11 Noviembre 2024
AGRUPACIONES. Varias academias folclóricas participaron de los festejos que se llevaron a cabo ayer, al ritmo de zambas, de chacareras y de gatos. LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO
El horno de barro de la casona también volvió a encenderse al mediodía para convidar empanadas a las decenas de personas que desde las 9 llegaron al festejo. Los mates se pasaron de mano en mano. Ponchos y sombreros, amplias polleras y pañuelos al aire, también fueron protagonistas de una jornada que buscó mantener viva la tradición, algo difícil por estos tiempos.
¿Qué es ser gaucho en este contexto de redes sociales y modas extranjeras? “Es el orgullo de sentir que represento a mi tierra, a mi cultura. No tan solo cuando uso algunos de nuestros trajes típicos, sino también cuando comparto con otros la humildad y el compañerismo que me enseñó el gauchaje”, afirmó Benjamín Ibáñez, un folclorista de 18 años.
“Soy el primer gaucho de mi familia”, contó el joven que mientras esperaba su turno para volver a bailar junto a sus compañeros, comentó que lo que más disfruta es subirse al caballo para participar de desfiles cívicos o procesiones.
ARTE. Se expusieron pinturas que reivindicaron las tradiciones argentinas.
“Invito a todos mis amigos porque intento que ellos también se contagien de este amor por nuestras raíces porque vivimos en una provincia que es tierra gaucha y deberíamos conocerlo y honrarlo”, remarcó.
Al respecto, el director del museo, abogado e historiador, José María Posse, remarcó la importancia de que la figura del gaucho, sea aún valorada por los jóvenes.
DIRECTOR. José María Posse participó y coordinó el evento en el museo.
“Hay que remarcar el trabajo de las agrupaciones tradicionalistas quienes son las que llevan adelante, generación tras generación, la antorcha delos padres fundadores de nuestra patria”, definió.
Nuevas generaciones
Elegir la fecha del nacimiento de José Hernández para celebrar la tradición tiene un simbolismo fuerte. A través de esta obra, se transmitió una visión crítica de la realidad social de la época, dándole voz a una figura marginada. “Es muy importante que hoy se pueda recordar y conmemorar esto, para darle valor a nuestras tradiciones y símbolos patrios también”, comentó al respecto, Raquel Jabaloyas, representante de la agrupación “Potro sin marca” de San Isidro de Lules.
PONCHO. Villagra deseó que más personas vistan ropas tradicionalistas.
“Para que la tradición no muera nunca hay que valorizarla desde la familia, en nuestro hogar, en las instituciones educativas y en nuestros lugares de trabajo”- consideró- “es esencial hablar de nuestro pueblo porque esa es la manera que nuestras futuras generaciones mantengan viva la historia”.
Sobre eso también habló Mario Herrera, profesor de la academia Patria Mía, quien señaló que aunque parezca que la juventud pierde de a poco el interés por nuestras costumbres, las escuelas de danzas folclóricas están repletas de interesados. “Más allá de que da la impresión de que estamos invadidos por culturas extranjeras nos sigue tirando mucho nuestras raíces”, manifestó.
“He conocido gente que me dice ‘a mí no me gusta el folclore’ hasta que va a una peña o empieza a escuchar la historia que tiene por detrás. Entonces su apreciación cambia en minutos, porque se contagian con algo que también tiene nuestro folclore que es la sensación de amistad”, aseveró el gaucho.
De inmediato, Herrera aclaró que aunque hablaba desde su lugar de bailarín, la danza es solo una parte de las costumbres típicas que no se deben olvidar.
“Hay que disfrutar de nuestras comidas, de nuestra idiosincrasia y sobre todo de nuestra memoria para saber de donde vinimos. A esa sí no hay que perderla jamás”, cerró.
Una gauchada
“Ser un gaucho es primero y como la palabra ya lo dice: ser solidario, hacer una “gauchada”, comentó Alejandro Villagra, presidente de la agrupación “Potro sin marca”.
“Quienes nacimos y nos sentimos gauchos, entendemos que tenemos que estar ahí para toda la gente que nos necesite y sin pedir nada a cambio”, agregó el hombre y sumó que también piensa en el gauchaje cuando imagina a los trabajadores del campo.
“Estamos en aquellos que crían el ganado, que cuidan sus caballo, los que cultivan la tierra o pelan las cañas”, puntualizó.
“A veces nos olvidamos de eso o cambiamos el concepto porque siempre miramos las tradiciones de afuera y no las nuestras”, desarrolló y cuestionó: “¿Se ven usualmente ponchos en la calle? No, y usarlo debería ser un orgullo”.
“Hoy lo hacemos porque es una fecha especial, pero deberíamos intentar pregonar siempre nuestra comida, música, baile y destrezas criollas, para que nuestros jóvenes sepan lo que significa y lleven la solidaridad del gauchaje a toda la gente”, sentenció Villagra.
Jornada emotiva
El director de la Casa Histórica, por otro lado hizo un balance lo que significó que la tradición cobrara vida en el museo.
“Entre los visitantes hubo muchos turistas que pudieron experimentar de primera mano nuestras tradiciones, y sobre todas las cosas hubo una emoción muy particular por poder enseñar lo que somos”, dijo el también abogado.
Por esto mismo, en las primeras horas se reconoció a la agrupación “General Aráoz de la Madrid”, una de las más antiguas de todo el país.
Por otra parte, la música en vivo estuvo a cargo de Coqui Sosa, quien puso las melodías típicas para todos quienes asistieron de forma libre y gratuita.
“Esta oportunidad de mostrar todas nuestras tradiciones a los visitantes, es algo que nos ha llenado de satisfacción a todos los que trabajamos en la casa de todos los argentinos”, reflexionó.
Y sumó: “Tradición significa entrega. Entrega de todo ese bagaje cultural y de gente que va pasando sus costumbres de una generación hacia otra; y la patria, como decía Jorge Luis Borges, somos todos y no es nadie”.
“La patria es una construcción que se va forja sobre la base de lo que nuestros mayores nos legaron. Entonces tenemos nosotros un eje de trabajo que es sus símbolos, sus héroes, sus valores y principios. Y creemos que al recuperar esos principios y hoy estamos forjando una nueva generación de patriotas”, finalizó.
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