La llegada a Rosario continúa demorada. A metros del ingreso a la ciudad, la Policía santafesina montó un operativo policial con el objetivo de controlar a todos los colectivos que trasladan a los hinchas de San Martín. Y, cómo era de esperar, el viaje volvió a extenderse media hora más. Sí, fue una odisea total llegar al Parque Alem.
La situación provocó que muchos hinchas decidan bajarse del colectivo para pararse a un costado de la ruta. Así aprovecharon para estirar las piernas, charlar y aminorar la carga del viaje. Otros se calzaron sus camisetas y terminaron de vestirse para la finalísima contra Aldosivi.
¿Qué controló la Policía? El protocolo fue el siguiente: los hinchas debían bajar con sus pertenencias y abrirla al frente de los oficiales con el fin de que no lleven sustancias ilegales o alcohol o que los micros no transporten personas con antecedentes (esto se comprobaba por medio del sistema de Tribuna Segura). Este procedimiento fue realizado de uno en uno lo que hizo que el control se haga larguísimo.
Para tomar dimensión de la espera, cada colectivo tuvo una demora aproximada de una hora y media.
Nuestro ómnibus frenó a las 11.04, y 41 minutos después se acercó la primera fuerza policial a hablar con el chófer. La desesperación creció minuto a minuto. Muchos hinchas se quejaron de la situación; otros desistieron de los planes que tenían con sus amigos; mientras que los más fervorosos se acercaron a hablar con la Gendarmería y la Policía santafesina.
El control se efectuó a las 12.26, y terminó 10 minutos después. Así, después de 15 horas de viaje, entramos a la ciudad santafesina para comenzar la fiesta.