Estudios de los últimos años demostraron que hay una creciente tendencia de casos de accidentes cerebro vasculares -ACV- en mujeres y adultos jóvenes. Aunque es una enfermedad que comunmente se asocia a la tercera edad, los números activaron la alerta por lo que es fundamental conocer cuáles son los principales síntomas.
Los casos de AVC en adultos jóvenes aumentaron un 30% en los últimos 20 años, según un estudio publicado en la revista Annals of Neurology. En paralelo se registró un incremento de enfermedades relacionadas que suelen derivar en cuadros cerebro vasculares, como la obesidad, diabetes tipo 2 e hipertensión. Además, hay hábitos de vida que tienden a aumentar las probabilidades de padecer un ACV, como el uso de drogas, el alcoholismo y el consumo de bebidas energizantes.
Crecen los casos de mujeres con ACV
Se considera que hay un subdiagnóstico o diagnósticos erróneos a las mujeres. Es que los síntomas que suelen presentar no siempre se asocian a debilidad de un lado del cuerpo o dificultad para hablar. En su lugar, aparecen sintomatologías como confusión, debilidad generalizada o dolor corporal. Eso hace que el diagnóstico sea más dificultoso y que se asocien estos indicadores a otros cuadros.
Las mujeres cuentan con factores específicos de riesgo, diferentes a los de los hombres, que a veces no son considerados. Entre ellos se encuentran el uso de anticonceptivos orales, la combinación de estos con tabaquismo, no indagar sobre el consumo de drogas recreativas o medicamentos popularizados “para adelgazar”, pero que en realidad son anfetaminas. También el embarazo, el puerperio y los cambios hormonales pueden producir alteraciones en la composición de la sangre que deriven en trombosis y, consecuentemente, en un ACV.
Señales que advierten sobre un posible ACV
El sitio web Go Red of Woman de la Asociación Americana del Corazón enumera las cinco señales que pueden alertar sobre un derrame cerebral y a las que debe se prestar atención:
- Dolor de cabeza grave repentino sin causa conocida
- Dificultad repentina para hablar o comprender
- Mareos, pérdida de equilibro, dificultad para andar
- Problemas repentinos de visión o visión borrosa
- Repentino hormigueo o debilidad de los músculos del rostro, brazo o pierna
Si los síntomas desaparecen al poco tiempo pudo tratarse de un accidente isquémico transitorio (AIT) o un “mini accidente cerebrovascular” que igual necesita asistencia médica.