Cuando se habla de los electrodomésticos que más impactan en la factura de luz del hogar, la mayoría piensa en aparatos como el lavarropas o la heladera. Estos artefactos funcionan durante largas horas y, en el caso de la heladera, prácticamente de forma ininterrumpida. Sin embargo, existe un electrodoméstico cuyo consumo de electricidad puede llegar a ser mucho más alto.
Este aparato, que no está presente en todos los hogares y es utilizado principalmente en ciertas regiones o épocas, es la ducha eléctrica. Su alto consumo se explica por la demanda instantánea de energía para calentar el agua de forma inmediata cada vez que se usa, una característica que lo diferencia de otros dispositivos de calefacción de agua.
El electrodoméstico que más encarece la boleta de luz
La ducha eléctrica se diferencia de otros aparatos como las pavas eléctricas o los calentadores de agua convencionales. La razón es que funciona a plena potencia durante el tiempo que está en uso, ya que debe calentar el agua de manera instantánea y constante mientras el agua circula.
A diferencia de una heladera, que alterna su consumo mediante ciclos de enfriamiento, la ducha eléctrica no permite pausas. Cada minuto bajo el agua caliente implica un gasto continuo y significativo de electricidad, lo que contribuye a su alto impacto en la factura mensual.
Por este motivo, una ducha de este tipo puede, en tan solo una hora de uso, consumir más electricidad que una heladera encendida durante todo un día. Esta comparación evidencia el fuerte consumo que puede representar, especialmente si se usa diariamente o por períodos prolongados.
Estrategias para reducir el consumo energético de la ducha eléctrica
Reducir el tiempo de uso es una de las medidas principales para evitar un consumo excesivo con este aparato. Limitar las duchas a unos pocos minutos puede marcar una diferencia considerable en el gasto mensual de electricidad.
Además, se recomienda usar agua tibia en lugar de agua caliente siempre que sea posible y cerrar el agua mientras no se necesita, por ejemplo, durante el enjabonado. También existen temporizadores de ducha, dispositivos que permiten programar la duración del flujo de agua, lo cual es útil para controlar el tiempo de consumo.
Otra recomendación consiste en revisar regularmente el funcionamiento de la ducha para asegurarse de que no haya fallas que estén causando un consumo extra de electricidad. En algunos modelos, ajustes en la potencia o en el flujo del agua también pueden ayudar a reducir el uso energético.