El 3 de marzo comenzó la historia entre Atlético Tucumán y Facundo Sava, un hombre que vive por y para el fútbol. A “Colo” le gusta vivir lejos de los flashes y quiere que su trabajo sea siempre silencioso. Gracias a su impronta, el “Decano” salió de un lugar incómodo en la tabla y hasta insinuó con dar pelea en el torneo. “Trabajo mucho, me gusta comprometerme con todo. Vivo para el fútbol”, confesó en diálogo con LA GACETA.
- ¿Ya estás adaptado a Tucumán?
- Estamos en eso. Conociendo un poco los lugares tan lindos que hay en la provincia. Nos trataron muy bien desde que llegamos y estamos muy cómodos; no sólo yo sino todo mi cuerpo técnico. Hay mucha calidez en la gente de acá.
- ¿Te costó tomar la decisión de venir?
- Venía de momentos distintos en Sarmiento, Huracán y Cerro Porteño. Y quería tomarme un tiempo para descansar y pasar tiempo con la familia. Justo apareció la posibilidad, y me gustó la idea y los jugadores del plantel. Conocer una nueva provincia, es algo que también me movilizó. Lo pensé un poquito, pero tenía la decisión tomada. No me arrepiento.
- Siempre resaltás el crecimiento del club...
- Es que siento que es un club relativamente nuevo en Primera. Y estamos mejorando mucho. Hace unos años vine con un club, nos entrenamos en el complejo y la cancha no tenía pasto. Decíamos “mira que mal que está el complejo y es un equipo importante de una provincia importante”. Después, cuando volví y vi cómo estaba el complejo me sorprendió para bien. Igual en estos meses crecimos mucho más porque se invirtió mucha plata. Yo digo que para que el equipo pueda pelear cosas importantes, tenemos que estar a la altura en todos los aspectos, no solo dentro de la cancha.
- ¿De dónde salió tu sentido de pertenencia?
- Cuando hago algo me gusta hacerlo bien. Trato de convencer a todos los que están al lado mío. Yo estuve en muchos clubes y soy un convencido de que para que las cosas adentro funcionen, tienen que estar bien afuera. El club está en proceso de crecimiento, de profesionalizar las áreas y debemos mejorar para que el jugador esté más cómodo.
- Vender jugadores es clave para que funcione el club…
- Sí, y hay que mejorar mucho en las Divisiones Juveniles para que nosotros podamos sacar muchos más jugadores de ahí. En Tucumán hay muchos chicos con talento; el tucumano tiene personalidad, va al frente y creo que eso tenemos que potenciar.
- ¿Los dirigentes apuestan a ese crecimiento?
- Sí; ellos son conscientes que hay cosas por mejorar y aceptan nuestras sugerencias. El estadio es moderno, prácticamente nuevo. Me acuerdo que el vestuario visitante era el peor de Primera cuando yo jugaba. En el túnel estaban todos los cables colgando. Y el cambio que tuvo en estos años es enorme.
- ¿Cuál es el verdadero Atlético? ¿El de hace unos meses o el de ahora?
- Los dos. Cuando recién llegamos no se nos daban los resultados pero estábamos bien, jugando mejor que el rival. Me gusta la actitud que tienen los jugadores para entrenarse y para jugar. La racha de 10 partidos fue importante, nos llevó a estar peleando el torneo pero creo que tenemos que salir cuanto antes de este bajón. Con Belgrano nos equivocamos en cuestiones tácticas y creo que fue el peor partido que jugamos. Después hubo partidos que perdimos o empatamos, pero merecíamos más.
- ¿Los golpeó las derrotas con River y Belgrano?
- La ilusión era muy alta, estábamos ahí arriba. Entonces la desilusión también fue grande. Nos pasó a nosotros y a la gente; se notó. Ahora tenemos que ganar para volver a estar en el lugar que queremos.
- Cuando el futbolista es insultado, o silbado… ¿intentás hablarle?
- Sí. Pero depende de cada uno, del apoyo en los compañeros, de la familia y de los amigos. En Ferro, con 19 años me cantaban una canción insultándome. Pero bueno depende de cada uno, de la fuerza de voluntad que vos tengas para afrontar los momentos difíciles; no solo en el fútbol, sino en la vida... Y volver a pedir la pelota y si te equivocás, volver a pedirla.
- ¿Se acostumbran a eso?
Y… no. Convivimos con eso tanto jugadores como técnicos. Cuando era delantero me insultaban porque erraba goles, entonces yo iba al entrenamiento, agarraba 10 pelotas y le pegaba al arco sin arquero. Después, tanta repetición hacía que en la cancha las jugadas sean más fluidas. Eso hacía yo, cada uno busca la mejor manera de canalizar eso. La familia del futbolista sufre mucho todo el tiempo.
- ¿Y cómo le explicás a tu esposa o los hijos?
- Creo que también es una cuestión que se terminan acostumbrando. Yo trato de enfocarme mucho en lo que viene, de vivir el momento de angustia o tristeza, pero tratar de salir de eso rápido. Nosotros sentimos lo mismo que siente la gente. Nos enojamos y angustiamos.
-¿Tu familia no se mudó a Tucumán?
- No; estoy sólo. Mi familia viene a los partidos y cuando yo viajo a Buenos Aires trato de ir unas horas a estar con ellos. Esto es lo más difícil que hay en este en esta profesión, pero ya lo hago desde hace 13 años. Aunque tengo hijos grandes, no deja de ser difícil.
- ¿Y qué haces en tus tiempos libres?
- Me gusta mirar fútbol. Siempre cuando tengo un minuto lo hago. Es mi trabajo y lo disfruto. Analizo cuestiones tácticas nuevas. Y también me gusta hacer yoga. Me equilibra, me hace pensar en otra cosa, me conecta con todo lo que estoy sintiendo, con mi cuerpo, me hace sentir bien en definitiva. Me gusta ir al gimnasio, hago pilates y yoga. Yo hace unos 15 años que lo practico y creo que si lo descubría antes hubiera estirado mi carrera.
- ¿Le inculcás eso a tus jugadores?
- Algunos ya lo hacían desde antes, yo les digo que tanto el yoga como pilates son actividades importantes. Te ayuda a nivel físico, a nivel espiritual y nivel mental. La mayoría de los clubes del mundo ya lo están implementando. Yo hace rato que estoy pensando en traer eso al club, pero no es fácil encontrar el momento.
- ¿Seguís escribiendo libros?
- Sí; estoy terminando uno con Fernando Fabris (Psicólogo) referido a la psicología social en el fútbol, al manejo del grupo y a cuestiones individuales.
- ¿Por qué empezaste a escribir?
- Tengo un grupo de amigos escritores; Eduardo Sacheri, Ariel Scher, Ezequiel Fernández Moores... Siempre me decían que cuente mis experiencias en un libro y yo lo dudaba porque en ese momento estaba estudiando y jugando al fútbol, y tenía poco tiempo. Después me animé y le pedí a Scher que me ayude y lo hicimos en un año.
- ¿Qué sentiste cuando te mencionó Scaloni?
- Un orgullo. Yo admiro mucho lo que él está haciendo. No sólo lo que hace en la cancha, porque realmente me siento muy identificado con la forma que tiene el equipo de jugar, sino por los valores que él transmite. Creo en los valores del trabajo, del respeto a rivales o la gente, de la responsabilidad, del compañerismo. Entonces es lindo que te reconozca alguien que salió campeón de América, campeón del mundo, y que además lo escuchás hablar y es el mismo tipo de barrio.
- ¿Es el video que más viste en la semana?
-Me lo mandó un montón de personas y por todos lados. Para nosotros como cuerpo técnico es una satisfacción muy grande.
- ¿En qué etapa de tu carrera estás?
- Me siento feliz con lo que hago, que para mí es lo más importante de todo. Estoy comprometido al 100% con Atlético, tratando de que el club crezca, de que los jugadores estén bien, de que la gente que trabaja con nosotros en el día a día esté contenta. Para mí es muy importante que todos los empleados estén bien, que tengan herramientas para trabajar, que tengan buenas botas, que cobren bien, que se alimenten bien. Lo mismo con los utileros, con los médicos, con todos.
- ¿Qué te une al fútbol?
- Es algo que no puedo explicar. Cuando me retiré empecé a hacer mucho deporte. Una vez, antes de empezar a nadar 5 kilómetros en aguas abiertas le dije a mi compañero: “no siento nada, no me pasa lo mismo que con el fútbol”. Me estaba por tirar en el mar abierto, estaba mi vida en riesgo y no sentía nada.
- ¿Y qué sentís antes de entrar a la cancha?
- Lo que me pasa en un partido de fútbol es difícil de explicar. He buscado vivir experiencias que se le asemejen, pero no. Es una adrenalina, una pasión... Es lo que me mueve. Por el fútbol vivo lejos de mi familia, es por lo que vivo. No puedo describirlo.
-¿Y cómo empezó esa pasión?
- Con mis hermanos vivíamos jugando a la pelota, hasta adentro de la casa. A los seis años mi madrina me regaló una radio y ahí escuchaba los partidos en la voz de Víctor Hugo Morales y mi sueño era ese; que él alguna vez él relate mis goles. Por suerte lo pude cumplir.