Se supo que la reina Camila, esposa del rey Carlos III, no forma parte del grupo de WhatsApp de la familia real. Y el motivo no tiene que ver con una cuestión de protocolo, sino con una decisión personal.
La ausencia se debe a que el celular que ella usa, un clásico Nokia de modelo antiguo, no es compatible con las funciones de esta aplicación, según explicó su hijo Tom Parker Bowles.
Este detalle la convierte en una excepción dentro de la familia real, que, a pesar de la imagen de tradición que proyecta, ha sabido adoptar plataformas modernas de comunicación para mantenerse en contacto.
Para muchos en la realeza, WhatsApp resulta una herramienta eficaz, especialmente en una familia tan extensa. El yerno de la princesa Ana, Mike Tindall, reveló en 2018 que tienen un chat grupal en esta plataforma, usado tanto para coordinar actividades familiares como para intercambiar mensajes de manera más informal. Sin embargo, Camila queda excluida de estos intercambios debido a la antigüedad de su teléfono, lo que convierte la comunicación con su círculo íntimo en algo más tradicional y distante.
En contraste, los jóvenes de la familia, como el príncipe William y Kate Middleton, utilizan habitualmente los emojis para interactuar en WhatsApp. Recientemente, en una entrevista, él confesó que el emoji de berenjena es uno de sus favoritos, aunque, riendo, reconoció que es poco apto para un público general.
Kate, por su parte, suele utilizar el emoji de un corazón con lágrimas, símbolo que representa la risa ante situaciones inesperadas. Estas diferencias en el uso de la tecnología muestran la brecha generacional que atraviesa a la familia real, con algunos miembros optando por un enfoque más moderno y otros, como Camila, prefiriendo mantenerse al margen de estos avances.