El Banco Central acumula más reservas por el blanqueo

El Banco Central acumula más reservas por el blanqueo

La autoridad monetaria sigue efectuando compras de divisas en el mercado. Los tres requisitos que deben darse para eliminar definitivamente el cepo cambiario, según el Gobierno.

El Banco Central acumula más reservas por el blanqueo

La reconstitución del patrimonio del Banco Central es uno de los objetivos que persigue la administración del presidente Javier Milei. En esa orientación, las reservas del Banco Central treparon ayer a U$S 30.431 millones, mientras que la autoridad monetaria compró U$S 71 millones en el mercado de cambios. Se trata de la mejor performance de las reservas brutas en lo que va de la gestión de gobierno del economista libertario. De esta manera, el comportamiento de esa variable se alinea con las exigencias formuladas a la Argentina por el Fondo Monetario Internacional (FMI). De persistir esta tendencia, noviembre será el onceavo mes con compras netas para el organismo de los últimos 13 meses. En tres ruedas operativas de este mes, el Central cosecha un saldo a favor de U$S 153 millones que aportan a las reservas netas -excluidos préstamos y depósitos privados-, aunque ese stock todavía está en terreno negativo.

Por otra parte, las reservas internacionales brutas del BCRA crecieron en U$S 304 millones, a US$ 30.431 millones, el nivel más alto desde el 29 de junio de 2023 (U$S 30.784 millones). Desde que Milei asumió la Presidencia, las compras netas ejecutadas por el Banco Central en la plaza de contado ascienden a U$S 19.454 millones. En tanto, las reservas brutas marcan un ascenso de US$ 9.223 millones, desde los US$ 21.208 millones del 7 de diciembre de 2023.

En tanto, los depósitos en dólares de sector privado anotaron un nuevo máximo desde la convertibilidad, al crecer en US$ 632 millones, a US$ 34.574 millones, último dato provisto por el Banco Central.

Con el impulso del blanqueo de capitales, estas colocaciones aumentaron a lo largo de octubre en US$ 3.185 millones, mientras que el incremento en el bimestre septiembre-octubre fue de US$ 15.238 millones. La extensión de la primera etapa del blanqueo, prevista hasta este viernes inclusive, continúa aportando una positiva dinámica en los depósitos en dólares y las reservas, lo cual se combina con un escenario de desaceleración de la inflación que sigue contribuyendo a la calma cambiaria, dice el economista Gustavo Ber. “De ahí que la baja en la tasa del BCRA reciente no despertó ninguna inquietud en el actual escenario, y los dólares financieros continúan apuntando a un gradual descenso dentro del camino hacia la convergencia cambiaria”, completa el analista.

Lo relevante de la operatoria deriva de una “vuelta de tuerca” adicional en el proceso del blanqueo, que tiene que ver con la aplicación de los “argendólares” a créditos o bonos privados. Y esto es lo que ha ocurrido en las últimas semanas, advierte el economista de la Fundación Mediterránea, Jorge Vasconcelos. Además, hay margen para que esta dinámica se extienda, en la medida en que no haya retiros significativos de depósitos y que persista la demanda de créditos en argendólares. Sin embargo, acota el investigador, por las características del fenómeno, esta dinámica no puede ser extrapolada para todo 2025.

“Se estima que los dólares aplicados a la suscripción de obligaciones negociables de empresas locales alcanzan los U$S 2.600 millones entre setiembre y octubre, una cifra muy significativa. En lo que hace a los préstamos en dólares, desde mediados de agosto han crecido U$S 1.700 millones”, expone. Los últimos datos muestran para el sistema bancario depósitos del sector privado por U$S 33.300 millones y préstamos por U$S 8.300 millones, por lo que el ratio préstamos/depósitos se ubica en torno al 25%. “Si ese ratio llegara a un 35% (factible, teniendo en cuenta la experiencia de períodos anteriores), entonces habría margen para una expansión adicional de créditos en dólares por unos U$S 3.400 millones. Pero hay dos supuestos que deben cumplirse para que esto suceda: que el stock de depósitos se mantenga estable y que continúe al ritmo actual de demanda de créditos en argendólares”, puntualiza Vasconcelos.

Las expectativas

Mientras el presidente Milei señala cada tanto que la Argentina está más cerca de eliminar, definitivamente, las restricciones cambiarias, el mercado espera más señales desde la Casa Rosada para que ese proceso no se extienda más allá del primer trimestre del año que viene.

De acuerdo con las perspectivas del gobierno, hay tres requisitos para salir del cepo que todavía no se cumplen:

• Subsiste exceso de pesos, fenómeno cuantificable en el hecho que la inflación todavía no ha aterrizado a un piso del orden del 2,3%/2,4% mensual, guarismo que sería enteramente explicado por el deslizamiento cambiario más la inflación internacional.

• Hay transferencias al exterior pendientes, por el factor dividendos (aunque no se explicita una cifra, ésta podría ubicarse en torno a los U$S 5.000 millones).

• Hay “emisión monetaria potencial” por la cancelación de las LEFI, cuyo stock actual equivale a 54% de la base monetaria.

Se trata de requisitos que no tienen un tiempo definido para su cumplimiento, por lo que, en el mientras tanto, podría entrarse en una etapa destinada a “prolongar la vida útil del cepo”, observa Vasconcelos. De todos modos, tampoco el gobierno se desentiende del objetivo de llegar a cumplir esos requisitos. Esto se pudo constatar en la decisión del Banco Central anunciada el 1 de este mes, de reducir la tasa de interés de política de un nivel del orden del 3,3% mensual al andarivel del 2,9%.

Si el Gobierno nacional aspira a ganar tiempo en el cumplimiento de los tres requisitos, buscando empalmar con un acuerdo con el FMI que provea algo de “plata fresca”, la agenda debería incluir el desmonte de alguno de los instrumentos del cepo actual, apunta el economista de la Fundación Mediterránea. De esta manera, continúa, procurará que el mercado libre de cambios funcione con menos regulaciones y operaciones más genuinas, mientras se intenta mantener (y eventualmente reforzar) el rol del tipo de cambio (oficial) como ancla antiinflacionaria.

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