Relación bilateral: ¿Puede Donald trump salvar a la economía argentina?
El mercado toma en cuenta que la Argentina se encuentra en un programa con el FMI y que posiblemente busque un nuevo acuerdo, con la ayuda de Estados Unidos. En la actualidad, el alineamiento político entre EEUU y la Argentina y las posibilidades de operaciones financieras puntuales parecen pesar más para los inversores.
“Felicidades por su formidable victoria electoral. Ahora, vuelva a hacer grande a los Estados Unidos. Usted sabe que puede contar con la Argentina para llevar a cabo su tarea. Éxitos y bendiciones. Saludos cordiales, Javier Milei”. El texto forma parte del saludo que, en inglés, el presidente de la Nación le envió a su par estadounidense Donald Trump apenas se conoció el resultado de los comicios en el país del Norte. El economista libertario lo saludará esta semana personalmente durante la Conferencia de Acción Política Conservadora que se hará en EEUU entre el jueves y le viernes. Detrás de ese triunfo del republicano, el economista libertario tiene cifradas expectativas de que el magnate le ayudará a apuntalar la economía argentina, en base a inversiones y a una intermediación ante organismos de crédito y acreedores. Por ahora, todo eso forma parte de la expectativa.
El mercado local parece haber ponderado de forma significativa el alineamiento político entre Milei y Trump. Principalmente teniendo en cuenta que Argentina se encuentra en un programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que posiblemente busque un nuevo acuerdo, tanto para diferir los compromisos como para obtener fondos frescos, dice un informe de GMA Capital. Los inversores creen que quien se siente en la oficina oval tendrá una importante injerencia sobre esta cuestión. Conviene recordar que los Estados Unidos tiene el mayor poder de votación dentro del Fondo, con un 16,5% de los votos. Asimismo, dado que para muchas decisiones de envergadura se necesita una aprobación del 85%, el país norteamericano por sí solo domina el poder de veto.
Por lo pronto, Argentina todavía no necesitó renegociar con el FMI. ¿Las razones? “El éxito inicial del programa económico permitió hacer frente a las obligaciones en dólares de corto plazo y los controles cambiarios se mantuvieron más tiempo de lo que se creía inicialmente”, explica el economista Nery Persichini.
Pero lo cierto es que el modelo actual encontraría un alivio ante un ingreso significativo de divisas. El eslabón más débil de la cadena es el externo: el déficit de cuenta corriente cambiaria ascendió a U$S 3.860 millones en los últimos cuatro meses, los vencimientos del Tesoro en moneda extranjera suman U$S 11.700 millones en 2025 entre títulos públicos y FMI, y las reservas netas son negativas por U$S 5.581 millones (metodología FMI). Para colmo, subraya GMA, aunque el levantamiento de controles estaría en el horizonte, no hay una fecha cierta. Con todo, la posibilidad de un nuevo acuerdo es bienvenida. No obstante, la victoria de Trump no significa solamente un aliado poderoso del presidente argentino. A pesar de la afinidad política entre Milei y el flamante presidente electo, el segundo mandato del republicano también tendría implicancias económicas para nuestro país. GMA observa las siguientes:
• Por un lado, medidas proteccionistas en pos de reducir importaciones tendrían un impacto en la demanda de productos argentinos. En los últimos cinco años las ventas a EEUU promediaron U$S 4.890 millones y representaron 6,9% de las exportaciones totales.
• Asimismo, aranceles más altos a China (Trump prometió una tarifa de 60%) y barreras al comercio podrían provocar una desaceleración en el crecimiento del gigante asiático. Esto también impactaría en nuestro volumen de comercio exterior y en el precio los commodities. En los últimos cinco años Argentina exportó en promedio U$S 6.405 millones a este país (9,1% de las exportaciones totales).
Alineamientos
Entonces, ¿por qué el mercado festeja la victoria de Trump? ¿No le importan estos posibles impactos económicos? Hoy el alineamiento político y las posibilidades de operaciones financieras puntuales parece pesar más para los inversores.
“La compresión del riesgo país (hoy en 850 puntos), y particularmente del exceso con respecto a otras naciones de la región (en torno a 200), importa más que el riesgo sistémico de ser un país emergente”, detalla GMA. Asimismo, las dudas con respecto a la sostenibilidad de la cuenta corriente se disipan parcialmente ante la posibilidad de flujos financieros que hagan de puente hasta, al menos, el levantamiento del cepo y definiciones del nuevo régimen cambiario. Así visto, el status quo podría durar, aunque con una coyuntura global más volátil, acota Persichini.
Tras conocerse los resultados electorales persistió una fuerte apreciación en la moneda norteamericana, lo que traccionó a la baja el precio internacional de las commodities e introdujo una fuerte presión devaluatoria en las monedas de los mercados emergentes, indica Ecolatina.
No obstante, los activos argentinos marcharon a contramano: el riesgo país perforó los 900 puntos básicos y se colocó en los niveles más bajos desde agosto de 2019 (previo a las elecciones PASO). “La victoria republicana entusiasma a los mercados financieros, debido a la buena relación y afinidad ideológica que mantiene el Ejecutivo con Trump. La lectura es que, eventualmente, Trump podría ejercer presión dentro del directorio del FMI para facilitar las negociaciones de un nuevo programa que pueda incluir nuevos fondos frescos para la economía local, algo similar a lo ocurrido durante el mandato del ex presidente Mauricio Macr”, señala la consultora, en coincidencia con GMA.
No obstante, Ecolatina hace una aclaración al respecto: el punto de partida no es el mismo que en 2018, dado que Argentina ya se encuentra endeudada por un monto considerable con el FMI y aún se encuentran vigentes controles cambiarios. A su vez, dada la volatilidad global y los distintos conflictos bélicos que aparecen en otros continentes, todo parece indicar que Latinoamérica no estaría dentro de las prioridades de la nueva gestión estadounidense.
“Asimismo -acota-, al poner el foco en el mediano plazo parecería haber más complicaciones que beneficios para los países emergentes exportadores de materias primas”. Las potenciales políticas implementadas por el republicano (mayores aranceles a importaciones y un mayor déficit fiscal producto de una baja en impuestos) y sus consecuencias en materia de precios podrían derivar en un menor ritmo en la baja de la tasa de la FED, lo que generaría un fortalecimiento del dólar, un debilitamiento de las monedas emergentes (afectando negativamente nuestra competitividad cambiaria) y una reducción en el precio de los commodities (menores ingresos por exportaciones). Al mismo tiempo, mientras más lento sea el sendero de reducción de tasas, más elevada será la tasa “libre de riesgo” que contará el país ante la eventual salida del cepo cambiario, medida necesaria para el manejo de la deuda externa en moneda dura, expresa en su reporte semanal.
Al Fondo y a la derecha
Un reciente sondeo realizado por DC Consultores da cuenta que el 72% de los interrogados cree que el triunfo de Trump será beneficioso para la Argentina y un 74% prefiere que el país se incline hacia un modelo de derecha. “En los últimos tiempos, los lazos con los Estados Unidos no han sido tan estrechos. Ideológicamente, el kirchnerismo llevó a la Argentina a estar más cerca de la izquierda y de gobiernos enfrentados con EEUU. Ahora, la sociedad se ilusiona con que la relación bilateral sea más fluida para que vengan inversiones privadas. Esto marca un cambio de paradigmas”, dice a LA GACETA el politólogo Aníbal Urios, director de DC Consultores.
Lo ideal para la gestión del presidente Milei es que Trump se haya convertido en el 47° presidente estadounidense. Sin embargo, el analista político Carlos Fara observa que, más allá del rotundo triunfo, lo bueno sería que el magnate no se alce con el control de las dos cámaras, porque eso tentaría a incrementar el déficit fiscal y mucho más aún el proteccionismo del ganador. Todo eso podría generar un dominó de mayor inflación y recalentamiento de la tasa de la Reserva Federal, con lo que ya sabemos que implica para la región latinoamericana, y especialmente para un enfermo en terapia intensiva como la Argentina, advierte. De modo que, “calma libertarios”. Porque cabe recordar que el magnate no es librecambista, sino todo lo contrario, agrega.
La elección americana dejó varias enseñanzas. Y Fara menciona cuatro esenciales:
• Ganó la discusión sobre el manejo de la economía, sí, pero con un detalle esencial: lo que predominó no fueron los datos objetivos -muy positivos- sino la percepción de la calle sobre los mismos. Es decir, la gente no votó con el bolsillo, votó con la percepción sobre cómo está su bolsillo, que son dos cosas diferentes. Esto viene a cuento de la simplificación que muchas veces se hace sobre este tema.
• Más allá de Trump, el que está triunfando es el cambio permanente. Después de la Segunda Guerra Mundial, en cuatro ocasiones no se produjo el ciclo de “dos mandatos demócratas seguidos de dos republicanos”. Jimmy Carter, George Bush padre, el Trump 2020 y ahora Joe Biden lo quebraron. Es decir, es la tercera vez seguida que el electorado americano vota por un cambio, en tan solo ocho años. Algo distinto está pasando: ¿todo cansa más rápido?
• El comportamiento de los segmentos electorales cambia cada vez más velozmente. Lo que dábamos por sentado hasta hace solo cuatro años, debe ser revisado. Trump ha avanzado sobre las minorías latina, afroamericana y asiática, que eran bastiones demócratas. Téngase en cuenta que cuando se reeligió Barack Obama en 2012, hubo analistas que dijeron con la demografía americana de entonces, los republicanos poco menos que debían despedirse de volver a ganar una elección presidencial. Eso cambió solo cuatro años después con la victoria del magnate. Y se sigue modificando. Moraleja: nadie puede dormirse en los laureles (y si no que lo diga el PRO).
• A mayor velocidad de cambio, muchas sociedades reaccionan nostálgicamente con la esperanza de un orden perdido. Qué mejor slogan que “Make America Great Again”. Fuimos algo grande que puede ser recuperado, y para eso necesitan un hombre fuerte. A lo mismo apelan Javier Milei o Jair Bolsonaro, entre otros.