El cáncer es una enfermedad genética que puede aparecer por una multiplicidad de motivos. Sin embargo, todas responden a un descontrol en el funcionamiento o formación de las células que tienden a multiplicarse. También puede darse por un daño en el ADN por sustancias externas al cuerpo o por herencia de padres a hijos.
En todos los casos, hay formas de disminuir el riesgo de padecer cáncer. Las prácticas saludables apuntan a generar condiciones que refuercen las barreras del cuerpo. Se resumen en la incorporación de hábitos saludables relacionados al descanso, la alimentación y la ejercitación tanto física como mental.
La relación entre el cáncer y la alimentación
Según el Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, fue en los años 70 cuando se instaló el interés por la relación entre la dieta y el origen del cáncer. Desde entonces se puede afirmar que la dieta, junto con el tabaco y las exposiciones a sustancias carcinogénicas en el medio laboral, son los tres factores más importantes relacionados con el cáncer.
Una de las recomendaciones principales al momento de plantearse una dieta es incluir una buena variedad de frutas, verduras y granos enteros.
Los siguientes puntos son una síntesis de las recomendaciones preventivas que pueden contribuir a prevenir determinados tipos de cáncer y otras enfermedades crónicas; y en todo caso, también son útiles para seguir una dieta saludable.
Evitar el sobrepeso y la obesidad
Aquella persona con un índice de masa corporal entre 25 y 30 se considera con sobrepeso, mientras que cuando supera 30 se considera con obesidad. El índice de masa corporal se calcula dividiendo el peso en kilogramos por la altura en metros al cuadrado. Por ejemplo, para una persona que pesa 65 kg y tiene una altura de 1 m 62 cm: 65 / 1,622 = 24,77. En este caso no se considera sobrepeso.
Mantener una actividad física moderada
Existe la evidencia clara de que efectuar una actividad física moderada de forma continuada puede contribuir a prevenir el cáncer de colon, además de ayudar a evitar el sobrepeso y la obesidad. La actividad física que se recomienda consiste en caminar a paso ligero una hora por día, tres veces por semana o más, o algún tipo de ejercicio similar.
Comer entre 400 y 800 gramos por dia de frutas o verduras variadas
Estos componentes de la dieta aportan fibra y muchas vitaminas, minerales y otras sustancias bioactivas que pueden ser preventivas de diferentes tipos de cáncer. Entre los cánceres más importantes que pueden contribuir a prevenir se pueden citar el de cavidad oral y faringe, el de esófago, el de pulmón, el de estómago, de mama y el colo-rectal.
Comer entre 600 y 800 gramos diáriamente de legumbres, cereales (grano), tubérculos y otros alimentos de origen vegetal
Las dietas ricas en cereales integrales y en legumbres posiblemente reducen el riesgo de cáncer de estómago, y las dietas con alto contenido en féculas pueden ayudar en la prevención del cáncer de colon. Hacer este tipo de dietas con cereales y legumbres aporta carotenoides y vitaminas C y E, que pueden proteger contra diferentes tipos de cáncer.
Evitar el consumo de alcohol
En el caso que se consuma, se tiene que limitar a dos copas o menos por día en los hombres, y a una o menos por dia en las mujeres. El consumo de alcohol aumenta el riesgo de sufrir cáncer de cavidad oral y faringe, laringe, esófago e hígado. Los beneficios de consumir pequeñas cantidades de bebidas con alcohol, como el vino, para prevenir algunas enfermedades cardiovasculares, hacen que el consumo recomendado se limite a una o dos copas al día de bebidas con contenido alcohólico.
Limitar el hecho de comer carne roja (ternera, cordero, cerdo) a menos de 80 gramos diarios
Es preferible comer pescado, pollo u otros tipos de carnes. Las dietas que contienen cantidades elevadas de carne roja (ternera, cordero o cerdo) o basadas en productos elaborados a partir de estas carnes probablemente incrementan el riesgo de sufrir cáncer colo-rectal, páncreas, próstata, mama y riñón.
Limitar el consumo de grasa de origen animal y de los alimentos grasientos en general
Las dietas ricas en grasa de origen animal posiblemente incrementan el riesgo de sufrir cáncer de pulmón, mama, colo-rectal, de endometrio y próstata. Por otro lado, hay que tener en cuenta que estas dietas incrementan notablemente el riesgo de obesidad.
Evitar alimentos chamuscados
Comer sólo ocasionalmente carne hecha a la parrilla o la barbacoa, así como alimentos curados o ahumados. Las dietas compuestas por alimentos que en su cocción se chamuscan probablemente aumentan el riesgo de cáncer de estómago, y cuando se hacen en barbacoas o muy fritos posiblemente se asocian con un aumento de riesgo de cáncer colo-rectal. Este tipo de cocción produce aminas aromáticas que pueden ser carcinogénicas.
Las recomendaciones dietéticas anteriores hacen innecesario el consumo de suplementos vitamínicos
Seguir una dieta como la descrita hasta ahora hace que no sea necesario tomar ningún suplemento vitamínico. Es más, no se ha demostrado que cuando las vitaminas se toman como suplementos reduzcan el riesgo de desarrollar un cáncer.