La inteligencia artificial está dando sus primeros pasos en el mundo del derecho, prometiendo un futuro más eficiente y accesible para la justicia. Imaginemos un sistema donde la avalancha de documentos se procesa en un abrir y cerrar de ojos, donde las leyes se analizan con precisión milimétrica y las respuestas a las consultas legales son casi instantáneas. Aunque todavía estamos en los albores de esta revolución, herramientas de IA ya están ayudando a magistrados a responder peticiones ciudadanas en tiempo récord, liberando a los profesionales de tareas repetitivas y automatizadas que les permiten centrarse en los contenidos de los casos más complejos.
La transformación se sustenta en herramientas avanzadas que permiten un análisis jurídico asistido por IA, minería de datos legales y aprendizaje automático en derecho. Estas tecnologías, desarrolladas por empresas como Google (https://cloudonair.withgoogle.com/events/gemini-la-transformacion-del-poder-judicial/watch?talk=s1) y otros líderes tecnológicos, están siendo implementadas en sistemas judiciales de todo el mundo. Sin embargo, el enfoque no es reemplazar al profesional del derecho, sino potenciar sus capacidades.
¿Cómo funciona?
La IA permite analizar grandes volúmenes de datos legales, extraer patrones y realizar predicciones que facilitan la toma de decisiones informadas. A través de técnicas de minería de datos y procesamiento del lenguaje natural, estas herramientas comprenden y categorizan documentos judiciales, agilizando la gestión de casos y consultas.
Para aprovechar al máximo estas innovaciones, los profesionales del derecho deben capacitarse en áreas como el Análisis Jurídico Asistido por IA que apela a la IA para examinar y clasificar información legal, con lo que abogados y jueces pueden realizar evaluaciones más rápidas y precisas. La Minería de Datos Legal permite identificar patrones y tendencias en grandes volúmenes de información legal, facilitando el acceso a información relevante y una gestión más eficiente de los expedientes. El Aprendizaje Automático en Derecho, al entrenar modelos de IA con grandes cantidades de datos legales, puede crear sistemas que apoyen en tareas como la predicción de resultados judiciales, la categorización de documentos y la generación de respuestas automatizadas para consultas legales comunes (https://inteligencialegal.com.ar/).
Un ejemplo real y exitoso de este avance es el de una fiscalía latinoamericana que enfrentaba un volumen abrumador de derechos de petición ciudadanos. La implementación de un modelo de IA que digitaliza y organiza estas solicitudes permitió reducir drásticamente los tiempos de respuesta, garantizando el cumplimiento de los plazos legales.
Ética y responsabilidad
La implementación de IA en el sistema judicial implica interrogantes y desafíos éticos. Resulta crucial que la IA se desarrolle y aplique de manera transparente y responsable, garantizando que la justicia siga siendo humana y justa. La IA en el derecho debe ser vista como una extensión de la capacidad humana, - y no como un sustituto-, un apoyo diseñado para mejorar el sistema judicial, sustentado en principios de ética y responsabilidad.
La IA, hasta el presente, no puede suplantar capacidades propias del homo sapiens como la autodeterminación, la capacidad de iniciativa, discernimiento, valoración y evaluación de la información y la consciencia en las decisiones y efectos que puede acarrear su operatividad. Si partimos del hecho obvio que juzgar implica de manera convergente y compleja todas estas potencialidades humanas (y otras más) aplicadas a situaciones, contextos y relaciones concretas ningún algoritmo puede sustituir a los actores del proceso judicial. Posibilitar esta delegación involucraría poner en riesgo garantías y derechos humanos. Por eso es central una educación jurídica en el uso de la IA que establezca límites firmes y absolutos respecto de lo que la tecnología puede hacer.
La IA tiene el potencial de revolucionar el poder judicial, creando un sistema más accesible, eficiente y justo. La clave está en utilizar esta tecnología con sabiduría, garantizando que la justicia siga siendo un pilar fundamental de nuestra sociedad.
Por Alejandro Urueña / Ética e Inteligencia Artificial (IA) - Founder & CEO Clever Hans Diseño de Arquitectura y Soluciones en Inteligencia Artificial. Magister en Inteligencia Artificial; y María S. Taboada: Lingüista y Mg. en Psicología Social. Prof. de Lingüística General I y Política y Planificación Lingüísticas de la Fac. de Filosofía y Letras de la UNT.