El éxito de Brassica carinata depende de un manejo agronómico adecuado; en especial, en cuanto a fechas de siembra, densidad y control de malezas. Para que se logre un exitoso cultivo implantado, las fechas recomendadas de siembra para Tucumán se concentran entre el 15 de abril y el 15 de mayo.
La cantidad de semilla necesaria varía según la fecha de siembra: entre 3 kilogramos y 5 kilogramos, dependiendo de la tecnología disponible al momento de la siembra. De los ensayos de 2024 se obtuvo que para las primeras fechas se requieren entre 1.400 y 1.500 kilogramos por hectáreas (kg/ha); para las fechas más tardías (fines de mayo), entre 1.100 y 1200 kg/ha. Estas variaciones reflejan la necesidad de aprovechar al máximo las condiciones de humedad del suelo y los criterios técnicos para el establecimiento del cultivo.
El cultivo es sensible a la densidad de siembra. Una densidad demasiada alta podría resultar en tallos delgados y pérdidas por vuelco durante la cosecha. Una densidad baja favorece tallos duros y difíciles de cortar con las cosechadoras. Debido a esto, se recomienda lograr entre 60 y 80 plantas por metro cuadrado, con el uso de una sembradora de precisión. Existen otros métodos de siembra que también se podrían usar, aunque requieren mayor control.
El manejo de malezas en Brassica carinata resulta crucial para asegurar el crecimiento y el rendimiento adecuado de la “mostaza etíope”, según se la conoce. Durante la jornada a campo sobre este cultivo, que realizó la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres, Sergio Casen explicó sobre los herbicidas permitidos en este cultivo, para mantener las entrelineas limpias y para reducir la presión de malezas. “Se emplea herbicidas preemergentes como Trifluralina (60%) a razón de 1,2 litro/ha. Permite controlar las malezas invernales antes de que el cultivo comience su desarrollo vegetativo. Esto da un campo limpio, lo que facilita lograr el stand de plantas adecuadas para la cosecha (eficaz absorción de nutrientes y evitar la competencia con plantas no deseadas)”, dijo.
Es importante una buena planificación en la densidad y el distanciamiento de entre líneas (17,34 o 52 cm); determina un buen desarrollo del cultivo con significativos rendimientos en la cosecha.