Día de la biblioteca: cuáles son las más modernas que destacan por su material sustentable
Adornadas por las maravillas del conocimiento, las bibliotecas también resaltan por sus atractivos arquitectónicos. Tres de ellas lo hacen de una manera especial y comparten un material vital para las grandes estructuras y cada vez más requerido por sus cualidades ambientales: el acero.
La Unesco decidió en 1997 que cada 24 se celebre el Día Internacional de la Biblioteca. Jorge Luis Borges sostenía que las bibliotecas son lugares donde no solo se encuentran libros, sino también el tiempo y el espacio, y que se constituyen, además, como un símbolo del infinito. Para semejante desafío al paso de los años, los edificios que las contienen deben tener un corazón de acero que las sostenga. Vamos a conocer tres casos de bibliotecas que guardan libros, tiempo y espacio, pero también belleza, modernidad y sustentabilidad.
Además de los volúmenes que atesoran, hay otro elemento que enlaza la experiencia que se vive al visitar la biblioteca pública de Seattle en Estados Unidos, la Vasconcellos en México y la Real de Dinamarca. Se trata del diseño y la construcción en base al acero, que impactan y transforman la experiencia de entrar en ese universo laberíntico.
“El acero es el material del presente y del futuro. Además de sus conocidas ventajas, es un producto sustentable. Puede ser reciclado al 100% y los sistemas industrializados han logrado reducir el impacto ambiental en la construcción”, puntualizó Carlos Vaccaro, Director Ejecutivo de la Cámara Argentina del Acero (CAA). Vayamos a recorrer estas obras de arte, una por una
La biblioteca pública de Seattle
La ciudad de la costa noroeste de los Estados Unidos que Kurt Cobain hizo famosa en el mundo guarda otro tesoro preciado. Se trata de su biblioteca pública, ubicada en el 1000 de la Cuarta Avenida. La Oficina de Arquitectura Metropolitana (OMA, por sus siglas en inglés) tuvo que tomar decisiones valientes al pensar y erigir la obra.
Uno de los desafíos fue que el edificio, en el diálogo con su entorno urbano, pueda resolver los desniveles de las calles existentes. Para superarlo, se apeló a los módulos de acero que, combinados con el vidrio, le otorgan una identidad exterior única. Lo mismo ocurre con el interior, pensado como un almacén de conocimiento con luminosidad intensa que invita al disfrute de los libros en sus salas de lectura y mesas de trabajo. Los más chicos tienen también la alternativa de los espacios de juego.
“El acero brinda resistencia a la tracción y a la compresión muy alta. Esto lo transforma en el material más adecuado para soportar grandes cargas. Pero también se puede moldear en formas y tamaños diversos. Esto facilita su utilización en diferentes estructuras”, señala Vaccaro.
La Biblioteca Vasconcelos en México
La revista especializada Condé Nast la consideró como una de las bibliotecas más hermosas del mundo. En la balanza estuvo la riqueza que guarda en sus estantes y la belleza arquitectónica que la hace un destino obligado en el Distrito Federal de México.
Ubicada en el centro de la ciudad capital, la Biblioteca Vasconcelos es una estructura que combina en armonía acero, concreto, mármol, granito, madera y vidrio. Se trata de tres edificios alineados, cada uno con seis niveles distintos. Allí se atesoran más de 600 mil libros.
La ductilidad del acero queda patentizada en esta obra del arquitecto Alberto Kalach inaugurada en 2006 junto a la antigua terminal de trenes de Buenavista. El material se utilizó en la estructura del edificio, la fachada e, incluso, a fin de montar los 40 mil metros lineales de estanterías colgantes.
La Biblioteca Real Danesa
El colosal edificio levantado en 1999 frente al canal Christianshavn, junto al puerto de Copenhague, es una obra maestra que se conoce como el “diamante negro” por su estructura exterior. que conjuga acero, vidrio y granito negro.
El arquitecto Schmidt Hammer Lassen, responsable de la obra, utilizó estos elementos para vincular el moderno edificio de 25 mil metros cuadrados con la antigua biblioteca, levantada en 1906.
En los anaqueles de la imponente construcción, se guardan los primeros libros impresos en el país en 1482 y gran parte de la producción literaria danesa desde el siglo XVII. También hay una sala de conciertos, un café y espacios de exposiciones.
Lassen echó mano al acero y al hormigón para forjar la estructura del edificio, asegurando así estabilidad y resistencia. El uso exterior del material, combinado con el vidrio, garantiza en el interior una iluminación natural plena, que crea un ambiente confortable.