ayudar a reducir la hinchazón y mejorar la apariencia de la piel opaca.
- Los antioxidantes en el café pueden ayudar a contrarrestar los efectos del estrés y reducir los signos del envejecimiento, como las arrugas y las líneas finas.
¿Cómo cuidar la piel con café?
Esta mascarilla es especialmente buena para la exfoliación y la estimulación de la circulación de la piel debido a las propiedades del café molido. Asegúrate de hacer una prueba de parche en una pequeña área de la piel antes de aplicar la mascarilla en todo el rostro para asegurarte de que no tengas ninguna reacción alérgica.
Ingredientes:
- Dos cucharadas de café molido
- Una cucharada de yogur natural
- Una cucharadita de miel
- Una cucharadita de aceite de coco o aceite de oliva
Pasos:
1. Comienza por limpiar tu rostro con un limpiador suave y secate con una toalla limpia.
2. En un tazón pequeño, mezcla el café molido con el yogur. Podés agregar miel para obtener propiedades adicionales de hidratación y suavidad, así como aceite de coco u otro aceite natural para un extra de hidratación.
3. Mezcla bien los ingredientes hasta obtener una pasta uniforme. Ajusta la cantidad de yogur si es necesario para lograr la consistencia deseada.
4. Aplica la mascarilla sobre tu rostro y cuello, evitando el área de los ojos y los labios. Puedes usar tus dedos limpios o una brocha de maquillaje para hacerlo.
5. Deja que la mascarilla repose durante 15-20 minutos, para que los ingredientes puedan actuar en tu piel.
6. Después del tiempo de espera, masajea suavemente la mascarilla en movimientos circulares. Esto ayudará a exfoliar la piel y estimular la circulación sanguínea.
7. Enjuaga la mascarilla con agua tibia y seca tu rostro con una toalla limpia.
8. Aplica tu crema hidratante habitual para mantener la piel suave e hidratada.
Podés usarla una o dos veces por semana, dependiendo de tu tipo de piel y tus necesidades individuales. Es importante que antes de aplicar la mascarilla consultes con tu dermatólogo.