Si bien los salarios crecieron por quinto mes consecutivo en términos reales, la inflación desacelera y las consultoras prevén que esa tendencia se mantenga, el consumo no termina de repuntar y acumula una caída del 10%. ¿Por qué sucede esto?
Por más que los salarios le ganen a la inflación, lo que cae es el “ingreso disponible” de las familias; es decir, los ingresos menos los gastos fijos. Así lo explicó la consultora Empiria, que dirige el economista Hernán Lacunza: “El ingreso disponible para un hogar promedio en el AMBA cayó 14,5% real entre noviembre de 2023 y septiembre de 2024, y es la principal variable explicativa de la merma del consumo en el período (10%)”.
El índice de salarios que publicó este viernes el Indec mostró que los sueldos de agosto crecieron 5,7%, por encima de los precios de ese mes (4,2%). En los primeros ocho meses del año, los salarios subieron 109%, mientras que la inflación acumuló 95%. Sin embargo, en el interanual se evidencia una caída: desde agosto de 2023 hasta hoy, los salarios crecieron 201%, frente a una inflación del 237%.
Aunque los salarios estuvieron cinco meses consecutivos por encima de la inflación, el consumo no termina de remontar. El último dato oficial del Indec reveló que las ventas de supermercados aumentaron apenas 0,2% en agosto respecto de julio, pero en términos interanuales se desplomaron 11,5%. En los mayoristas, la mejora intermensual fue del 2,2%, pero hubo una caída del 15,1% en el interanual.
El informe de Empiria -que publicó TN- detalló los motivos: “Es cierto que entre noviembre y septiembre el ingreso promedio del hogar cayó 6,8% ajustado por inflación. Sin embargo, como los gastos fijos (transporte, electricidad, gas, agua, expensas y alquiler) crecieron 35,2% en términos reales, el ‘saldo disponible’ para otros consumos (alimentos, vestimenta, esparcimiento) sigue afectado por la recesión”.
Así, indicó que las tarifas aumentaron entre 60% y 92% en términos reales en transporte público, energía del hogar y agua, mientras las expensas subieron 15% real y los alquileres 24%.
“La recuperación salarial parcial de los últimos cinco meses no se refleja aún en un rebote del consumo de igual magnitud, debido a la mayor incidencia de esos ‘gastos fijos’ de servicios básicos y vivienda en la canasta familiar”, agregó el informe de Empiria Consultores.
La economía de las familias
Para 2024, se espera que el consumo cierre con números por debajo de 2020, año de la pandemia, aunque mejor que en 2001, pero comparable con los niveles de 2004, por debajo de los últimos 15 años. Así lo aseguró Javier González, director comercial de Nielsen.
Consultado sobre los motivos, explicó en diálogo con TN: “Hay una reconfiguración de la billetera de las familias. El peso que tiene hoy para los consumidores el gasto en transporte y tarifas es mucho mayor que el del año pasado”.
Según Nielsen, la billetera de una familia podría dividirse en tres grandes rubros: alimentos, servicios y transporte. En las familias de clase media y alta, servicios como prepagas o educación subieron muy por encima de la inflación, lo que explica por qué la clase media no impulsa la recuperación del consumo.
Empiria también cuantificó el peso de los gastos fijos en los hogares. En un hogar promedio del AMBA, estos gastos representaban 15,6% en noviembre de 2023, mientras que hoy ascienden al 22,7%. Este aumento de 7,1 puntos se descompone en: 1,3 puntos por transporte público, 2,2 puntos por energía y combustibles, 0,7 puntos por agua, y 2,7 puntos por vivienda.
Optimismo hacia adelante
Hay optimismo con respecto a que el consumo empiece a repuntar: “Si se mantiene la mejora de los ingresos reales y disminuye el impacto del aumento real de los servicios, podría impulsarse una recuperación más vigorosa del consumo, potenciada por la recuperación del crédito bancario al sector privado”, señala el informe de Empiria.
Desde la Cámara Argentina de Comercio también consideran que el retorno de las cuotas podría ayudar. Julio Rodríguez Rabellini, analista económico de la CAC, afirmó: “Tuvimos una reunión con economías regionales y se habló del regreso de las cuotas. Los comercios ya están ofreciendo sistemas de 9, 12, 18 y hasta 20 cuotas”.
Rabellini agregó que este fenómeno comenzó a verse con fuerza en septiembre y explicó que el financiamiento se divide entre el comercio y los bancos para intentar paliar la caída del consumo.