Creció jugando al fútbol en las calles de Madrid, rodeada de chicos y sin imaginar que algún día se convertiría en una de las figuras más importantes del deporte. La carrera de Jenni Hermoso estuvo llena de desafíos, desde insertarse en el fútbol profesional hasta ganar el mundial y tener que denunciar a Luis Rubiales, el presidente de la Federación Española de fútbol. Su historia representa la lucha de muchas mujeres que intentan hacer carrera en el fútbol. Hace unos días recibió el premio Sócrates por su trabajo a favor de la igualdad en el fútbol, en la gala del Balón de Oro, coronando así una trayectoria que rompe barreras, aunque no logra ocultar los obstáculos que aún enfrentan miles de jugadoras en América Latina, donde la falta de inversión y profesionalización limita las oportunidades para que puedan seguir sus pasos.
La región enfrenta desafíos como la falta de profesionalización, los bajos presupuestos y la limitada visibilidad, problemas que afectan directamente a las futbolistas de países como Argentina, y particularmente a las de provincias como Tucumán. Mientras tanto, en otras partes del mundo, personas como Michele Kang están transformando este deporte y ofreciendo modelos que América latina podría adoptar.
La magnate de ascendencia surcoreana es un ejemplo de la creciente inversión en el fútbol femenino y de cómo personas con recursos y visión estratégica pueden cambiar las condiciones de este deporte. Kang comenzó su carrera empresarial en el sector del conocimiento médico. Fundó Cognosante, una compañía que proporciona servicios de salud y tecnología al Gobierno de Estados Unidos. Su interés en el fútbol femenino la llevó a comprar el Washington Spirit en la National Women’s Soccer League (NWSL) en 2022. Desde entonces, ha continuado expandiendo su influencia al adquirir participaciones en clubes de ligas como la D1 Arkema en Francia y el Women’s Championship en Inglaterra. De ese modo se convirtió en una de las primeras personas en invertir estratégicamente en varias ligas femeninas a nivel mundial.
Kang ha utilizado sus recursos no solo para fortalecer a sus equipos, sino también para dar visibilidad al fútbol femenino y atraer patrocinadores. Su enfoque combina una gestión empresarial eficiente con un compromiso por el desarrollo de las atletas y de las infraestructuras de los clubes. Gracias a su trabajo, equipos como el Washington Spirit han visto mejoras significativas en sus instalaciones, estructura técnica y visibilidad mediática. Este tipo de apoyo y recursos permite que las jugadoras se desarrollen en condiciones que aumentan sus posibilidades de competir a nivel internacional.
Según datos de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), los clubes femeninos suelen operar con presupuestos significativamente menores que los equipos masculinos. El desarrollo del fútbol femenino en Argentina presenta muchas limitaciones. A pesar de que la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) aprobó la profesionalización de 16 clubes de primera división en 2019, las jugadoras en las categorías inferiores y en las que juegan en las provincias enfrentan limitaciones en recursos y visibilidad. De acuerdo con un informe de la AFA, el presupuesto destinado al fútbol femenino equivale a un 5% del total asignado al fútbol masculino. Esto repercute directamente en los equipos del interior del país, que carecen de recursos para competir en igualdad de condiciones y de infraestructuras necesarias para entrenar en condiciones óptimas.
Ligas regionales
Tucumán no es ajena a esta realidad. Actualmente los equipos locales compiten en ligas regionales, pero sin el respaldo necesario para fomentar una carrera profesional. No existen campeonatos federales con frecuencia regular ni mecanismos de captación de talento que integren a las jóvenes jugadoras en el sistema profesional nacional. En la Liga Tucumana de Fútbol, el número de equipos femeninos afiliados ha crecido en los últimos cinco años, pero la falta de financiamiento y de infraestructura adecuada continúa limitando sus aspiraciones de desarrollo.
En comparación, países como Brasil y Colombia han comenzado a establecer ligas femeninas nacionales con calendarios regulares, algo que permite a sus jugadoras competir en mejores condiciones. Sin embargo, en Argentina, el avance es lento y se observa con claridad en las provincias, donde los recursos son escasos.
La entrega del premio Sócrates a Hermoso destaca la creciente visibilidad del fútbol femenino, pero también evidencia la falta de inversión y apoyo en Argentina, especialmente en las provincias. La brecha entre el fútbol femenino y el masculino sigue siendo amplia, y la profesionalización integral del fútbol femenino en la región requerirá medidas concretas y una inversión constante para que, en el futuro, los logros individuales se correspondan con un verdadero desarrollo estructural en el deporte.