El radiotelescopio de Arecibo (Puerto Rico) se comenzó a construir en 1960 y se terminó en 1963. Alrededor de este instrumento se desarrolló el National Astronomy and Ionosphere Center (NAIC). Su antena tenía un diámetro de 305 metros y su particularidad es que estaba enclavada en una depresión en una montaña, estaba fija y lo que se movía era el receptor. Fue una idea muy original, porque es imposible mover una antena de ese tamaño. Fue el primero de ese tipo y hace pocos años comenzó a funcionar el FAST de 500 metros en China. Este tipo de radiotelescopios tienen ciertas limitaciones debido a que la antena no se mueve, pero pueden detectar objetos muy débiles por su gran tamaño.
La antena estaba formada por 40.000 paneles de aluminio de 1x2 metros soportados por un entramado de cables de acero. El receptor se encontraba en una plataforma de 900 toneladas a 150m de altura y estaba sostenido por cables de acero unidos a torres de hormigón.
Este instrumento fue concebido como radiotelescopio para hacer observaciones de objetos del cielo y como radar para hacer estudios de la atmósfera terrestre, especialmente de la ionósfera, que es la región comprendida entre los 80 km y los 400-500 km de altura, en la que predominan las partículas cargadas.
En septiembre de 2017, el huracán María llegó a Puerto Rico y en el observatorio hubo vientos de casi 200 km/h. En 2018 y 2019 los cables que soportaban el receptor se habían deslizado levemente. Los consultores contratados para evaluarlo consideraron que no había riesgo.
El 10 de agosto de 2020 se soltó un cable. Comenzaron a repararlo, pensando que eso solucionaría el problema, pero antes de concluir los trabajos, en noviembre del mismo año, se soltó otro cable. Ante esto, la National Science Fundation (NSF), dueña del telescopio, decidió sacarlo de operaciones y demolerlo porque los soportes no eran seguros. El 1 de diciembre de 2020 la plataforma se desplomó destruyendo la antena.
Se hizo un peritaje para encontrar la causa del colapso. El informe final dice que no se pudo concluir si fue debido a daños causados por el huracán, por fatiga del material agravado por el clima húmedo o por ambas cosas.
Lo cierto es que este instrumento no se va a reconstruir. El NAIC fue cerrado en agosto de 2023 con la idea de reconvertirlo en un centro de enseñanza y divulgación de ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas (STEM).
Además este colapso, seguramente, llevará a que los ingenieros hagan un análisis exhaustivo del comportamiento de los materiales para evitar que, en el futuro, haya otros problemas similares, no sólo en radiotelescopios y radares, sino en cualquier otro tipo de construcción.
Era un instrumento viejo, aunque no obsoleto. Dio grandes resultados, entre ellos en estudio de planetas extrasolares, incluso algunos que llevaron a los autores a ganar un Premio Nobel,. Sin dudas una gran pérdida para las ciencias astronómicas y de la Tierra.