Javier Milei no quería llegar a Mar del Plata con las manos vacías. Por eso, el Banco Central flexibilizó un poco más el cepo cambiario, una de las principales demandas del empresariado argentino. El presidente de la Nación cerrará hoy el 60° Coloquio de IDEA ante una concurrencia que aguarda más señales sobre el rumbo macroeconómico de la Argentina e inquieta por la situación política y social.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, percibió ayer esas sensaciones del sector privado, lo mismo que el titular del Banco Central, Santiago Bausili, que almorzó con los principales CEO, y en la que mantuvo la misma postura que el ministro de Economía, Luis Caputo, expuso el miércoles en el mismo lugar: no hay fecha para eliminar totalmente el cepo; importan los objetivos. En esa misma reunión se profundizó las preocupaciones por la provisión de energía durante el verano. El planteo se dio justo el mismo día en el que el secretario de Energía de la Nación, Eduardo Rodríguez Chirillo, dejó su cargo tras 10 meses de gestión, aduciendo problemas de salud. Lo reemplazará la economista María Tettamanti, actual gerente general en NRG Energía SA y ex directora general de Camuzzi Gas Pampeana.
En la segunda jornada del Coloquio de IDEA el jefe de Estado cosechó la adhesión de cuatro gobernadores dialoguistas: Ignacio Torres (Chubut) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos) del PRO, Gustavo Valdés (Corrientes) de laUCR y Raúl Jalil (Catamarca), del PJ.
En el panel de los mandatarios, Torres y Valdés fueron de los más críticos, pese a que manifestaron esperanzas en la gestión mientras que Frigerio se mostró alineado, pero reclamó orden y la puesta a punto del Pacto de Mayo para discutir el Presupuesto 2025. Sorprendió la exposición de Jalil, quien pese a su origen y a pertenecer al sector más opositor al gobierno, habló de la compleja “herencia” recibida por Milei, y propuso “salir de la cultura de la polémica”, un mensaje que viene fortaleciendo desde el 9 de julio pasado, cuando se firmó aquel pacto en Tucumán.
Valdés emitió una fuerte crítica a la cancillería a cargo de Diana Mondino al precisar que “no sabe de qué se trata la economía de las provincias”, y por ende “no saben qué ofrecer al mundo”. “Eso hace que muchos gobernadores tengamos que asumir esas funciones e ir a buscar esos productos y ver cómo empezamos a comercializar”, puntualizó.
Presión tributaria
A su turno, Torres pidió bajar y simplificar la presión tributaria y aseguró que el recorte a la obra pública afecta el desarrollo de las provincias. “No es una idea brillante lograr superávit fiscal subjecutando dinero que está cuando tenemos que generar divisas. Pregunto: ¿cómo vamos a exportar más si los puertos se caen a pedazos y las rutas son un desastre? Ese dilema de cómo se ejecuta el esfuerzo de los contribuyentes cuando no hay éxito en una iniciativa privada, es algo que tenemos que discutir”, dijo.
Frigerio también habló de la necesidad de avanzar en la reducción impositiva, y de resolver el “desastre social” del país, pero aclaró que “el equilibrio de las cuentas públicas es necesario, pero no suficiente”. “Tenemos un cambio cultural, hace diez años no hablábamos de estas cosas. Ajuste fiscal estaba vedado. Hoy es parte de este cambio que vino de la gente y tiene que quedarse”, destacó. En las vísperas del debate del Presupuesto 2025, propuso operativizar el Pacto de Mayo y corregir las inconsistencias de las cuentas previstas para el año próximo. Jalil, finalmente, insistió con conservar la cultura del diálogo, más allá de las diferencias políticas, un mensaje que él, el tucumano Osvaldo Jaldo y el salteño Gustavo Sáenz transmitieron días pasados a Caputo. “Va a ser muy difícil gobernar en esta nueva etapa. Espero que el los diputados se pongan de acuerdo junto con los gobernadores”, indicó el catamarqueño.