Ni académicos ni vanguardistas dudan que “Sin pan y sin trabajo” fue la primera pintura que estuvo dirigida a crear una conciencia de la clase obrera. Ernesto de la Cárcova, que había regresado ese año al país, expuso esa obra en el Salón del Ateneo en 1894 que cuenta una historia triste, de pobreza, miedo y hambre.
Un hombre y una mujer sentados a la mesa en una habitación oscura; la mujer parece agotada, pero, con la poca fuerza que le queda, amamanta a su hijo. Su pareja también está cansado, de las injusticias sobre todo; mira a través de la ventana cómo la policía montada reprime una manifestación obrera y enojado golpea la mesa.
Pero, y esto es relevante, el obrero abre la ventana, para mostrar lo que está pasando y que la chimenea de la fábrica está parada.
La principal investigadora del Conicet de esta obra (que llevaba por título alternativo “La huelga”) Laura Malosetti Costa, recuerda que el poeta Rubén Darío llamó al artista “un dandy obrero”; que Juan B. Justo ironizó con el trabajo de quien pertenecía a su mismo círculo socialista.
Por el contrario, el escritor y periodista del diario La Nación, Roberto Payró, comprende que lo representado es el estado de la conciencia de la clase: “Pero él no sabe todavía. Se enfurece ante el efecto y no se da cuenta de la causa. Mañana, cuando la conozca, se hará un anarquista, y se vengará de sus furores injustos contra los compañeros de sufrimiento, con otros furores, mortíferos, que lo llevarán quién sabe a qué extremidades nefastas”. (La Nación, 3 de noviembre de 1894. De cuando en ese diario podían valorarse y expresar las opiniones de socialistas).
Vigencia
Hoy “Sin pan y sin trabajo” cumple 130 años, nada menos. Y lo hace en un tiempo en que ese título, esa bandera, aparece en distintas partes del país; con una vigencia sin igual.
En 1894 la inmigración europea llegaba al país con miles de obreros anarquistas y socialistas, que venían de luchar contra la segunda revolución industrial (1870- 1914) que había devastado a la clase.
El academicismo reaccionaba en ese tiempo contra el romanticismo y las reglas la dictaba la Academia de París principalmente; un naturalismo que aspiraba a transmitir un sentido de nobleza, belleza y moralidad en la obras de arte. No es el realismo de Gustave Courbet quien participó en la Comuna de París (delegado por el sexto distrito de París al Consejo de la Comuna y artífice de la Federación de Artes).
Lo de La Cárcova no es realismo, es naturalismo academicista.
Apropiaciaciones y citas
El “Sin pan y trabajo” aparece en un cartel de la obra de Antonio Berni, “Manifestación” (1934); en la pintura de Carlos Alonso (1966) que se llama igual, y en junio de 2001, cuando el entonces estudiante de Bellas Artes Jorge Pérez tradujo el cuadro a un mensaje gráfico en blanco y negro y preparó un taco para imprimir xilografías. Pintó también una bandera con la obra en blanco y negro, Se acercó con su bandera a un piquete de desocupados frente a la quinta presidencial de Olivos y allí se conectó con un movimiento, al cual le ofreció sus afiches. No conocían la imagen, pero inmediatamente les entusiasmó y la adoptaron para identificarse. Jorge Pérez propuso poco después realizar una acción de arte: ir juntos al Museo de Bellas Artes a ver la obra, dialogar frente a ella y donar al museo un afiche.
Si se recurre al Google o al ChatGPT se podrán advertir las numerosas apropiaciones que hizo el arte contemporáneo sobre ese título y hasta los prolíferos memes, infaltables. En 2018, la Universidad de La Plata recreó en YouTube la puesta en escena de esta obra, con docentes y estudiantes formulando distintas hipótesis.
Hay una abundante bibliografía e investigación al respecto.
La ventana
¿Qué se ve? ¿Qué se mira?
Se sabe que ver y mirar no es lo mismo; y que no por tener ojos se puede ver. Muchas reflexiones pueden realizarse desde estas afirmaciones.
Se ve: un obrero en una mesa con una mujer amamantado a su hijo en una habitación. Enojado uno, desesperada, la mujer. Se mira: una ventana que abre lo que sucede afuera: policías y sus caballos arremetiendo contra obreros de una fábrica con sus chimeneas apagadas, cerradas.
Todo es incertidumbre. Hasta cómo está el obrero sentado en una silla inclinada (sin equilibrio), con sus herramientas en una esquina de la mesa. Él corre las cortinas de la ventana, exhibiendo lo que sucede afuera, para que (el público) observe.
El cuadro es conocido como la primera pintura argentina que retrata la desocupación, y que plantea que porque no hay trabajo, no hay pan (algo que en este tiempo sería discutible, porque hay gente que tiene trabajo y está por debajo de la línea de la pobreza).
Escuela
Ernesto De la Cárcova fue el fundador de la Escuela Superior de Bellas Artes que hoy se encuentra, aunque con otro nombre, en Costanera Sur en CABA. Afiliado al Centro Obrero Socialista, antecesor del Partido Socialista, recibe el primer elogio en la prensa por parte de un camarada intelectual.
Su obra (oléo sobre tela, 12,5 x 216 cm) puede visitarse en el Museo Nacional de Bellas Artes (CABA) y ganó el gran premio en la Exposición Universal de Saint Louis, en Estados Unidos, la máxima distinción.
Luego de “Sin pan y sin trabajo” continuó con sus retratos de damas burguesas. La pintura fue adquirida por el Museo Nacional de Bellas Artes en 1900, la pintura se exhibió en múltiples oportunidades y ha sido reapropiada en las últimas décadas como imagen emblemática de luchas sociales.
Provenía de una familia acomodada.