Los gobernadores reclaman obras públicas. El Gobierno nacional no ha previsto en el proyecto de Presupuesto para 2025 atender esa demanda. Los mandatarios provinciales están viviendo con lo justo y el ajuste ha sido una constante a lo largo de este año. La Casa Rosada ha decidido podar casi íntegramente las transferencias discrecionales y las limitó sólo a aquellos programas de asistencia alimentaria o de educación. No hay Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y, en este último tramo del año, las jurisdicciones subnacionales observan un repunte en la coparticipación federal de impuestos, fruto de la restitución del cobro del impuesto a las Ganancias a los trabajadores de la cuarta categoría. En gran medida, casi todas las provincias cerrarán este ejercicio con un leve equilibrio fiscal. Sin embargo, el “rojo” en las cuentas acecha porque la recesión también ha golpeado a las recaudaciones provinciales. Los gobernadores, en consecuencia, tendrán que prender velas para que la macroeconomía se revitalice y para que los programas que se instrumentan en el Poder Ejecutivo Nacional surtan rápido efecto para que el derrame se produzca en el menor tiempo posible.
Jorge Day, economista responsable de Regiones de la Fundación Mediterránea, indica que la gestión del presidente Javier Milei está muy limitada para aplicar políticas expansivas, por lo que los pronósticos apuntan a un crecimiento moderado para los próximos meses. Esta tendencia se daría en la mayoría de las provincias, acota.
Un interrogante es si continuarán los factores diferenciales en regiones, recién mencionados. Difícil que la cosecha pampeana vuelva a incrementarse al mismo ritmo de este año. En cambio, la implementación del Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI) brinda indicios positivos para el sector petrolero y minero.
Por otro lado, si se mantiene la política actual, el dólar blue continuaría barato, y las limitaciones financieras del gobierno nacional, implicaría que no habría una mejora sustancial en transferencias discrecionales, no siendo una buena noticia para algunas provincias del norte argentino, indica el investigador. En este sentido, se verían compensadas con la posible mejora en la economía nacional.
Day describe que, a nivel global, la economía venía en baja en la segunda mitad de 2023, y se produjo el cimbronazo de fin de año. Luego de caer un escalón, a partir del segundo trimestre de 2024, aparecen algunos indicios de un cierto repunte, y muy heterogéneo por rubros.
Si ha sido así en sectores, también lo ha sido así con las regiones. ¿Qué muestran nuestras estimaciones? Se visualizan dos etapas, según el economista de la Fundación Mediterránea.
•Caída con cimbronazo: marzo de 2024 (versus agosto de 2023): disminución fuerte en todas las provincias, y menor en Neuquén. En esta jurisdicción, hubo caída (menor) en ventas y en poder de compra de la población, compensado con una mayor producción petrolera y consumo de gasoil.
•Luego de tocar fondo julio pasado (vs marzo de este año): con un economía con leve repunte, los desempeños regionales son más dispares: algunas provincias se recuperan y otras continúan cayendo.
¿Qué factores explican esas diferencias regionales?
A favor
•Petróleo: Neuquén extrayendo cada vez más (la magia de Vaca Muerta), que influye positivamente a una parte de Río Negro. Lamentablemente, no ocurre lo mismo en otras provincias petroleras.
•Minería: con todo su potencial comienza a empujar en el Noroeste Argentino.
•Cosecha en el agro pampeano: fuerte incremento, luego de un mal 2023, favoreciendo a las provincias grandes, a pesar de los menores precios, las retenciones, y un dólar oficial no tan caro.
En contra
•Menores transferencias discrecionales: perjudica principalmente a aquellas provincias muy dependientes de fondos nacionales, al contar con escasos recursos. Caso notorio es Formosa con fuerte caída en empleo y otros indicadores.
•Provincia 25: en 2023, con un blue muy caro, nuestro país pasó a ser muy barato para quienes compraban en esa moneda. Hubo una llegada masiva de visitantes de países vecinos, para comprar, no ropa o informática, sino bienes de primera necesidad (alimentos, productos de limpieza, y otros). Todo ese movimiento resultó muy positivo comercialmente para las provincias que limitaban con esos países, en especial en varias provincias norteñas.
Todo eso cambió en la primera mitad de 2024, con un “blue” más barato. Entonces, el Norte Argentino tuvo menor movimiento de extranjeros y, a eso se le suma la caída de fondos nacionales, lo cual el impacto negativo ha sido muy fuerte, considera el economista.
•Sustitución de importaciones: con un blue más barato, nuestros ingresos rinden más si compramos en el exterior (especialmente, indumentaria y tecnología). Esto impacta negativamente a provincias con industrias sustitutas de importación (Buenos Aires y Santa Fe, que se han visto algo compensadas por el agro, no así con Tierra del Fuego).