En una disertación en el Vaticano, Martín Guzmán, exministro de Economía argentino, expresó su preocupación por la situación económica y social de Argentina y criticó duramente al gobierno de Javier Milei. Guzmán destacó que la administración actual "vende muchas mentiras" y manipula la información para crear una percepción distorsionada de la realidad, lo cual, según él, contribuye a la aceptación pública de políticas que perjudican el bienestar social y productivo del país. Además, advirtió que tomar más deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) podría agravar los problemas económicos, en lugar de resolverlos.
Guzmán comentó sobre la política de ajuste fiscal de Milei, diferenciando entre lo que considera aspectos positivos y negativos. Aunque elogió la reducción de las tasas de interés y ciertos cambios en la deuda del Banco Central, criticó la forma en que se implementó el ajuste, que favoreció a sectores económicos específicos mientras impactaba negativamente en el tejido social y productivo del país. A su juicio, la falta de inversión en infraestructura y educación ha debilitado la capacidad de Argentina para mejorar la productividad y el capital humano.
En cuanto a la situación del peronismo, Guzmán reconoció que el movimiento atraviesa un período de incertidumbre, sin una visión económica unificada y con dificultades para el surgimiento de nuevos líderes. Destacó que figuras como el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, podrían asumir un rol prominente, pero solo si logran diferenciarse de las posturas de Cristina Fernández de Kirchner, actual presidenta del Partido Justicialista. Guzmán enfatizó la necesidad de que el peronismo construya un programa de gobierno sólido y atractivo para el futuro.
Finalmente, Guzmán se mostró dispuesto a participar en un rol ejecutivo en Argentina si puede hacer una diferencia, aunque su enfoque actual es el desarrollo de ideas y políticas a largo plazo. Criticó también la gestión de la política exterior del gobierno, considerando que la reciente "purga" en la Cancillería y la manipulación de información reflejan una desconexión con las necesidades de los ciudadanos. Además, expresó comprensión por las críticas recientes del papa Francisco al gobierno de Milei, subrayando que el líder religioso parece observar la misma problemática que él describe.