La dinámica institucional, las libertades y la prensa

La dinámica institucional, las libertades y la prensa

El presidente de la SIP, Roberto Rock. El presidente de la SIP, Roberto Rock.
17 Octubre 2024

Daniel Dessein

Vicepresidente regional de la SIP

La 80ª asamblea anual de la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa) se inaugura hoy en Córdoba. Lo hace en un año particularmente intenso en materia electoral, a nivel global. Más de la mitad de los ciudadanos en condiciones de votar alrededor del mundo habrán sido convocados a las urnas durante 2024. Los resultados de las elecciones norteamericanas del 5 de noviembre influirán decididamente en la fisonomía de la política internacional de los próximos años. En nuestro continente, el año arrancó con las elecciones en El Salvador, con la reelección de Nayib Bukele, un presidente disruptivo que tensiona los límites democráticos. Luego hubo elecciones en Panamá con la victoria de José Mulino y en México, país que desde junio tiene a una mujer -ahijada política del presidente saliente Andrés Manuel López Obrador- por primera vez ocupando la primera magistratura. En julio fue el turno de República Dominicana y entre octubre y noviembre los uruguayos definirán entre un candidato del Frente Amplio y otro del oficialismo blanco de Luis Lacalle Pou.

La nota más lamentable del año fue la farsa electoral venezolana. Los latinoamericanos seguimos expectantes, junto a los millones de venezolanos que han emigrado a nuestros países deseando volver al suyo, un proceso de votación que terminó evidenciando la arbitrariedad de un régimen que montó una escena grotesca para desconocer la voluntad popular. Venezuela se suma, de ese modo, a Cuba y a Nicaragua, donde la retórica democrática que sobrevive en el discurso oficial choca con una realidad con libertades asfixiadas. En todos estos países vimos, más temprano o más tarde, una persecución a la prensa como primer síntoma del camino autoritario. La Nicaragua de Daniel Ortega hoy no tiene ningún diario. El periodismo de los tres países se ejerce desde el exilio o desde los estrechos márgenes internos que encuentran sacrificados periodistas que se arriesgan a ser encarcelados.

La convivencia democrática es amenazada, en países que aún mantienen instituciones republicanas, por mecanismos de censura indirecta y discursos hostiles de líderes con sesgos intolerantes. “Existe una narrativa común en gobiernos que desarrollan un tono populista que colocan al periodismo en el lugar de adversario del pueblo. Esa retórica busca restar legitimidad a los medios de comunicación en su tarea de intermediación y también pretende deshumanizar a los periodistas. Ese discurso puede encontrarse en un Trump en Estados Unidos o en un López Obrador en México. Es un fenómeno que se produce en sociedades desencantadas con la democracia”, le dijo Roberto Rock, presidente de la SIP, a LA GACETA.

El caso de México

El presidente de la SIP llega a Córdoba desde México, el país en el que más periodistas han sido asesinados, dentro del continente, en las últimas décadas. Tres de ellos, en el último semestre. Alejandro Martínez Noguez, el 4 de agosto, fue acribillado en Celaya, estado de Guanajuato, a pesar de que era custodiado por dos policías que resultaron heridos. El cuerpo de Víctor Alfonso Culebro Morales fue hallado el 28 de junio en el costado de una ruta del estado de Chiapas. Roberto Carlos Figueroa Bustos fue secuestrado y asesinado el 26 de abril pasado en Huitzilac, estado de Morelos.

El crimen organizado y la intolerancia gubernamental son las dos grandes amenazas para la libertad de expresión y de prensa. Y, por extensión, para la subsistencia del sistema democrático. Sin ellas, o con serias restricciones para su desarrollo, los procesos electorales y la legitimidad de los gobiernos son una mera ficción.

Estos son algunas de las cuestiones más relevantes que se examinarán en los próximos cuatro días en la asamblea anual de la SIP.

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