Algunas características en nuestros ojos pueden indicar el desarrollo de un tipo de cáncer más conocido como melanoma ocular. Si bien esta enfermedad no es tan conocida como otras, los profesionales de la salud exhortan a prestar atención a los síntomas para evitar su desarrollo complejo.
Este tipo de cáncer puede afectar tanto a partes externas como internas del ojo, es decir, desde la retina hasta los párpados, la piel adyacente y la órbita. En adultos, existen dos tipos principales: el melanoma y el linfoma. En niños, el que se desarrolla se denomina retinoblastoma y se origina a raíz de una mutación genética que daña principalmente la retina.
Melanoma ocular: signos y síntomas
Un diagnóstico temprano, para poder comenzar la terapia cuanto antes, es importante en este tipo de casos. El problema es que el melanoma ocular puede no causar signos de alarma o que los síntomas se estén desarrollando en una parte del ojo que no se ve a simple vista. Por eso, desde la Academia Americana de Oftalmología recomiendan acudir a revisiones con asiduidad.
En el caso de que sucedan, entre las señales más destacadas está la conocida mancha oscura en el iris, aunque también puede darse la presencia de un lunar en el ojo.
Además, este tumor puede generar sensación de destellos o motas de polvo en la visión, un cambio en la forma de la pupila, sensación de visión borrosa y pérdida de visión periférica.
Ojos claros y caucásicos
Se desconoce si hay una causa exacta del melanoma ocular. Desde la Clínica Mayo se explica que los médicos saben que se produce cuando aparecen errores en el ADN de las células oculares sanas.
Lo que sí se ha constatado es que existe una serie de factores de riesgo que influye en su aparición, como tener un color de ojos claro, ser caucásico, la edad y algunos trastornos hereditarios de la piel, como el síndrome de nevo displásico, que causa lunares anormales a quien lo padece.
Al igual que sucede con el melanoma en otras partes del cuerpo, la exposición dañina a la luz solar también se considera un hándicap a tener en cuenta. En esto se incluye el uso de cabinas bronceadoras, algo que desde la Asociación Española de Dermatología advierten como un claro nexo con el aumento del riesgo de melanoma.
Entre las complicaciones del melanoma ocular está el aumento de la presión ocular, lo que puede derivar en un glaucoma; y la pérdida de visión, ya que los de mayor tamaño son capaces de ocasionar desprendimiento de retina.
Antes, como complicación, se ha referenciado el riesgo de metástasis desde el ojo hasta otros órganos. Si bien, este un proceso que se da también a la inversa, es decir, las células cancerosas de otros puntos del cuerpo son capaces de extenderse a los ojos.