Alejandro Werner, ex director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), y quien supervisó el préstamo de $45.000 millones otorgado a Argentina en 2018, afirmó recientemente que la política cambiaria del gobierno de Javier Mileies el principal obstáculo para un nuevo acuerdo entre Argentina y el organismo.
Werner consideró que, aunque el FMI valora los ajustes fiscales implementados por la administración libertaria, ve con escepticismo la sostenibilidad de las políticas cambiarias que siguen vigentes en el país.
El economista comentó que uno de los errores del FMI en su último acuerdo con Argentina fue no haber insistido lo suficiente en implementar controles de capitales antes de las elecciones de 2019. Werner explicó que la situación política en ese momento, con la posibilidad de un cambio de gobierno y un giro en la política económica, demandaba una estrategia más rigurosa para evitar la devaluación del peso y la fuga de capitales.
Respecto de la negociación actual, Werner señaló que el organismo considera riesgoso mantener el control cambiario en el mediano plazo, ya que una economía en proceso de estabilización necesita una política cambiaria menos rígida. Además, el FMI desea que la administración de Milei demuestre un compromiso de largo plazo con la consolidación fiscal, idealmente refrendado en un presupuesto aprobado por el Congreso, para evitar que las medidas fiscales queden exclusivamente bajo el respaldo del oficialismo.
Werner expuso que el FMI probablemente retrasaría cualquier nuevo programa con Argentina hasta después de las elecciones de medio término en el país. Este periodo podría permitir al gobierno acumular reservas y conseguir financiamiento en los mercados, a la espera de un contexto más favorable para relajar el control cambiario.
En opinión del exdirector del FMI, el próximo programa debería centrarse en una liberalización gradual del mercado de divisas para garantizar una flotación cambiaria sostenible en el largo plazo, consignó el diario "Ámbito".
Influencia de EEUU
Werner también analizó la influencia de Estados Unidos en el contexto de la negociación. Aunque descartó una intervención directa de la administración de Donald Trump, sí destacó el apoyo tácito de Estados Unidos al préstamo anterior, lo cual facilitó el acuerdo de 2018. A su vez, mencionó que la cercanía ideológica entre ambos gobiernos podría beneficiar a Argentina en términos de financiamiento y créditos concesionales, en la medida en que el FMI perciba un alineamiento con sus políticas.
Finalmente, Werner aclaró que, desde su perspectiva, el objetivo del FMI es ayudar a los países a estabilizar sus economías y regresar a un estado de normalidad financiera, no prolongar su intervención a largo plazo. Para Argentina, lograr un nuevo acuerdo dependerá de su capacidad para implementar políticas fiscales y cambiarias sostenibles que permitan un ajuste gradual y un contexto favorable para una eventual eliminación del cepo cambiario.