FILADELFIA, Pensilvania.- Los estadounidenses se fueron a dormir sin tener la respuesta a la pregunta de quién será su próximo presidente: la vicepresidenta Kamala Harris, de 60 años, o el ex presidente republicano, Donald Trump, de 78. A medida que iban cerrando los centros de votación y contándose los votos, Estados Unidos contenía la respiración y el resto del mundo seguía las alternativas, estado por estado. El resultado puede tener repercusiones en la guerra en Ucrania, en los conflictos en Medio Oriente, en las relaciones con América Latina, así como en las políticas ambientales y de derechos humanos
Es posible que los resultados de las elecciones presidenciales, unas de las más reñidas de la historia contemporánea del país, tarden horas o días en conocerse.
La suerte de la presidencia se juega en Georgia y Carolina del Norte, que junto con Pensilvania, Míchigan, Wisconsin, Arizona y Nevada decidirán quién es el próximo inquilino de la Casa Blanca. El resto suelen dividirse entre los tradicionalmente demócratas o republicanos.
En los primeros conteos no hubo sorpresas. Trump ganaba en los bastiones republicanos de Florida, Texas, Alabama, Misuri, Oklahoma, Tennessee, Indiana, Kentucky, Virginia Occidental, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Luisiana, Misisipi y Wyoming.
Harris se llevaba Nueva York, Illinois, Rhode Island, Vermont, Delaware, Maryland, Massachusetts y la capital, Washington.
Para ser presidente en Estados Unidos no basta con tener más sufragios que el oponente. Hay que conseguir el número mágico de 270 votos en el colegio electoral, integrado por 538 delegados que teóricamente deben respetar la voluntad del pueblo.
A medianoche, Trump conseguía 198 grandes electores y Harris 99.
Los primeros centros de votación cerraron a las 19 locales, las 21 de Argentina, en los primeros seis estados, entre estos el clave de Georgia. Los otros estados son Indiana, Kentucky, Carolina del Sur, Vermont y Virginia.
Las cadenas de TV estadounidenses anunciaron los primeros resultados; una victoria de Trump en Indiana y Kentucky, y un triunfo de Harris en Vermont.
Entre los estados en disputa, que decidirán el resultado de la carrera presidencial, se esperaba que algunos tuvieran resultados anoche, como Carolina del Norte y Wisconsin, y que otros tarden más, incluso días.
En algunos condados, como Fulton, en Georgia, los resultados deberían esperarse para hoy, a última hora. Arizona, Nevada y Pensilvania podrían tardar días.
Autoridad electoral local
En 2020, con una contienda ajustada y disputada, muchos se enteraron de una curiosidad respecto del sistema electoral estadounidense: no tienen una autoridad nacional electoral.
El control está, principalmente, en manos de los estados y se resuelve a nivel local. “Los 50 estados fijan sus propias reglas”, resumía en ese entonces Robert Singh, profesor de Política especializado en Estados Unidos en la Universidad de Birbeck, enLondres, cuando el equipo de campaña de Trump anuniciaba que iría a los tribunales por el escrutinio en Georgia, Michigan y Pensilvania y que iba a recurrir a la Corte Suprema de Justicia para detener los conteos.
En Estados Unidos existe una Comisión Federal Electoral, pero sus competencias se limitan a hacer cumplir las leyes sobre el financiamiento de campañas.
El resto del proceso electoral es responsabilidad de los estados, un arreglo que se remonta al mismo nacimiento del país.
“Estados Unidos comenzó como una confederación de colonias bastante independientes que acordaron formar un gobierno nacional para coordinar sus actividades”, explicó a la cadena BBC Mundo Barry C. Burden, profesor de ciencias políticas y director del Centro de Investigaciones Electorales de la Universidad de Wisconsin-Madison.
“Fraude masivo”
A lo largo del día, Trump empezó a intentar socavar la credibilidad de las elecciones en Filadelfia, la mayor ciudad del estado clave de Pensilvania, un área sólidamente demócrata que ya fue parte en 2020 de alegatos del ex presidente por un presunto fraude, y que ahora fue un campo de batalla voto por voto.
En medio de reportes de una votación excepcionalmente alta en la ciudad de Filadelfia, Trump dijo que había “muchos rumores sobre un fraude masivo”.
Un funcionario -republicano, igual que el candidato- negó categóricamente la afirmación y la calificó como “otro ejemplo de desinformación” de parte de Trump.
“No hay veracidad en absoluto en dicho alegato”, afirmó el comisionado de Filadelfia Seth Bluestein. “Votar en Filadelfia ha sido seguro y confiable”, agregó.
“¡Vienen las fuerzas del orden!”, escribió Trump en su plataforma Truth Social.
La policía de Filadelfia no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios sobre las declaraciones del candidato.
En 2020, Trump rehusó aceptar su derrota contra el demócrata Joe Biden, lo que culminó en un violento ataque de partidarios republicanos contra el capitolio estadounidense en un intento de bloquear la certificación de las elecciones el 6 de enero de 2021.