A 15 días de las elecciones presidenciales de Estados Unidos 2024, que serán el 5 de noviembre, Donald Trump realizó una parada en un McDonald 's de Feasterville-Trevose, Pennsylvania, y se metió en la cocina con la finalidad de "ponerse a trabajar". El ex mandatario y actual candidato presidencial republicano usó este acto de campaña para cuestionar los antecedentes laborales de su rival política demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris. Harris mencionó que había trabajado en la cadena de comida rápida, dato que fue cuestionado por Trump.
La visita de Trump al Mc Donald's se produjo el domingo 20 de octubre y se centró en la afirmación de Harris sobre haber trabajado en uno de estos restaurantes en California durante 1983, cuando estudiaba en la Universidad de Howard, Washington. La demócrata cuenta la anécdota como prueba de sus orígenes de clase media, en contraste con su multimillonario oponente, cabeza de un imperio inmobiliario.
En su autobiografía, “Nuestra verdad”, Harris afirma: “Mientras estuve en Howard, además de estudiar, tuve muchos trabajos”. Cita unas prácticas en la Comisión Federal de Comercio; tareas de investigación en los Archivos Nacionales, un trabajo de guía en la Oficina de Grabado e Impresión, y una beca de formación con el senador Alan Cranston, de California, en el verano de su segundo año de universidad, pero no su paso por McDonald’s.
"Es algo que siempre he querido hacer"
Para cuestionar la veracidad del relato de Harris, Trump optó por freír papas en el restaurante. Llegó acompañado de una caravana de vehículos que incluía motociclistas; autos de la Policía y del servicio secreto, y fue recibido por una multitud. “Hoy voy a buscar un trabajo en McDonald’s. Esto es algo que siempre he querido hacer”, declaró a la prensa.
Dentro del establecimiento, Trump se puso un delantal arriba de su camisa blanca y corbata roja, y comenzó a mofarse de Harris, quien había calificado el trabajo en McDonald’s como “muy duro”. Tras recibir una breve instrucción de un empleado sobre el uso de la freidora, el ex presidente procedió a hacer su propia versión del proceso: omitió algunos pasos y añadió un toque personal a su trabajo, como lanzarse unos granos de sal a los hombros como un ritual de buena suerte.
Al entregar las papas fritas a un cliente, afirmó: “esto va por cuenta de Trump. Lo hice yo mismo”. Trump insistió en que le había gustado mucho y dejó abierta la posibilidad de volver a hacerlo. A la actuación cómica Trump sumó un ataque concreto: afirmó en X que no había evidencia de que Harris hubiera trabajado en McDonald’s y le dijo “mentirosa”.
La campaña de Harris optó por desestimar las acusaciones de Trump y dijo que la parada en Mc Donald's era una muestra de cómo el ex jefe de Estado explotaba a los trabajadores para su beneficio personal. Joseph Costello, vocero de Trump, dijo que Trump no comprende la realidad de quienes trabajan arduamente para vivir, según reportaron diversos medios, entre ellos el diario El País.
El asesor principal de Trump, Jason Miller, justificó la acción de su jefe argumentando que, aunque Harris nunca trabajó en McDonald’s, el expresidente lo había hecho, lo que lo acercaba más a los trabajadores estadounidenses. Sin embargo, otro de los colaboradores de Harris, Ian Sams, replicó que Trump no comprende lo que significa tener un empleo de verano dado "su privilegiado trasfondo económico".
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