A los 21 años, Maximiliano Zeballos (@maxi_zeballos1 en Instagram) acumula una lista de logros extraordinaria: es cuatro veces campeón nacional de powerlifting; tiene varios récords nacionales bajo su cinturón y fundó varios emprendimientos dedicados a ayudar a otros a superarse. Sin embargo, la historia de este tucumano tiene un origen inesperado: antes de convertirse en una referencia deportiva, era un adolescente tímido que pasaba horas frente a la computadora jugando Minecraft y al "League of Legends" (LOL), mientras batallaba con su autoestima y era víctima de bullying. "No me animaba a hablar con las mujeres, era muy tímido", contó en una entrevista presencial con LA GACETA.
Su determinación no se limita al gimnasio: Maxi se destacó académicamente, y logró el mejor promedio en la primaria y la secundaria. Recientemente se recibió de licenciado en Programación en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN-Facultad Regional Tucumán), donde promocionó todas las materias y alcanzó el segundo mejor promedio de su año. "Estudié porque quería tener una herramienta más. Como no me cuesta, lo hice en segundo plano mientras desarrollaba otros proyectos", explicó.
Además de entrenar para mantener su título invicto, hoy dedica gran parte de su tiempo a sus emprendimientos. Es que Maxi creó una comunidad fitness con su propia plataforma, PowerClub Community, que cuenta con más de 1.000 miembros de toda Latinoamérica y entrena a más de 60 deportistas. A la vez, él dice que intenta apoyar a su familia y que, por ejemplo, participa de los viajes a la escuela de sus hermanos.
En una entrevista con LA GACETA reveló sus secretos para mejorar la autoestima, enfrentar el burnout y mantener la disciplina.
Del mundo virtual al gimnasio
"Prácticamente vivía pegado a la pantalla. Mi inseguridad me impedía relacionarme, especialmente con las chicas. No me animaba a hablar a las mujeres", confesó Maxi. "Me veía muy flaco y eso me hacía sentir vulnerable", añadió.
La transformación comenzó a los 14 años cuando, motivado por su padre, pisó por primera vez un gimnasio. Lo que empezó como una actividad para ganar confianza se convirtió en pasión. "Me obsesioné con el ejercicio y me sumergí en el mundo del entrenamiento. Investigaba todo lo que podía sobre ejercicios y nutrición. Durante cinco años, fui mi propio entrenador", narró.
El despertar del campeón
La pandemia de 2020 marcó un antes y después. Tras el cierre temporal de los gimnasios y un período de inactividad que afectó su estado anímico, Zeballos encontró en Infinity Academia, Tucumán, su verdadera vocación: el powerlifting.
"Durante una sesión, alguien notó mi capacidad para levantar peso y me habló sobre un torneo que se aproximaba. Me preparé durante tres meses y logré el primer puesto provincial", relató. Esta victoria le permitió clasificarse en la instancia nacional, donde no sólo se coronó campeón, sino que también llamó la atención de Iván Labonia, entrenador porteño que lo becó para integrar el equipo de powerlifting más competitivo del país.
La batalla interna: el burnout
A pesar de los triunfos, el camino no fue sencillo. "Mi perfeccionismo a veces jugaba en contra", reflexionó Maxi. La transformación física no resolvió automáticamente sus problemas de autoestima. "A los 17, ya tenía un físico trabajado por el fisicoculturismo, pero mis inseguridades persistían. Solo cuando me atreví a enfrentar mis miedos, comencé a superarlo", admitió.
Para quienes atraviesan momentos difíciles a causa de la autoexigencia, Maxi ofrece una estrategia que calificó como simple, pero efectiva: "¿cómo superar esos momentos de estrés y duda? Para mí es super fácil, simplemente te sentás en una habitación oscura y silenciosa para pensar y reflexionar sobre tu trayectoria, mirando hacia atrás para ver todos tus logros. Así te vas a dar cuenta de que ya pasaste por momentos igual de difíciles o incluso peores, y pudiste salir adelante", dijo.
"Lo que suele pasar cuando te encontrás en esas situaciones es que pensas que nunca vas a poder superarlo. Pero para mí es importante dejar de abrumarte en el pensamiento y enfocarte en dar el próximo pasito, por más pequeño que sea”, expresó. “Mucha gente piensa que tiene que dar el 100% todos los días, al igual que a la hora de entrenar. Si no tenés tiempo para ir al gym todos los días andá cuatro o tres. Si sentís que tuviste un día que te exigió mucho, quedate en tu casa, no te preocupes y entrená mañana”, explicó. Y cerró el consejo de este modo: “simplemente tenés que ser consciente de que si das un pequeño paso todos los días vas a avanzar mucho más”.
La trampa de la gratificación instantánea
El campeón advirtió sobre los riesgos de las redes sociales, especialmente TikTok. Maxi comentó que le preocupaba cómo estas plataformas están moldeando una generación ansiosa que busca resultados inmediatos: "estamos en la era de la gratificación instantánea, donde todo tiene que pasar ya. El powerlifting me enseñó el valor de la paciencia. Los logros significativos requieren tiempo y dedicación".
Mirando al futuro: sus próximos objetivos
Antes de los 30, Maxi aspira a conquistar el título mundial de powerlifting. El año que viene planea competir en el Mundial que se llevará a cabo en Costa Rica. Sus otras metas incluyen expandir su negocio mientras continúa inspirando a otros a través del deporte y la enseñanza.
Su mensaje resume una filosofía de vida: "el éxito es un maratón, no una carrera corta. La clave está en la paciencia, el trabajo constante y, sobre todo, en disfrutar el proceso. Los pequeños avances diarios te llevan más lejos de lo que imaginás".
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