Trancas es el lugar que siempre elige para meditar. Anoche, en ese terruño esperó la conformación de las listas para la interna del Partido Justicialista, prevista para el 17 de noviembre. Osvaldo Jaldo vio que en las nóminas que se presentaron en el partido que lo llevó a la gobernación de Tucumán hay más afinidad en una que en otra, pero no arriesga adhesiones. Dice que se mantendrán expectante, lo que no implica que esté distante de la compulsa.
Roque Tobías Álvarez, presidente de la bancada oficialista en la Legislatura provincial, asomó -con sorpresa- en la nómina que el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, presentó a la junta electoral del PJ para enfrentar a la lista de Cristina Fernández de Kirchner. El taficeño será uno los vicepresidentes propuestos por el riojano. En las horas previas al vencimiento del plazo de presentación de listas había surgido otro nombre. Quintela se puso en contacto con la intendente de San Miguel de Tucumán, Rossana Chahla, que recientemente arribó desde México donde participó de la cumbre Bloomberg CityLab, que reúne a más de 500 alcaldes, “responsables de políticas públicas, innovadores y creadores de todo el mundo”, según la descripción de la fundación Bloomberg Philanthropies. La jefa municipal agradeció la invitación a formar parte de la interna peronista nacional, pero contestó que no está entre sus planes hacer política, sino consolidar su gestión próxima a cumplir el primer año, como la de Jaldo.
La misión en el exterior de la intendente pudo haberse prologando unos días más. ¿La razón? Una visita privada al Papa Francisco en El Vaticano. En la agenda de la Prefectura de la Casa Pontificia figuraba un encuentro de Jaldo y de Chahla con el Papa a las 8,30 (hora italiana) en la biblioteca privada del Palacio Apostólico. La visita fue aplazada hasta nuevo aviso. El gobernador venía de una semana en la que reunió, en Bella Vista, a gran parte de la dirigencia justicialista para conmemorar el Día de la Lealtad. Un viaje a Roma podría haberse realizado con la precisión de un reloj suizo, saliendo del acto en el Este provincial rumbo a Ezeiza y abordar, casi de inmediato, un vuelo con destino a Roma. Pero hay un detalle: la precisión horaria no forma parte de lo cotidiano en la Argentina. Era un viaje muy jugado, más aún por el regreso. Jaldo confirmó que mañana asistirá a la cena organizada en la Quinta de Olivos por el presidente Javier Milei.
Públicamente se dijo que será una cumbre en la que el mandatario nacional agradecerá a los gobernadores dialoguistas el gesto de haber sostenido en el Congreso el veto a la Ley de Financiamiento Universitario. Sin embargo, la reunión es la continuidad a la que mantuvieron Jaldo, el salteño Gustavo Sáenz, y el catamarqueño Raúl Jalil, con el ministro de Economía, Luis Caputo. En Buenos Aires a los dialoguistas se los llama “los JaJa”, por la coincidencia en el inicio de los apellidos de los mandatarios peronistas de Tucumán y de Catamarca. A ese grupo se sumará el misionero Hugo Pasalacqua. Como fedatarios de esa cena estarán el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el vicejefe del Interior, el tucumano Lisandro Catalán. Por si esto fuera poco, también asistirá la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, armadora territorial de La Libertad Avanza. Los libertarios esperan consolidar, en los próximos días, el desembarco de “las fuerzas del cielo” que sustentarán electoralmente al espacio de Milei en los comicios de medio turno del año que viene. Los Menem, Eduardo “Lule” y Martín, prevén llegar junto con la hermana del jefe de Estado.
Las promesas de la Casa Rosada siguen latentes, por no decir pendientes. En su paso por el Palacio de Hacienda, Jaldo había puesto sobre la mesa de debate con Caputo tres obras consideradas prioritarias por su gestión: la remodelación del aeropuerto internacional Teniente Benjamín Matienzo; la doble terna de media tensión entre El Bracho y Villa Quinteros, un trabajo que reducirá la posibilidad de dejar sin servicio eléctrico a los tucumanos durante cada verano, y la puesta a punto del acueducto de Vipos, para mejorar la provisión de agua a gran parte del área metropolitana. “Ministro, necesitamos certeza para el financiamiento de esas obras, que son vitales para los tucumanos”, expuso Jaldo cuando le tocó tomar la palabra. Estos trabajos públicos darán sus frutos al menos en los próximos dos o tres años. “Conociendo a Osvaldo, no se puede pensar que se quede un solo mandato; querrá el capitalizar los frutos de las obras; no se conformará con cortar la cinta en la inauguración”, arriesga uno de sus principales colaboradores.
En los últimos días, en los pasillos de la Casa de Gobierno se mencionó la posibilidad de reflotar la construcción de un complejo deportivo que vuelva a poner a Tucumán en la órbita de las grandes competiciones, tal como hoy lo aprovecha Santiago del Estero con el estadio Madre de Ciudades. El proyecto está en “stand by”, hasta tanto mejoren las condiciones macroeconómicas del país, pero no desechado. San Isidro de Lules sigue siendo el eventual lugar de radicación de ese complejo, pero su concreción implica también la aparición de “padrinos mágicos”, es decir, inversores extranjeros especializados en este tipo de emprendimientos destinados para el deporte y para el espectáculo. Se necesitaría no menos de U$S 100 millones para pensar en tal proyecto. Hoy es una cifra utópica para un país en el que la mitad de su población se encuentra por debajo de la línea de pobreza.
La cuestión política no estará al margen de la cena con Milei. Los gobernadores saben que el Presidente los necesita más que siempre porque el acompañamiento de los parlamentarios de las provincias consideradas dialoguistas por el Gobierno y traidoras por el peronismo ortodoxo, contribuyen al sostenimiento institucional. “Los 86 u 87 votos en la Cámara Baja le permiten al jefe de Estado no estar a tiro del juicio político; entonces el apoyo es clave para la gobernabilidad”, indica otro de los dirigentes cercanos al tranqueño.
Los unos y los otros
Jaldo no deja de mirar la interna partidaria nacional. Sabe que no puede ni debe aún tomar postura porque cada paso que haga será observado por la sociedad. Ser dialoguista le ha rendido sus frutos en las encuestas que encarga. El nivel de aprobación de su gestión es más sólido, por ejemplo, del que tenía su antecesor, Juan Manzur. El actual senador nacional por Tucumán se pegó a Cristina Fernández de Kirchner. Callado y sigiloso, se coló como uno de los consejeros titulares de la nómina impulsada por la ex vicepresidente de la Nación. Hasta ahora, el senador es uno de los vicepresidente partidario. “Una foto con Cristina es un pasaje al pasado; te lleva a lo que la sociedad ya no quiere ver de los políticos”, apuntan en la Casa de Gobierno. Los armadores del jaldismo creen que las internas del PJ nacional están en riesgo, por falta de financiamiento. Observan que la decisión de Milei de recortar esas partidas golpeará el proceso electoral, y por la eventual falta de elementos para la convocatoria. Aún todo eso es hipótesis.
Jaldo cree que si Cristina toma el timón del PJ, esa fuerza política se radicalizará. “Yo gobierno para los tucumanos, respondo a sus intereses, que son generales y no de un partido en particular. Nadie me impedirá pisar la Casa Rosada si así corresponde institucionalmente”, había deslizado el propio Jaldo, tras el acto partidario en Bella Vista. Ese mitin, además, ha sido una demostración de fuerza y de poder del actual oficialismo contra los “díscolos” que no creen en la conducción de Jaldo.
Puede ser que en los próximos días se intente que el distrito Tucumán adopte una postura firme respecto de la interna. ¿El motivo? Manzur sigue siendo el presidente del PJ provincial y ahora forma parte de la lista cristinista. La puja se dará entre aquellos que deben firmar el documento de apoyo, si es que la idea avanza. En este sentido, el senador está en condiciones de pronunciarse, pero será a título personal, advierten algunos de los dirigentes peronistas con poder de decisión en la mesa chica.
Si en 2025 el partido que llevó a Jaldo a la gobernación decide ir a internas para elegir los postulantes a diputados nacionales, el jaldismo está dispuesto a dar batalla en caso de que la ex Presidenta llegue a la conducción partidaria y exija a los distritos que sean orgánicos con las decisiones que se adopten en la sede deMatheu 130 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. “Lo hicimos en 2021 cuando Osvaldo estaba en desventaja respecto de un Manzur con mucho poder. Ahora que estamos en el Gobierno, no tenemos miedo a la interna”, remarcan en las huestes del tranqueño.
Jaldo piensa que esta semana que viene será de cosecha de lealtades. Va con el ímpetu de Bella Vista hacia la Quinta de Olivos, sin escalas papales.