WASHINGTON, Durante su campaña para la reelección, Donald Trump prometió purgar el ejército de los llamados generales “woke” (forma despectiva de nombrar a los que defienden políticas contra la discriminación). Ahora que es presidente electo, la pregunta en los pasillos del Pentágono es si llegará mucho más lejos, según los periodistas Phil Stewart e Idrees Ali.
En un análisis publicado ayer, afirman que se espera que Trump tenga una visión mucho más sombría de sus líderes militares en su segundo mandato.
Durante su primera presidencia, el republicano enfrentó resistencia del Pentágono en todo tipo de temas, desde el escepticismo de Trump hacia la OTAN hasta la amenaza de desplegar tropas para sofocar protestas en las calles de Estados Unidos.
Ex generales y secretarios de Defensa de Trump se encuentran entre sus críticos más feroces. Algunos lo tildan de fascista y lo declaran no apto para el cargo. Enojado, Trump ha sugerido que su ex jefe del Estado Mayor Conjunto, Mark Milley, podría ser ejecutado por traición.
Funcionarios estadounidenses (actuales y anteriores) dicen que Trump dará prioridad a la lealtad en su segundo mandato y eliminará a los oficiales militares y funcionarios de carrera que considere desleales.
“Destruirá el Departamento de Defensa y destituirá a generales que defienden la Constitución”, dijo Jack Reed, el demócrata que dirige el Comité de Servicios Armados del Senado.
Lo que Trump percibe como una “guerra cultural” podría ser el detonante de despidos. En una entrevista en junio, en la cadena “Fox News”, aliada del ahora presidente electo, se le preguntó si despediría a los generales descritos como “woke”, término que los conservadores usan para despreciar las políticas centradas en la justicia racial y social. “Los despediría. No se puede tener un ejército woke”, dijo.
Otro temor es que el equipo de Trump apunte al jefe del Estado Mayor Conjunto, el general de la Fuerza Aérea C.Q. Brown, ex piloto de combate y comandante militar muy respetado, que se mantiene alejado de la política.
Brown, un general de cuatro estrellas, afroestadounidense, emitió un mensaje en video sobre la discriminación en las filas en los días posteriores al asesinato de George Floyd en mayo de 2020 a manos de un policía en Minneapolis, y ha sido una voz a favor de la diversidad en el ejército estadounidense.
Cuando se le pidió un comentario, el portavoz de Brown, el capitán de la Armada Jereal Dorsey, dijo: “El presidente, junto con todos los miembros del servicio en nuestras fuerzas armadas, siguen centrados en la seguridad y la defensa de nuestra nación y continuarán haciéndolo, garantizando una transición sin problemas a la nueva administración del presidente electo Trump.”
El vicepresidente electo de Trump, J.D. Vance, votó como senador el año pasado en contra de confirmar a Brown como el principal oficial militar de Estados Unidos, y ha criticado la resistencia a las órdenes de Trump dentro del Pentágono.
“Si la gente de tu propio gobierno no te obedece, tienes que deshacerte de ellos y reemplazarlos con gente que responda a lo que el presidente está tratando de hacer”, dijo Vance en una entrevista con el influencer de la ultra derecha Tucker Carlson antes de las elecciones.
Durante la campaña, Trump se comprometió a restaurar el nombre de un general confederado (uno de los que peleó en la guerra civil estadounidense contra la abolición de la esclavitud) en una base militar, revirtiendo un cambio realizado después del asesinato de Floyd.
Un mensaje de Trump durante la campaña apuntó a las tropas transgénero. Ya había prohibido a las personas transgénero en el servicio militar y publicó un anuncio de campaña en X retratándolos como débiles, con la promesa de que “¡NO TENDREMOS UN MILITAR WOKE!”
“Órdenes legales”
Trump ha sugerido que el ejército estadounidense podría desempeñar un papel importante en muchas de sus prioridades políticas, desde recurrir a la Guardia Nacional y posiblemente a tropas en servicio activo para ayudar a llevar a cabo una deportación masiva de inmigrantes indocumentados hasta incluso desplegarlos para abordar los disturbios internos.
Tales propuestas alarman a los expertos militares, quienes dicen que desplegar militares en las calles no sólo violaría las leyes estadounidenses, sino que pondría a la población en contra de las todavía ampliamente respetadas fuerzas armadas del país.
En un mensaje a las fuerzas después de la victoria electoral de Trump, el secretario de Defensa saliente, Lloyd Austin, reconoció los resultados de las elecciones y enfatizó que los militares obedecerían “todas las órdenes legales” de sus líderes civiles.
Pero algunos expertos advierten que Trump interpreta la ley “de manera amplia” y que las tropas no pueden desobedecer órdenes legales que consideren moralmente incorrectas.
“Existe una percepción pública generalizada y errónea de que los militares pueden optar por no obedecer órdenes inmorales. Y eso en realidad no es cierto”, dijo Kori Schake, del conservador American Enterprise Institute.
Schake advirtió que un segundo mandato de Trump podría provocar despidos de alto nivel mientras sigue adelante con políticas controvertidas.
“Creo que habrá un enorme caos, tanto por las políticas que intentará implementar como por las personas que nombrará para implementarlas”, dijo.
Un oficial militar estadounidense restó importancia a tales preocupaciones, diciendo que crear caos dentro de la cadena de mando del ejército estadounidense generaría una reacción política negativa innecesaria.
“Lo que descubrirán es que los oficiales militares se concentran en la guerra y no en la política”, dijo el oficial militar.