“El orgánico se ha consolidado como una operación estable, donde las condiciones de precio se han mantenido, brindándonos una alternativa segura frente a las fluctuaciones del mercado interno”, afirmó Enrique Valenti, del Grupo Arcor.
Desde sus orígenes, Arcor se ha caracterizado por su espíritu emprendedor y por la búsqueda permanente de innovación y de crecimiento. “La compañía comenzó a producir azúcar orgánico principalmente como parte de una estrategia para explorar nuevos mercados y ofrecer un producto con valores diferenciales y estables en comparación con otros tipos de azúcar. Antes de dar este paso, analizamos en profundidad este proyecto, y concluimos en que la producción de azúcar orgánico representaba una oportunidad altamente positiva”, contó.
Desde el inicio, la certificación del estándar orgánico ha estado a cargo de la Organización Internacional Agropecuaria (OIA). El Grupo Arcor comenzó a trabajar con esta en 2016, cuando realizó la primera auditoría a campo. “El proceso de certificación para la producción de azúcar orgánico se divide en dos etapas: la certificación de los campos donde se cultiva la caña orgánica y la certificación de la fábrica donde se la procesa para obtener el azúcar”, explicó Valenti.
Añadió que en la etapa agrícola, uno de los mayores desafíos fue alcanzar una productividad normal por hectárea, ya que el manejo orgánico no permite el uso de agroquímicos ni de fertilizantes de síntesis química. “Esto hizo que el control de malezas y la adecuada nutrición del cañaveral fueran los aspectos más importantes para lograr una producción rentable. A esto se sumó la dificultad de no contar, en los primeros años con agroinsumos certificados en el mercado, lo que complicó aun más el manejo de los cultivos”, señaló.
Reto
Para el caso de la etapa industrial, señaló que el principal reto fue adaptar la fábrica al uso de insumos orgánicos. “Esto implicó remplazar los productos químicos tradicionales del proceso, lo que redujo la velocidad de molienda durante la zafra. Además, la certificación se realiza al inicio de la temporada, cuando el nivel de concentración de azúcar en la caña es bajo, lo que impacta en el rendimiento fabril. Hoy nuestro producto cumple con los más altos estándares de calidad orgánica”, dijo.
Destacó que el negocio cumplió y sigue cumpliendo las expectativas que tenían desde el comienzo. “Se consolidó como una operación estable; las condiciones de precio se mantuvieron, dándonos una alternativa segura ante a las fluctuaciones del mercado interno. Hacia el futuro, vemos un panorama positivo. La demanda de productos orgánicos sigue creciendo, lo que nos permite proyectar un desarrollo sostenido en este segmento”, cerró.