“Hoy (07-11-2024) empezamos el día con mucha lluvia, muchos truenos y relámpagos, nunca imaginamos que con el correr de las horas la terrible noticia del accidente donde murieron colegas docentes nos golpearía tanto el alma y nuestro estado de ánimo. ¿Por qué? Porque hace más de 30 años los docentes, algunos más, otros menos, caminamos las rutas, viajamos en colectivos, en autos rurales, autos particulares... ¡haciendo dedo!! A veces solos, a veces acompañados (mi recuerdo de Silvana es verla subir al colectivo junto a su pequeña hija hace algunos años atrás), otras solos... Y a los detractores de la tarea docente les digo que sí, sí hay docentes comprometidos con esta hermosa y sagrada profesión, hay docentes que dieron y siguen ofreciendo sus vidas con el objetivo de cumplir con la obligación sublime de llegar a sus escuelas, a como dé lugar, porque ahí los esperan felices sus alumnos. Fue un golpe muy bajo, en la zona 35, en la 17, en la 5, 6, 10... No importa la zona, nos golpea a la docencia toda, porque estos chicos no eran amigos nuestros, pero eran amigos de mis amigos, de algún amigo tuyo, porque nuestra vocación era la misma. Nos golpea como una gran Común Unidad educativa... Nos golpea como sociedad. Nuestro corazón docente está de luto, la docencia hoy está de luto. Levantemos la tiza en alto en homenaje a nuestros compañeros colegas, y nuestra bandera a media asta por los que dieron sus vidas en el trajín de llegar a enseñar a tus hijos, a los míos, a los niños, que felices nos esperan en las puertas de cada escuela de nuestra querida República Argentina. Vaya mi homenaje en estas líneas a estos docentes que hoy se fueron de gira mientras el cielo lloraba, como señal de lo que hoy, cada docente está sintiendo. Descansen en paz compañeros. Hasta siempre y gracias por dignificar nuestra sagrada tarea: ¡ser docentes!” (Texto escrito por el profesor Lalo Rodríguez).
Pedro Pablo Verasaluse