El viaje está lleno de ilusión, más que para cualquiera que vaya a estar en una de las tribunas del autódromo José Carlos Pace, en el barrio de Interlagos. En San Pablo, donde Franco Colapinto correrá el Gran Premio de Brasil, siempre soñaron con estar el abuelo y el nieto, Rubén y Lucas Palacio. Este anhelo compartido se intensifica para ambos, especialmente por cómo se han dado las cosas.
“Recuerdo que pasábamos los fines de semana en Tafí del Valle y, mientras comíamos asado, él estaba atento a las carreras”, cuenta Lucas, de 22 años, identificando esa escena como el origen de su pasión por los autos. Ahora, a los 75 años de Rubén, todo se alineó para que ese plan, antes tímido, finalmente se concrete en las próximas horas. “Es como si se hubieran alineado los planetas”, dice Lucas, emocionado.
“En otros años habíamos intentado ir, pero fue imposible porque los cupos se llenaban”, contó el estudiante de Arquitectura. De hecho, las entradas para el GP de Brasil se agotaron con 40 días de anticipación, según los operadores turísticos. “Con el boom de Colapinto, todo se dio justo para que pudiéramos ir juntos a la carrera ideal. Me contacté con un tour y justo quedaban dos lugares: mi abuelo y yo. ¡Bombazo!”, celebró Lucas.
La expectativa no podría ser más alta para ambos. “La viene rompiendo en todas las carreras”, consideró Lucas. Su rendimiento destaca aún más porque el análisis incluye no solo lo que él hace en la pista, sino también el desempeño del resto de los rivales. “Comparado con su compañero de equipo, en esa competencia interna viene bien. Con Liam Lawson (otro debutante en la temporada), también”, continuó Lucas.
El neozelandés y el piloto de Pilar protagonizaron un incidente en el GP de México, la fecha pasada. “Fue por un error del otro chico”, comentó Lucas en un análisis distendido. Lawson, en cambio, observó la situación de manera más rigurosa y reconoció que Colapinto, sancionado por los comisarios deportivos después de la carrera, no tuvo responsabilidad en la maniobra. “Así que en realidad no fue su culpa ni nada por el estilo. Simplemente fue un incidente torpe”, calificó el piloto del equipo satélite de Red Bull, refiriéndose al roce con el Williams del argentino, que dañó el alerón de la máquina del europeo.
El abuelo de Lucas agrega otra razón a las expectativas que rodean el viaje. Ingeniero Zootecnista y jubilado, fue contemporáneo de todos los pilotos argentinos que compitieron en la “Máxima”. ¿Qué observa en el inicio de la carrera deportiva del joven de 21 años? “Lo que más destaca en él, sobre los pilotos anteriores, es su espontaneidad y carisma. Para mí, el más grande fue Juan Manuel Fangio y, en el TC, Nassif Stéfano y Juan María Traverso. De todos modos, a Colapinto todavía le falta aprender”, advirtió el abuelo. “Tiene la audacia propia de su juventud. Otros grandes pilotos no tuvieron esa impronta, como Carlos Reutemann”, opinó Rubén.
Lo que describen abuelo y nieto sobre el campeón de la Fórmula 4 española en 2019 es una serie de cualidades que ha puesto a Colapinto en el radar de la F-1. Sin embargo, tanto él como la propia categoría temen que el piloto se quede sin butaca, lo que ocurrirá, al menos por ahora, cuando se corra la última final en diciembre, en Abu Dhabi. Los fanáticos están atentos y hacen lo que pueden para asegurar la presencia del argentino en las pistas en 2025. “Se está armando un banderazo”, reveló Lucas. Las novedades que le llegan al grupo de viaje le permiten anticipar con certeza: “Va a ser local. Por ahora, el plan es hacerlo el sábado a las 20. Obvio que la idea es ir”, remarcó el tucumano, quien, junto a su abuelo y casi 30 personas más, emprenderá el viaje a Brasil. “Creo que eso puede tener mucha influencia”, destacó Lucas respecto a una posible incorporación de “Cola” a una escudería.
Su abuelo añadió lo que se respira en Buenos Aires, donde esperan la salida hacia San Pablo: “Cuando nos sentamos a comer o a tomar un café, la gente no deja de hablar del tema. Incluso, tengo amigos en Israel que me cuentan que allá es un furor”, aseguró.
Los rumores fueron muchos durante la semana. Si bien este tipo de cuchicheo no es muy confiable, lo que se dijo sí tuvo un denominador común sólido en referencia al equipo que tiene deseos de sumar a Colapinto que es nada más y nada menos que Red Bull, equipo campeón mundial vigente. “Un banderazo, le va a dar mayor visibilidad al fanatismo. Capaz que se hace el anuncio en Interlagos, como se dice”, piensa Lucas que espera que los planetas sigan alineándose como para el viaje y así la “Colapintomanía” no se termine en diciembre.