- ¿Cuál es la relación del presidente colombiano Gustavo Petro con la prensa?
- Fue mala desde el comienzo con las contradicciones propias de su libreto. En el discurso de asunción dedicó un párrafo a la libertad de prensa, señalando su importancia en la democracia, pero rápidamente empezó a apelar a un discurso que descalificaba a los medios. Todo esto desembocó, finalmente, en la actitud de las últimas semanas, que se apoya en el discurso más feroz que se haya registrado. El argumento es que los medios se dedican a mentir y a defender intereses opuestos a los del pueblo, enemigos del cambio. Por eso, sostiene, deben fortalecerse los medios públicos y apelar a una comunicación directa del Presidente con la ciudadanía.
- ¿Es solo un discurso hostil o hay también acciones de hostigamiento?
- Por recomendaciones de colegas de Argentina, México y Ecuador, entre otros, recopilamos cada uno de los ataques desde el primer día. Nuestros colegas nos decían “venimos del futuro; podemos contarles cómo todo esto se engendra, se desarrolla y adónde va”. Seguimos entonces el consejo de documentarlos desde el principio y compartirlos con la Relatoría para la libertad de expresión de la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos). El Gobierno también hizo sus movimientos políticos planteando una versión contraria a la de los representantes de la prensa. El Presidente terminó firmando una directiva en la que se comprometía con el cumplimiento de los estándares interamericanos en materia de respeto a la libertad de prensa pero inmediatamente pronunció un discurso incendiario contra los medios, incumpliendo la directiva que acababa de firmar. Petro afirma que los medios generan un clima propicio para un golpe de estado y para matarlo. Lo que no tolera el Presidente es la publicación de investigaciones periodísticas en torno a escándalos de corrupción que involucran a su familia. Y él busca defenderse sosteniendo que hay un proceso destituyente en marcha y promoviendo la necesidad de una revolución popular para neutralizarlo. Lo que recomendamos desde nuestra asociación es no caer en la trampa de la provocación del Gobierno sino responder haciendo buen periodismo. También advirtiendo a la ciudadanía, y a la comunidad internacional, los riesgos de los discursos violentos y de las propuestas de regulación de medios. Y señalando, sin puntualizar en ningún gobierno, la relevancia de preservar los principios democráticos, el equilibrio de poderes y el respeto de los derechos básicos.
- Dentro de América latina tenemos hoy un mapa más heterogéneo que el que teníamos en los años de consolidación de los países de la órbita bolivariana con países como Nicaragua o Venezuela, que se radicalizaron y conviven con países con populismos de derecha. ¿Cómo analizás esa heterogeneidad?
- Creo que hay un manual común en los populismos, tanto de derecha como de izquierda. El presidente Petro tiene ideas goebbelianas; cree que no importa tanto si algo es verdadero o no, sino la capacidad para instalarlo por repetición. Esta estrategia típica del populismo se da en un contexto en el que las redes la favorecen y en el que el periodismo tiene problemas de sustentabilidad. Los medios tendieron a adaptarse a las reglas de las plataformas y eso fue en contra de la calidad periodística. El precio de esa adaptación fue un periodismo veloz y en parte banal que dio argumentos a las críticas del populismo. De todos modos, el periodismo sigue investigando y denunciando. Y esa es la causa del conflicto con líderes populistas que nunca toleran esas investigaciones.
PERFIL
Werner Zitzmann es el Director Ejecutivo de AMI (Asociación Colombiana de Medios de Información), Presidente del Comité de Directores de las Asociaciones de medios miembros de WAN-IFRA (Asociación Mundial de Editores de Noticias) y Vicepresidente de la Comisión de Alianzas y Asociaciones de Medios miembros de la (SIP) Sociedad Interamericana de Prensa.