La interna política entre los radicales está al rojo vivo. Los diputados radicales que se fotografiaron con el presidente, Javier Milei, se atrincheran en la UCR y el sector ligado a Facundo Manes y a Martín Lousteau se encamina a romper el bloque.
Hay 10 diputados que se rehúsan a permanecer en el mismo espacio que los conversos, a los que califican como “infiltrados”. La ruptura política podría concretarse esta semana, según trascendió en los pasillos del Congreso.
El bloque, a un paso del quiebre
El bloque lo conduce Rodrigo de Loredo. Los diputados que responden al sector de Manes y de Lousteau, quieren dar un portazo porque habían exigido que sus pares que se fotografiaron con Milei abandonen la bancada. Como ese pedido no fue escuchado, ahora se habla de una ruptura.
“Ya avisamos que armaremos un bloque después del martes, sin infiltrados de Milei”, habría dicho un diputado del ala dura. Los cinco que posaron con Milei son Mariano Campero (Tucumán), Martín Arjol (Misiones), Federico Tournier (Corrientes) y Luis Picat (Córdoba).
Está en duda el neuquino Pablo Cervi, quien en la última votación se abstuvo de votar a favor del veto presidencial contra el presupuesto universitario. Quienes buscan excluirlos no cuentan con la mayoría para imponer su voluntad. Por esta razón, se filtró que serán ellos mismos los que tengan que dejar el espacio.
Lo único que podría retrasar la salida de estos 10 diputados del bloque actual es la puja por la conducción de la nueva bancada. La otra discusión en puerta tiene que ver con quién se queda con el sello UCR. Nadie quiere ceder la identificación partidaria y es posible que se abra un conflicto que termine en la Justicia.
Durante la última cumbre, de la que no participaron los cinco díscolos, Julio Cobos logró que se postergue el quiebre. Planteó, junto a otros mediadores, como Fabio Quetglas, una alternativa para evitar la fractura explícita: la posibilidad de que se firme un compromiso de respetar las posturas que adopte la bancada a través de la voluntad de la mayoría.