Por qué me cuesta decir "te quiero" a mis hijos, hermanos o amigos, según la psicología

Por qué me cuesta decir "te quiero" a mis hijos, hermanos o amigos, según la psicología

Para los especialistas, cinco razones podrían explicar esta dificultad que enfrentan muchas personas.

¿Por qué me cuesta decirles te quiero a mis hijos, hermanos o amigos? ¿Por qué me cuesta decirles "te quiero" a mis hijos, hermanos o amigos? (Foto: ABC)
06 Noviembre 2024

Aunque lo más importante es demostrarlo con hechos, decir "te quiero" a un hijo, hermano o amigo resulta un problema para muchas personas. Para la psicología, esto se debe a varias razones, una de ellas vinculada con la infancia.

Según consigna el sitio especialista "La Mente es Maravillosa", no siempre hace falta que una persona exprese en voz alta sus sentimientos para que eso que siente se note o se perciba. De algún modo, todos identificamos si alguien se siente atraído por nosotros o alberga emociones más profundas. Nos lo pueden demostrar a su vez de múltiples maneras, pero todos anhelamos escuchar en voz alta que nos quieren.

Curiosamente, también abundan quienes pronuncian estas dos palabras en exceso, quienes lo repiten demasiadas veces y casi se pierde la trascendencia del verbo más hermoso en todas las lenguas. 

Cinco razones por las que cuesta decir "te quiero"

1. La forma en que fuimos criados (el lastre de familiar)

Hay quien nunca escuchó un “te quiero” por parte de sus progenitores. Abundan los niños que han sido educados en un entorno deficiente en cuanto a comunicación emocional. Son escenarios familiares en los que no se validan emociones, en los que la represión y la contención de sentimientos es una constante.

Un estudio de la Universidad de Carolina del Norte destaca este factor. Las habilidades en materia socioemocional de los padres determinan que un niño sea más o menos hábil en el reconocimiento y expresión de emociones.

Por lo tanto, siempre será más fácil expresar lo que sentimos si lo venimos haciendo desde pequeños y nuestros progenitores nos han habituado a ello.

2. El miedo a mostrarse vulnerables (inseguridad)

Muchas personas a las que les cuesta decir “te quiero” creen que expresar estas palabras es un rasgo de vulnerabilidad. Asumen que la expresión en voz alta de aquello que sienten les hace frágiles. También es frecuente que se sientan inseguros, y que decir lo que sienten puede ser algo precipitado.

Son personalidades a quienes les cuesta abrirse emocionalmente a los demás, porque han pasado toda su vida escondidas bajo corazas y defensas con las que salvaguardarse, con las que dar una apariencia de falsa resolución.

3. La decisión de evitar el compromiso

Hay quien opta por decir “me gustas” antes de pronunciar un “te quiero”. Esta práctica es algo que se aprecia en la actualidad, sobre todo en esas personas que evitan el compromiso. Puede darse el caso de que estén enamorados, pero si no desean (o no están preparados) una relación sólida, se opta por malabarismos dialécticos en aquello que dicen y expresan.

Un “me gustas” deja claro que hay atracción, que uno disfruta de la compañía del otro. Sin embargo, se evita expresar algo más profundo para esquivar una vinculación más sólida o despertar en el otro esperanzas de futuro.

4. La alextimia

La alexitimia podría dar también respuesta a esta característica. Esta condición psicológica se define como una clara dificultad para identificar y expresar las propias emociones. No pueden dar nombre a lo que sienten y, en consecuencia, no podrán expresar un “te quiero”, aunque lo sientan.

Es interesante saber que, según un estudio publicado en el Centro Nacional de Neurología y Psiquiatría de Ogawahigashi, en Japón, la alexitimia tendría su origen en alteraciones neuronales en las áreas límbica y paralímbica.

5. No decir lo que no se siente

No podemos concluir sin hacer referencia a algo evidente. Nadie puede expresar lo que no siente, aunque lo deseemos, aunque lo anhelemos. Aún más, no decir “te quiero” cuando el sentimiento no es real es un acto de madurez y responsabilidad. No podemos engañar a nadie ni despertar falsas esperanzas.

Por ello, si en medio de una relación de pareja percibimos que la otra persona deja de expresar estas palabras y su comunicación emocional ha perdido intensidad es evidente que el amor se está apagando.

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